🎃 Capítulo 25

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Hades se encontraba mirando a su alma vagar por el mundo de los muertos, todo a través de las flamas estrepitosas del fuego de su chimenea. Se notaba molesta, es más había notado como con solo la mirada había apuñalado y dejado en segundo plano a un alma criticón y chismoso, de esos que tanto la perseguían por estar soltera, por no hacer bien o no su trabajo, por la forma de vestirse como si no, por la forma de hablar como si no, criticaban todo al no tener nada bueno que hacer en su descanso eterno.

¿Porqué no las enviaba hacia el infierno se preguntarán? Simplemente por que no habían hecho un gran delito como para terminar en ese lugar, pero por su parte esperaba atentamente por castigarlos a todas esas maldita almas en cuanto un tropiezo dieran a las reglas que aquel mundo tenía.

La cuestión de estarla observando no era enfocarse en esas malditas almas sinvergüenzas, sino que por el reporte que había recibido(o queja insoportable) por parte de su... ¿Sobrina?, Su corazón nunca le hubiera hecho tener esta tortura detras suyo si la cuestión no fuera algo que en verdad la hubiera molestado.

Y muy pocas pero concisas cosas molestaban a Laice Collins, por ejemplo: el machismo, la dependencia humana, la manipulación, la avaricia y por sobre todo las actitudes petulantes. Luego las demás cosas que la llegaban a perturbar siempre eran deslices efímeros que de cierta forma se conectaban a esos principales motivos, y si se concentraba mucho en ella, podía sentir perfectamente que no había sido por culpa de los humanos que Afrodita había llegado a quejarse de su maldito y amargado corazón.

«Ese tu maldito corazón es tan orgullosa, joder. ¿Por qué no se deja querer aún cuando el poder está a sus pies? ¿porqué no se deja querer con sus amantes que mucho me costó conseguirle? ¡porque los rechaza con su ausencia!»sus reclamos eran tantos que solo eso pudo llegar a decifrar entre tanto griterio que lo había dejado medio sordo.

Los reproches, más la molestia flotando en cada poro muerto de su corazón, le dieron el punto inicial por donde investigar la información y lograr calmar o consolar a su pobre corazón. Pero de solo pensar que la haya lastimado alguno de esos pateticos reyes, le daba un coraje de no poder quemarlos de raíz desde ya, no podía dañarse a sí mismo al hacer eso, cuánto odiaba estar dividido en dos.

Se levantó de su sillón, llamando la atención de Perséfone.

—¿Qué pasa querido?

—Voy al mundo de los vivos. Regreso antes de que me extrañes mucho. —avisa antes de perderse en un viaje sombra, pero no sin antes besar la sien de su querida mujer.

Perséfone frunció el ceño ante el apuro de su esposo, por lo que buscó en la bola de cristal a la persona que podría ser la causante a que él necesitase visitar aquel mundo con un rostro tan sombrío como lo vio. Encontrando con la fachada de un bar en el mundo de los muertos, la Catrina bebiendo un gran taza de cerveza burbujeante mientras que por la falta de carne y musculo, sus huesos eran bañados en esa sustancia.

«Laice no tomaría alcohol en horas de trabajo, a menos que necesitara realmente refrescar sus huesos por una inmensa molestia»pensó totalmente interesada y preocupada.

Si el corazón de su esposo estaba con mal humor, eso quería decir que el infierno ardería muy pronto, los demonios estarían inquietos y su propio esposo más irascible que de costumbre, logrando que todo el equilibrio y pacífico tiempo se fuera al tacho. Frunció los labios, no podía usar a los semidioses para conseguir solucionar aquello si ya fue el mismisimo Hades a investigarlo, no era un tema que podrían vagar sin peligro en el mundo humano si el destino del corazón de su esposo era estar entre vampiros, suspiró agotada y frustrada.

Por ahora, nada podía hacer, a menos que aprovechara en traer a Laice hacia el infierno y tratar de calmarla. Pero eso era muy difícil, si Hades regresaba estaría descubierta infraganti, por ahora no se involucraría pero si se salía de las manos por culpa de Afrodita, intervendría pronto.

Mis Reyes - VulturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora