Capítulo 13: Jaden

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—¿Se puede saber por qué Ariadna piensa que eres un imbécil? —preguntó mamá, una vez me vio entrando en casa. Tenía los brazos en jarras.

Suspiré mientras cerraba la puerta detrás de mí.

—Si ya te lo ha contado, ¿por qué preguntas? —dije.

—Jaden Walter —dijo mientras se iba acercando a mí, —tu objetivo era hacerte su amigo, o incluso algo más, no poner a esa chica en tu contra.

Puse los ojos en blanco.

—¿Por qué te molesta tanto lo que haya pasado entre nosotros?

No respondió.

Y eso fue suficiente para darme cuenta de que ocultaba algo.

Mamá guardaba un secreto, algo que en la familia nunca había existido.

—¿Mamá?

Puso sus manos en mis hombros.

—Porque me preocupo por ti. Eres mi hijo y te quiero más que a nada en el mundo.

—¿Y qué tiene que ver eso con Aria?

Esta vez fue ella la que suspiró. Clavó sus ojos verdes en los míos azules eléctrico.

Había heredado ese color de mi padre, Kelz Walter, a quien llevaba desde el viaje familiar de verano sin ver. Él era un empresario muy exitoso que trabajaba en Massachusetts. Heather, mi hermana, a la que quería un montón, seguía los pasos de papá para convertirse en empresaria. Actualmente estaba estudiando en la universidad de Harvard, sitio al que yo también aspiraba a ir, solo que para estudiar psicología.

Al igual que mamá y yo habíamos conseguido una relación más estrecha, pues vivíamos juntos, ellos dos también.

—Jaden, es... Me preocupa que no alcances tus objetivos. Si te propones algo, quiero que lo logres. Tu meta esta vez era conocer a Ariadna, hacerte su amigo. Y no me gusta que ella piense que eres lo que no eres. Además, las personas con las que se junta ahora le van a hacer daño, y es mi paciente, por lo que no quiero que eso ocurra. Ya está muy jodida, como para que alguien le joda aún más.

No supe qué decir.

—Mamá, yo... También te quiero mucho, pero no deberías meterte en mis asuntos personales. Al menos no esta vez. Sé que, cuando ocurrió lo de Jane, hiciste lo correcto al intentar separarnos, pues ella no te daba muy buena espina, pero Aria... No sé, es confuso. Ella es confusa. Dice que no cree en lo que le digamos, pero, luego llega el chico popular del instituto a decirle la peor mentira y va, y se lo cree.

—Para alguien como ella, es más fácil creer que alguien nos quiere herir, cuando en realidad es todo lo contrario. La mente muchas veces nos hará creer lo que más daño nos puede causar. En el caso de Aria... Ella tenía una visión de vosotros. Una que, cuando alguien llegó y le dijo que se equivocaba, aunque no sea así, le resultó muy sencillo creer que era verdad. El hecho de pensar que alguien le pone una buena cara, pero que en realidad tiene intenciones dañinas con ella, solo le hace creer que esa es la verdad. Ariadna ya pasó por algo así, es normal que tenga el pensamiento de que va a volver a ocurrir.

—Pero... Yo le advertí primero de Ivor. ¿Por qué a mí no me cree, y a él sí?

—Porque tú has visto partes de ella que Ivor no. Me contaste lo de su ataque de ansiedad en el parque, ¿te acuerdas? —Asentí. —Ahí fue cuando le conteste lo de Jane. Bien, pues ni Ivor ni Ashton conocen esas partes de ella, no pueden herirla si no saben nada. O eso es lo que cree.

—¿Por qué no le dices que yo no tengo malas intenciones con ella? —propuse.

—Ya se lo he dicho, pero no sé si me cree. Ariadna piensa que Ivor y Ashton son las personas con las que se debe juntar. Ellos le han dado motivos para creerlo, y para ella todo tiene sentido. Debes hacerle entender que se equivoca.

—¿Cómo?

—¿Recuerdas el curso pasado, lo que le hicieron a Chloe?

—Sí, pero ya se lo conté. Sigue pensando que es mentira. Además —añadí, —Chloe y Aria ya lo hablaron solas. No va a servir de nada que lo vuelvan a hablar.

—Jaden, cariño, debes conseguir pruebas. Una foto, un audio, un vídeo... Lo que sea, pero algo que demuestre que la razón la tienes tú.

—No creo que haya nad...

Entonces recordé.

La grabación que había hecho en los vestuarios, el día que Aria fue a ver los entrenamientos del equipo de fútbol americano.

—Espera.

Saqué el móvil del bolsillo y busqué el audio. Le di a reproducir.

—¿...tetas? —preguntó Ashton.

—Uff, sí.

—Sigo sin entender qué le has visto. A ti te gustan más delgadas, nosotros no nos metemos con gordas.

—Aria no está gorda, solo tiene un poco de grasa. Es verdad que la hace menos atractiva, pero bueno. Por lo menos es guapa de cara.

—Sí, en parte tienes razón. No es fea, pero los kilos de más la hacen un poco así. —Ashton hizo una pausa. —En fin, que suerte tengo de que a ti sí te guste, porque yo no me la follaría.

Y rieron.

—Por cierto, Ivor.

—Dime.

—¿Cómo piensas tirártela? Se ve que es muy insegura, no creo que quiera acostarse contigo así de primeras.

—¿En serio estás preguntando? Creí que era obvio.

—Pues no lo es, así que dime.

—Le haré creer que estoy enamorado de ella. Luego la invitaré a mi casa y la drogaré un poco. Solo lo suficiente para que sea fácil manipularla y que me diga que sí a todo. Después, la pondré en cuatro y...

Paré el audio; lo siguiente era muy desagradable y no me apetecía que mi madre lo escuchara.

—Jaden, hijo, creo que deberías tener cuidado con esta prueba.

Fruncí el ceño.

—¿Por qué? Es literalmente lo que necesito para que Aria vuelva a estar conmigo.

Mamá puso una mueca de disgusto.

—¿No tienes nada más?

Negué.

—¿Podrías, al menos, recortar algunas partes de la grabación?

—Si lo hago, se dará cuenta de que he cortado cosas.

—Es mejor eso a que escuche las barbaridades que dicen sobre su cuerpo.

—Bueno, está bien. Lo editaré un poco.

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Hola gente

Qtal? Yo aquí, con mi cafesito jeje

Os quiero

-Albita

Aunque no lo pidas (Deseos #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora