Capítulo 36: Ariadna

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Las constelaciones sobre nosotros brillaban junto a la luna. Las calles se iluminaban gracias a las farolas y los árboles del parque se movían de un lado al otro debido al viento.

Pasear por la noche no era algo que acostumbraba a hacer, más que nada por miedo a lo que me pudiera pasar. Sin embargo, con Jaden me sentía segura.

Cogidos de la mano y sin decir una sola palabra, anduvimos por donde el destino nos quiso dirigir.

Pedí a mi novio que nos sentáramos en un banco.

Ya había llegado la hora.

Di una respiración profunda y saqué el móvil del bolsillo.

—¿Te acuerdas que antes te he dicho que tenía un regalo para ti?

Asintió.

—Creo que este es el momento perfecto para que lo escuches.

La melodía comenzó a sonar y, segundos más tarde, la letra comenzó.

Yo aún recuerdo tu gran afición

dibujar mis ojos escuchando una canción

Y me acuerdo del día en el que yo te vi

El azul de tus ojos brillaba por mí.


No sé en qué momento pudiste caer

Alguien como yo, acostumbrada a perder

Pero no me importa cómo haya pasado

Me alegro de que nos hayas dibujado.


Y yo llegué a dudar en si era verdad

Pero tú me oíste cantar.


Soy la mariposa

Que aprende a volar

Y tu lápiz dibuja la electricidad

Que en tus ojos aún, no puedo evitar sentir que iluminas mi oscuridad


Soy la mariposa

Que aprende a volar

Y tu lápiz dibuja la electricidad

Que en tus ojos aún, no puedo evitar sentir que iluminas mi oscuridad


Y, a pesar de las dudas, llegué a entender

Que me quieres y yo, yo a ti también

Que tus besos, caricias y to' lo demás,

Lo recibo con gusto y que quiero más.


Aunque no lo pidas (Deseos #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora