Hades caminó por los pasillos tan silenciosamente, gracil y tranquilamente hasta moverse con agilidad por una sombra e pasar por entre las rendijas pequeñas de las grande dobles puertas de madera que aquél salón particular tenía, osea llegando al salón de tres grande tronos, encontrandose por casualidad con Marcus, quién al verlo aparecer de la nada grita:
—¡Madre querida!
Tocándose el pecho como si su pobre corazón se hubiera exaltado, pero luego recuerda que está muerto al ser vampiro y se le pasa, pero la impresión no había pasado desapercibido por Caius que lo acompañaba muy de cerca, en la sala de Trono.
—¿Y ahora que mosca te picó? —preguntó copiando una frase coloquial de los jóvenes visitantes.
—Ah... Nada. —murmura Marcus tratando de recomponer su postura de hombre bárbaro y para nada miedoso. Solo lo había tomado desprevenido.
Hades sonríe con suficiencia, cruzados de brazos y recostado por la pared de aquel susodicho lugar. Le encantó tener presencia para los pretendientes de su querida Laice, pero era intrigante que aquel rubio antipático aún no se percatara de su presencia.
—¿Cómo que nada? Acabas de chillar como niña por algo, dímelo antes de que pierda la paciencia —reclama mirándolo ceñudo el rubio de ojos rojos
Marcus gruñó por lo bajo, apuntando discretamente hacia una esquina. Llamó la atención de Caius quién levantó la mirada hacia él y siguió con la mirada el dedo con el apuntaba un lugar, quedando de piedra ante aquella imponente figura mirándolos con autosuficiencia. Iba a quejarse y llamar a sus guardias pero antes de que pudiera decir algo, ambos habían sido envueltos en un manto negro de niebla, mareando completamente las consciencias de los reyes, Hades los había envuelto en un viaje sombra antes de que pudieran decir algo más.
En un lugar muy lejos de Volterra, no, mejor dicho... En un lugar que no forma parte del mundo de los vivos, donde el calor sofoca, donde se escuchan gritos desagradables de una mujer y donde todo es de colores hermosos rojizos, naranjos y amarillo con colores darks, dos vampiros caen directo al suelo que posee alta temperatura que los hace rápidamente recobrar la postura de pie antes de incinerarse vivos con ella.
Marcus quedó estático, apretó fielmente y con cariño su escudo que permanecía colgado en su cuello como protector al pesado ambiente que se respiraba en aquel lugar, temeroso y respetuoso preguntó mucho antes de que Caius se recompusiera de aquel ataque directo.
—Señor... ¿A qué se debe la cordial invitación a sus tierras? ¿Lo hemos ofendido de alguna manera?—preguntó con cautela el hombre de cabellera marron con tintes rubios, corpulento cuerpo y barba tupida larga.
Hades pasó por su lado hasta sentarse en el gran sillon junto a la mesa, lugar donde hasta ahora podían ver que era similar a un despacho empresarial.
—No finjáis demencia. Usted sabe muy bien que mi querida Laice no está del mejor humor en estos momentos, y no hay ningún ser de estos lares o el de ella, solo el suyo puede ser el responsable. —expresa directamente para luego preguntar— ¿Que mierda le hicieron y porque la permitieron marchar con ese maldito humor?
Caius tras comprender minutos antes que su existencia sería más fácil de ser, no respirando simplemente, lo hizo. Sin respirar, su cuerpo no parecía batallar por no morir internamente por aquel peaado ambiente que por todos los poros parecía estar fumandose el mismo infierno por sus fosas nasales.
Sin embargo, en cuánto escuchó la forma que aquel hombre se refería a ellos, acusándolos de algo que siquiera estaba llegando a entender, tras sacudirse la ropa lo encaró.
—¿Quién es usted para mi compañera? ¿y por qué le interesa saber si fuimos o no?—pregunta sin ninguna gana de mostrar respeto como pudo escuchar de reojo por Marcus— ¿A ti que te pasa como para tratarlo así?
Marcus boquea y con piedad en la mirada al igual que con la intención de proteger a su tonto hermano, responde:
—Trata a los demás, como desees que te traten. Solo es regla lógica, hermano. —respondió pero sin revelar más información de lo que estaba por descubrir Caius, no le compete explicarle detalles de quién es ni tiene permiso para ello. Su compañera se lo había dejado en claro hace meses.
Caius frunció el ceño al sentir que algo se le ocultaba por lo que miró con molestia al sujeto de fachada rara.
—No estamos en la edad griega como para seguir vistiendo así, ¿Sabes?—expone condescendiente.
Hades en un solo movimiento se hizo grande, tomo entre su manos el cuerpo diminuto del rubio y lo miró con suma molestia, diciendo:
—Si no vas a responder mis dudas, mejor cállate muñequito de Ken. —expresa Hades, callandolo con su dedo envolviendo el cuerpo de Caius. — Marcus, responded todo, por favor.
Caius se quejó de forma ahogada en cuánto a su tono de voz, pero no ija a admitir abiertamente que desde que este hombre desconocido lo tomó en manos le era más fácil existir, sin sentir que se quemaba por dentro.
—Mi hermano, el tercer rey que falta aquí, es decir Aro, dijo cosas que no eran necesarias decir, no estabamos cerca para cuando este... Había charlado con ella, de ser lo contrario no la habríamos dejado ir. —contesta el vampiro bárbaro ante la pregunta de Hades.—En teoría, no fuimos los tres... Sino que solo él, Aro le reclamó ciertas cosas, entre ellas salió su actitud avariciosa y machista según nos comentó, por lo que ella se marchó sin que pudieramos intervenir como correspondía. Pero no se preocupe por el estúpido, ya lo castigamos.
—¿Y no intentaron contactar ustedes con ella? —pregunta Hades mientras observa con profunda seriedad en el rubio que intenta safarse de su agarre, al menos en el que tapa su boca, pero ambos negaron con el silencio— Si que son par de tontos, pero bueno, los ayudaré por esta vez solo por habéis hecho justicia por manos propias. Para tu información, muñequito de Ken, soy Hades el mismo Rey de las tinieblas y padre adoptivo de Laice, por ende, todo lo que le hagáis tendrá una consecuencia obligatoria.
Caius se sorprende bastante por la revelación pero no lo duda, no por nada sería un estúpido como para negar la evidencia de estar en el mismísimo infierno y que la piel le picara como si fuera una quemazon del radiante sol en una puesta de verano.
—Así me agradas. Ahora vosotros dos la llamarán y arreglarán su humor como mejor lo puedan manejar. —expresa Hades despreocupado y encantado.
—¿Pero cómo... La llamaremos? No tenemos el espejo ni mucho menos sabemos dónde se encuentra en estos momentos —pregunta Marcus cruzandose de brazos, totalmente confundido y pensativo.
Sin embargo, en ambos vampiros les recorre un escalofrío gelido al notar la sonrisa picarona, terrorifica y divertida que les dedica Hades con tan solo mirarlos, agarrando a Marcus en su otra mano siendo así como ambos vampiros gritan por su vida, el peligro ante sus ojos era lo máximo y lo que nunca esperaron que les pudiera pasar entre su eterna vida.
[...]
¿Qué es lo que Hades hizo para engullirlos de miedo profundo, preocupación extrema y que sus gritos fueran más potentes?
A) Hades los tomó completamente entre sus manos y sumergió sin aviso al mar del lamento.
B) Hades los sumergió al mar rojo ardiente del infierno sin previo aviso.
C) Hades les hizo ver su peor infierno.
¡Elijan la opción que más les parezca correcto para dicha descripción! La más votada será la continuación del capítulo.
¿Creen que lo que hizo Hades fue lo suficiente convincente como para llamar la atención de la Catrina Laice?
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Mis Reyes - Vulturi
Fanfic[Especial Halloween 2023.] THE KINGS VULTURI. La Catrina sabe donde pertenece, sin embargo siempre se ha sentido incompleta. En un año se escapó del mundo de los muertos, se sabe que regresó con la compañía de tres Reyes del mundo humano, pero no er...