Capítulo 25: Ariadna

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Cuando Laura llegó de trabajar, Jane ya se había ido.

Estábamos en la cama de Jaden, bien abrazados, viendo el primer capítulo de su serie favorita: Breaking Bad. Era la primera vez que la veía y, a pesar de que no me estaba gustando mucho, tenía ganas de seguir viéndola.

—¿No vas a saludar a tu madre?

—Nah, ya vendrá.

Me dio un besito en la frente y yo volví a sonreír.

Como él ya había previsto, Laura llamó a la puerta de la habitación.

—Adelante —dijo Jaden.

—Hola, cari... Oh, Aria. No te esperaba aquí. ¿Cómo estáis?

—Bien, viendo una serie —respondió.

—Bueno, os dejo tranquilos, que se ve que estáis... Ocupados.

Me reí.

Ella estuvo a punto de cerrar la puerta, pero Jaden la llamó.

—Eh... Mamá.

—Dime.

—¿Se puede quedar Aria a dormir hoy?

Le miré sonriendo.

No lo habíamos hablado, pero me encantaba la idea.

—Si quieres, claro —me aclaró.

Yo asentí con la cabeza.

—Jaden, hijo, yo creo que primero deberíamos hablarlo con Gabriel. Aunque por mí no hay problema.

—Es que quiero pasar más tiempo con mi novia.

Vale, voy a admitir algo.

Que Jaden le hubiese dicho a su madre —mi psicóloga— que yo era su novia, me dio vergüenza. ¿Por qué? Ni idea.

Escondí mi rostro, rojo como un tomate, en su pecho, bajo las sábanas. Escuché que mi novio reía.

No vi la reacción de Laura, pero ya me la podía imaginar.

—Hablaré con Gabriel, a ver qué le parece.

—Vale.

Yo seguía escondida bajo las sábanas.

Oí el ruido de la puerta cerrarse.

—¿Se ha ido ya?

—¿Por qué te da vergüenza? Es tu suegra.

—Y mi psicóloga.

—Ya, bueno. Pero no debería dártela.

—¿Puedo hacer una pregunta?

Asintió.

—¿Cómo ha reaccionado?

Se le esbozó una sonrisa.

—Primero se ha sorprendido y luego ha sonreído. Parece que le gusta que estemos juntos.

—Qué bien.

Me reacomodé. Coloqué mi pierna derecha sobre la suya izquierda y mi cabeza en su pecho, al lado de mi mano. Suspiré, relajada.

Estaba disfrutando esa sensación más que como cuando comía chocolate.

Aunque luego me sentía culpable, la mayoría de las veces.

—Yo también me alegro de que estemos juntos.

—Y yo, Jadensito.

—¿Jadensito?

—Sí. Tú me llamas Ariadna, pues yo te llamo así.

—No me gusta.

—Me da igual.

**********

Me encanta esta relación. Ya tengo muchas ganas de empezar a escribir la segunda y última parte de esta bilogía. *Llora*

Ahora mismo subo el capítulo 26, ¡que este ha sido muy corto!

-Alba

Aunque no lo pidas (Deseos #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora