"Te amo"
Esta no es la primera vez que permito que esas palabras salgan de mis labios. Otra persona... fue receptora de esa declaración una vez. Nunca pensé que tendría la oportunidad de decírselo a alguien más nuevamente.
(Flashback)
Sam se encontraba en los vestidores junto a varias de sus compañeras de la facultad. Una de ellas le entregó un regalo de parte de una admiradora, una de las tantas. Y es que era bien sabido sobre las preferencias de la pelinegra en cuanto a citas y parejas, ella lo dejaba muy en claro siempre que conocía gente para evitar ese momento incómodo de tener que rechazar chicos, así se ahorraba tiempo y momentos embarazosos.
— Toma Sam, otro regalo de una admiradora que no se atrevió a dártelo personalmente — dijo la compañera de la pelinegra, riendo por la situación. — Eres jodidamente popular.
— ¡Gracias! — Sam sonrió, recibiendo el regalo.
— ¡Es la segunda vez esta semana! ¿Podrías controlar tu encanto? — bromeó otra chica. — Si sigues recibiendo todas esas cartas de amor y regalos, alguien podría ponerse celosa.
— Sí, ten algo de piedad... piensa en cómo podría sentirse Nita — intervino otra de sus compañeras.
— Está bien, no estoy celosa — dijo la aludida, mientras Sam sonreía nerviosa. — Tengo plena confianza en ella. Al final del día... siempre regresará, sabe que es toda mía — Nita se acercó y besó posesivamente a la pelinegra, causando gritos de emoción y sonrojo en las chicas presentes.
— Lo juro, ambas fueron hechas la una para otra...
— Bellas e inteligentes...
— ¡DIOS, QUÉ ENVIDIA!
Sí... en ese momento, se sentía como si estuviésemos destinadas a estar juntas. Imaginaba que no podía existir alguien más apropiada con quien pudiera pasar mi vida... aparte de ella.
Nita dormía mientras Sam, sentada en la orilla de la cama, leía una de las cartas de amor de sus admiradoras, la risa de la pelinegra despertó a su amante, haciendo que se acerque a ella.
— Así que estás leyendo tus cartitas de amor.
— Ah, ¿te desperté?
— ¡Deja eso, no malgastes tus células cerebrales en esa basura! — dijo de forma juguetona, apartando la carta de las manos de Sam.
— Vamos, una parte es muy divertida, ¡Escribió algunas cosas lindas!
— ¿Quién te dio permiso para dejar de prestarme atención? ¿Eh? — Nita abrazó a Sam por detrás y se pegó más a su cuerpo. — Esto está lleno de estupideces. Ya te lo he dicho, Sam. Soy la única en quien se te permite enfocarte — se recostó en la cama y atrajo a la pelinegra hacia ella.
— Siempre tienes toda mi atención — respondió con una sonrisa seductora.
Comenzaron a besarse y Sam cumplió los deseos de Nita, de hacerle el amor y satisfacerla como siempre hacía, haciéndola estallar de placer, una y otra vez, probando y acariciando donde sabía que la volvía loca. Hasta que el placer se vio cortado de tajo al momento en que la pelinegra le dijo "Nita, te amo... te amo demasiado...eres mi todo." La aludida simplemente calló y dejó que Sam siguiera besando y lamiendo su cuerpo, sin darle una respuesta. La pelinegra estaba tan concentrada en su amante, que nunca se preocupó al no escuchar un "te amo" de vuelta. Un "te amo" que nunca llegó.
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𝐔𝐧 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝐥𝐚𝐭𝐢𝐝𝐨 [+𝟏𝟖]
FanfictionSamanan Anantrakul, una cirujana cardiovascular, no cree en el amor. Opina que, junto a la fidelidad, es solo una fachada para tener sexo. Por eso, no busca relaciones serias y se acuesta con cualquier chica que le guste. Esto es así hasta que conoc...