🎃 Capítulo 11

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No es como que la Catrina no pudiera sentir los lazos que la unían a los tres reyes Vulturi, sino que para ella sentir emociones o dolencias era una cuestión sin explicación pero que siempre aparecía por fechas especificas tales como: la fecha de su muerte, la fiesta de los muertos, y por último: la fecha en la que no pudo proteger al alma de su padre. Y aunque los demás anteriores fueran comprendidos, solo el último seguía doliendo más que su propia existencia. La Catrina Laice había tenido una vida muy triste, había perdido muy pronto la compañía de su padre en vida, y trás su muerte su madre biológica se volvió a casar, trayendo un hombre deplorable que la tocaba sin su consentimiento y por más que ella gritase de horror, su madre nunca intervenía.

El motivo por el que su madre era así de perra, tuvo explicación el día de su muerte, debido a que ella era la fiel imagen de su ex-esposo, buscaba por todas las maneras borrarla del mapa. No le importaba sus emociones o sentimientos, no le importaba si comía o no, si descansaba o no, basicamente era un alma en pena en la propia vida mortal y quitarse la vida no era una opción porque simplemente temía no ir junto a su padre al morir.

Algo en su corazón y destino le decían que su alma no descansaría ni en la vida ni en la muerte, que ella no podría tener ese descanso como todos los demás, pero ese motivo especial lo sabría justo luego de morir, tras se acuchillada diez veces por su padre mientras practicaba una fantasía nueva: la necrofilia. La única espectadora que parecía disfrutar era su madre, que tranquilamente le relataba sus motivos por el cuál estaba siendo castigada por vivir, y haber seguido viva durante estos tiempo, que el único motivo por el que había llegado a sus veinteseis años había sido porque estaban saliendo de la mirada de los vecinos pero que ahora no les interesaba si iban presos, aunque sea ya habían cumplido todos sus deseos entre ellos: la necrofilia por parte del padrastro, y el asesinato por parte de ella, motivos que la dejarían descansar en paz por fin. Aunque también reveló que envenenó a su padre tras una cena de navidad, y que por ser tan terco a la muerte había resistido a la muerte en varias ocasiones.

Laice Collins murió aquella noche, dos noches antes del 31 de octubre, con veintiséis años junto con diez apuñaladas de parte de su padrastro, pero otras catorce de su puta madre. Jurando que si su destino era estar en el limbo, esos humanos serían las primeras ofrendas al Dios Hades. Siendo así, como su alma murió pero no descansó, despertando al fin sus recuerdos bloqueados en vida para recordarlos en la muerte.

Todo este tiempo, Laice Collins había estado enjaulada en el mundo de los vivos por ser el corazón viviente de Hades, por ser infiel había sido apartada de su cuerpo de un tajo que los castigaba a vivir una vida por dos, o bien sentir dolor por ambas partes si volvían a caer a la infidelidad o al amor. Laice al comprender que de igualmente sentiría ese aguijon matarla las veinticuatro veces tras cada infidelidad frente a algun posible romance, prefirió matar a ese sentimiento enfocandose a su obligación como Catrina, ella no moriría como las anteriores Catrina a ella, ella persistiría hasta que Hades dejara de existir.

Sin embargo, ahora el orgullo y el temor a morir frente a ellos, era la tenacidad que la hacía ser prudente, mantenerse neutral al lazo de compañeros pero también como ella podía ser así, sabía que ellos podrían serlo, lo había hecho durante muchos siglos inmortales pero podía sentir una triste no propia de ella. Según su libro, los compañeros lograban deprimirse y perder la cordura sin su compañera, podían hacer un caos contra todos solo para exterminar su existencia por no tenerla y todo porque la conexión del lazo ya había sido reconocido por los cuatro enlazados por el lazo.

—Iré a visitarlos pero sin que se den cuenta...

Murmura al cielo nocturno del mundo de los muertos. Suspira dejando salir todo pesar de haber recordado su pasado, agradecía internamente no haber recordado la extinción de su padre, ese tema era muy doloroso.

Mis Reyes - VulturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora