Capítulo 2

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— Hola guapo. — Vale dijo una vez vio a Ander salir del edificio, no estaba esperándolo, estaba esperando a Samu, pero ya que el chico se presento antes, pues tenia que aprovechar. — Es bueno ver que no te ahogaste.

— Esa mierda no es tan fácil. — La chica rio, asintiendo, ella también había pasado por eso. — Pero parece que tú lo dominas muy bien.

— Podría decir que soy toda una profesional ahora. — La chica sonrió, haciendo a este entrar en un poco más de confianza, acercándose más a ella mientras la miraba a los ojos. — Quiero preguntarte algo.

— Lo que quieras.

— ¿Iras a la fiesta de los Nunier? — Esta preguntó, lo que hizo a Ander mirarla con confusión. — Bueno, me invitaron él y su hermana, así que pensé que sería de muy mal gusto no ir, pero... Quería saber si iba a divertirme un poco.

— Ahora que lo pones de esa manera ¿como podría faltar? — Este sonrió antes de recordar algo. — ¿Tienes algo que hacer ahora?

— Eso depende, ¿quieres que hagamos algo ahora? — El chico asintió, admirando los bonitos ojos de la chica, quien se acerco a el, tocando la corbata de su uniforme.

— Ya que eres una profesional armando un porro... ¿Por qué no me das lecciones privadas?

— Uhmm... — Esta asintió, sonriendo. — Tendría que verte haciendolo y así, podría decirte en que nivel estas... Y quizá darte algunas lecciones ¿no crees que sería buena idea?

El chico asintió, inclinandose un poco antes de que una voz los interrumpiera. — ¡Ander, amigo! — La voz de Christian se escuchó, haciendo a Vale reír, poniendo la mano en el pecho del más alto, la chica inclino la cabeza.

— Nos vemos en la fiesta entonces, guapo. — Con un guiño, la chica se alejó, haciendo a Ander gruñir de molestia antes de ser abrazado por el chico que lo interrumpió.

— Vamos amigo, deja de verle las piernas a la Duquesa que se te manchan los pantalones.

...

— Entonces, veo que te decidiste.

— Claro, no me gusta decirle que no a las fiestas, mucho menos si puedo ver chicos guapos por todos lados, ¿no es así? — La chica sonrió a Guzmán, quien se acerco de inmediato cuando vio a la chica con ese vestido color dorado claro, casi se confundía con plateado apagado, remarcando completamente su cintura, y aunque era pegado, con escote y tenia una abertura en que dejaba ver una de sus piernas al caminar, siempre tenia ese toque de elegancia que caracterizaba la ocasión.

— Tienes razón, buena decision. — La chica asintió e iba a decir algo antes de escuchar una maldición proviniente del chico, quien veía detrás de su espalda con ojos molestos. — Permiteme guapa.

La chica asintió, dejándolo ser, sus ojos se movieron a la mesa de champaña, donde vio esa figura familiar, sonriendo, la chica camino hacia él, tomando una copa, lo que captó la atención al chico. — ¿Pero que ven mis ojos?

— Una brillante luz. — La chica sonrió, viendo lo borracho que el chico se veía. — ¿Cuantas copas llevas guapo?

— No estoy borracho si es lo que piensas, solo se me cerro la garganta al verte. — Este dijo, admirando el cuerpo de la chica en ese vestido. — No creo que Guzmán tenga detector de porros en su casa... ¿Siempre estas dispuesta a darme las lecciones?

La sonrió antes de llevarse la copa a la boca, bebiendo un poco, cuando el rostro de este se posiciono al lado de su oreja, la chica sintió un escalofrío bajar por su columna. — Y el baño tiene una repisa enorme donde puedes enseñarme a como enrollar uno, podemos encenderlo cerca de la pared, así nadie notará nada...

𝐋𝐈𝐄 𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora