Capítulo 14

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— ¡Carajo!

— Buenos días para ti también.

— ¿Ander, como mierda entraste a mi casa?

El chico sonrió, señalando al guardia. — Supongo que no se ha enterado que me dejaste tirado en un puente hace tres meses.

La chica miro a un lado, no estando de humor para sus palabras. — Bien, ¿necesitas algo?

— Quiero hablar contigo.

— ¿No es eso lo que estamos haciendo?

El chico la miro, suspirando. — Ya sabes de lo que hablo, quiero que hablemos, esta vez, no como unos niños que solo se alejan del otro, quiero que me des una explicación, con detalles, si me engañaste, quiero que me lo digas.

— Ander, no hay explicación, solo ya no quería seguir contigo. — Esta dijo, cínicamente, mirándolo a los ojos. — Es así de simple ¿qué te cuesta tanto entender?

— Me cuesta entender que un día antes de que me dejaras, follamos y me repetiste que me querías más veces de las que puedo contar, eso pasa, y no soy creyente de esa mierda de que el amor se puede ir en un día, porque se que no se ha ido.

— Hablas como si estuvieras muy seguro de eso. — La chica hizo una mueca, comenzando a caminar fuera de su casa, se les hacía tarde.

—Oh, la follada que nos dimos hace dos días en ese baño donde me rogaste perdón y me dijiste que me querías, me hace sentirme totalmente seguro de que tus palabras son una mierda. — Este soltó, la chica lo miro con extrañeza al escuchar eso.

— ¿Qué dijiste?

El chico soltó la bicicleta en sus manos, acercándose a la chica con rapidez. — Qué te perdono Vale, no importa lo que haya sucedido, no importa si me engañaste, si te drogaste, no... No me importa, quiero que regresamos a ser lo que eramos antes, donde me decías que me querías a cada minuto, donde... Eramos felices.

La chica lo miro, inhalando con fuerza, esta retuvo el aire un segundo para evitar llorar, porque sabía que no podía cumplir eso, porque nada iba a volver a ser como antes, no cuando su conciencia no se lo permitiera, porque lo que había hecho no tenia perdón, ni de ella misma, mucho menos de los demás. — Lo siento Ander, pero no puedo hacerlo.

— ¿Por qué no? Mierda, si hice algo mal, si algo no te gusto, solo dímelo Carajo, no es... No es tan difícil.

La chica quería decírselo, claro que si pero eso solo seria como ponerle una maldición, y no quería eso, no quería ser egoísta. — Sigue con tu vida Ander, no persigas algo que no te conviene.

— No. — El chico dijo. — ¿Sabes algo? Vete a la mierda, tú y tus estúpidos juegos de palabras, ¿no me conviene? ¿Qué sabes tú sobre lo que me conviene o no? — El más alto de acerco a ella un poco más, levantando su rostro con su dedo índice. — Si tengo que arrastrarme ante ti todos los días, lo voy a hacer, para que entiendas que no me importa lo que hayas hecho, lo que haya pasado, te quiero en mi vida ¿entiendes?

— Deja de humillarte así.

— Yo no llamaría humillación luchar por lo que quiero, así que, o me dices que mierda paso, o voy a comenzar a hacer hasta lo imposible para que regreses conmigo.

...

— Deja de verla, va a parecer que te interesa.

— ¿Esa mosca muerta? Por favor. — Valentina negó, sonriendo mientras metían una pastilla a su boca, llamando la atención de la morena a su lado. — ¿Y eso?

— Analgésicos, los puntos están curando y me duelen. — Esta dijo con tranquilidad, obviando que el bote dentro de su mochila decía otra cosa.

— Hola lindura. — El beso en su mejilla hizo a esta sonreir al ver a Valerio, quien vio a Lucrecia, notando como esta miraba a la rubia sentada al final de la clase.

𝐋𝐈𝐄 𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora