Nita mantenía encadenada a Mai en su suite, la neurocirujana tenía el cuerpo lleno de marcas de látigo, y a pesar de ser doloroso, la mujer disfrutaba mucho del rol que estaba teniendo dentro de las fantasías de la directora.
— Por dios... todas esas marcas rojizas en tu espalda son tan eróticas — Nita rozaba sus heridas con el látigo, mientras en la otra mano sostenía una copa de vino.
— Gracias, ama...
— ¿Te estás divirtiendo? De verdad que eres una puta hasta la médula... — dio un trago a su copa y se acercó a la boca de Mai para ofrecérselo en un beso. — Ahora, contempla lo que hiciste, mi gatita... — Abrió las piernas para mostrarle lo húmeda que estaba, la liberó de sus cadenas y la atrajo a la cama. — Estoy de muy buen humor hoy... y creo que mereces una pequeña recompensa por ello. Una pequeña esclava como tú no debería de necesitar alguna instrucción. No es posible que hayas olvidado el deber de servir a tu ama, ¿Verdad? Ahora, encárgate de ello y limpia el desastre que has hecho.
— Sí, ama... — Mai se acostó sobre ella y comenzaron a besarse, poco a poco bajó, recorriendo su cuerpo con su boca y manos.
— Eso es... sigue así... — dijo entre gemidos cuando la neurocirujana comenzó a lamer su centro. — ¡Ah!... Sigue así... — continúo, entrando en ella con la lengua, lamiendo y succionando, haciendo que Nita se acercara al clímax rápidamente. — Eso es perfecto... Dios, ¿Cómo eres tan buena en esto? Ooh... ¡Sam! — Mai al escuchar esto, se detuvo de inmediato. — ¿Hm?, ¿Qué estás esperando? ¡Sigue! ¡¿Quién dijo que podías detenerte?!
— Oh, ahora soy Sam, ¡¿Lo soy?! ¡¿Has estado fantaseando que lo hacías con ella todo este tiempo?! — reclamó, levantándose de la cama.
— Solo fue un desliz de mi lengua... No tiene importancia.
— ¿Solo un desliz? No te hagas ilusiones, Nita... Siempre es Sam, Sam, Sam. Ella es todo lo que tienes en mente, solo confiésalo. Quiero decir, sé que esto es un tipo de trato sin ataduras, pero se está convirtiendo en algo muy complicado de manejar — Mai tomó su ropa del piso y comenzó a vestirse.
— Vamos, no comiences con tus berrinches ahora. Solo déjalo ser de una vez... Los viejos hábitos desaparecen con dificultad, es todo.
— Terminamos por hoy. Dios, qué forma de arruinar el ambiente — caminó cerca de un mueble en la habitación y accidentalmente tiró las carpetas y documentos que estaban sobre él. Acto seguido, la neurocirujana se inclinó para levantarlos, no pudo evitar la sorpresa al darse cuenta de qué era lo que estaba viendo en ese momento. — Oye... ¿Estos no son los resultados de laboratorio de esa niña? — Nita se limitó a mirarla sin decir nada. — ¿Qué es esto? La copia no tiene los mismos números impresos...
— No es nada. Solo déjalo — dijo quitándole los documentos de la mano y alejándose de ella.
— No me digas... ¿Manipulaste la copia? ¡¿ESTÁS LOCA?! ¡ERES LA DIRECTORA DEL HOSPITAL! ¡TÚ MÁS QUE NADIE DEBERÍA DE TENER LA MORAL DE NO HACER ESTE TIPO DE COSAS!
— No será un problema si simplemente aprendes a cerrar la boquita, Mai.
— ¡¿ME ESTÁS DICIENDO QUE REALMENTE VAS A JUGAR CON LA VIDA DE UNA NIÑA DE ESTA FORMA?! ¡¿QUÉ MIERDA TE PASA?!
— ¿Y? No importa qué tipo de medidas tenga que tomar, mientras consiga los resultados deseados al final — mantuvieron contacto visual por unos segundos, Mai no sabía qué decir y Nita aprovechó el momento para acercarse a ella y abrazarla por la espalda. — No seas así... No es como si le estuviese cortando su apoyo vital o algo por el estilo, solo estoy prolongando un poco las cosas... No permitamos que algo como esto mate el ambiente... — le habló al oído, sujetando sus brazos con fuerza, sometiéndola. — Esa pequeña niña va a estar muy bien... Una esclava que desobedece y molesta a su ama es una mala esclava, ¿Y sabes qué pasa cuando la ama se molesta? — sujetó ambos brazos por su espalda, y con la mano libre comenzó a tocar su centro, causando que la cirujana se excitara rápidamente y que gimiera fuerte cuando mordió su cuello. — Me parece que te gusta más el sabor del castigo que el de la recompensa, ¿Verdad?
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𝐔𝐧 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝐥𝐚𝐭𝐢𝐝𝐨 [+𝟏𝟖]
FanfictionSamanan Anantrakul, una cirujana cardiovascular, no cree en el amor. Opina que, junto a la fidelidad, es solo una fachada para tener sexo. Por eso, no busca relaciones serias y se acuesta con cualquier chica que le guste. Esto es así hasta que conoc...