No sé en qué momento la relación de Caleb y Chloe volvió a ser como antes, pero me alegraba mucho por ellos.
Ahora incluso me daba la sensación de que saltaban chispas entre ellos dos.
Como si estuvieran... Enamorados.
Los miré tontear con una patata frita, mientras recordaba la época en la que yo también estuve enamorado.
"El amor es muy bonito". Y una mierda.
El amor solo es algo bueno cuando es correspondido.
Yo, por desgracia, no había vivido jamás la experiencia de sentir y saber que alguien lo estaba de mí. Pero me alegraba por ellos. Eran mis mejores amigos, y cualquier cosa buena que les sucediera, yo me iba a alegrar.
Es por ello que sonreí cuando se quedaron quietos, mirándose a los ojos. Caleb desvió la mirada para centrarla en sus labios. Chloe le imitó.
Sus respiraciones se volvieron aceleradas.
Querían besarse.
De hecho, estuvieron a punto de hacerlo si no hubiera sido por el timbre, que indicaba que ya debíamos retomar las clases.
Me sentí mal por ellos, pues se notaba que tenían muchas ganas de volver a hacerlo.
Caleb me contó que la única vez que se besaron fue en la fiesta de inicio de curso, en casa de Ashton. Y que, en ese momento, se dio cuenta de lo mucho que había querido que aquello ocurriera.
Así que sabía que mi mejor amigo deseaba volver a juntar sus labios con los de su mexicana favorita.
Y estaba cien por cien seguro de que ella también lo anhelaba.
Giré la cabeza a la derecha, ahí en donde la mesa de los populares se encontraba. Allí estaba Aria.
Mi sonrisa se desvaneció.
Me levanté del asiento, cogí mis cosas y, tras despedirme de mis amigos, me dirigí hacia la clase de matemáticas avanzadas.
——————————
Aria llegó tarde.
Por suerte, el único sitio que quedaba libre era a mi lado. No quiso sentarse a mi izquierda, pero no le quedó de otra que hacerlo.
—Hola —saludé. —¿Qué tal? Hace mucho que no hablamos.
Se limitó a ignorarme a la vez que sacaba sus cosas de la mochila.
Me aclaré la garganta y el profesor comenzó a explicar el siguiente ejercicio.
Más tarde, como vi que ella todavía seguía con el primero, decidí ofrecerle mi ayuda.
—¿Quieres que te ayude? Te resultará más fácil si primero ha...
—No me importa.
—Solo intento ayudarte.
—No quiero que me ayudes. No necesito tu ayuda. Puedo sola.
—Vale, perdón.
Minutos más tarde, no pude evitar volver a hablar.
—Aria, solo quiero hablar contigo.
Volvió a ignorarme.
—Mira, lo que te dijo Ivor n...
—Profesor, —levantó la mano, —¿puedo cambiarme de sitio? Jaden me está molestando.
El señor Irwin, que estaba leyendo un libro, se bajó las gafas para mirarla.
—Sí, claro. Pídeselo a alguien.
Vi como Aria tragaba saliva. No hizo ningún movimiento.
Dibujé una sonrisa en mi rostro. No porque me gustaba que no tuviera confianza consigo misma, como para pedirle a alguien si se intercambiaban los asientos, sino porque de esa forma se iba a quedar conmigo.
Y eso era lo que yo quería.
Que estuviera conmigo.
Sin embargo, una voz masculina habló.
—Ven aquí, Aria. Ya me siento yo con Jaden.
Era Michael. Uno de mis compañeros del equipo.
La sonrisa se desvaneció de golpe.
Apreté los labios y respiré pesadamente.
Aria me miró, sonriendo como diciéndome que me jodiera. Recogió sus cosas y se cambió de mesa.
Mike apareció a mi lado, sentándose.
—Mira, Jaden Walter, voy a ser directo: más te vale que te mantengas alejado de ella. Estoy seguro de que no quieres ganarte una paliza de parte de todo el equipo.
—¿Qué pasa? ¿Tenéis miedo de que Aria abra los ojos, y se dé cuenta de las intenciones de Ivor y Ashton?
Ambos fingimos que trabajábamos. Yo ya había acabado todos los ejercicios. Ahora estaba haciendo bocetos rápidos de chicas con diferentes cuerpos en mi sexto sketchbook. Me faltaban pocas páginas para acabar de llenarlo del todo.
—No tenemos miedo porque no hay nada que temer. Aquí el verdadero antagonista eres tú, mamón. Solo quieres llenar el vacío que te dejó Jane con ella.
—O sea, que sabéis que yo sí estuve enamorado de Jane. Que fue ella la que me hizo daño.
—Eso lo sabe todo el instituto menos Aria. Y no lo sabrá nunca. Nosotros nos ocuparemos de ello.
Se me escapó una risita. Qué fácil era vivir en la ignorancia... Creer que Aria nunca se iba a enterar de la verdad era tan de ignorante.
Ellos no sabían que tenía un as bajo la manga.
La grabación.
Esa misma tarde, Ariadna la iba a escuchar.
Y entonces se daría cuenta de todo.
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SE VIENEEEEEEEEEEEEEAAAAAAAAAAAA
ESTOY MUY EMOCIONADA POR LO QUE SE VIENE
Y ESPERO QUE VOSOTROS TAMBIÉN
UN BESO ENORME
OS QUIERO
-Albita
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Aunque no lo pidas (Deseos #1)
Romance«Quiero ser la melodía de las canciones que cantas. Las zonas iluminadas de un retrato en blanco y negro. Quiero que seamos los protagonistas de nuestra propia novela romántica.» Bilogía Deseos COMPLETA Alba Navarro