Capítulo 15

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— Eres rápido para conseguir qué te inviten a casa ajenas ¿no?

— También soy bueno para acostarme en camas ajenas, ¿quieres que te muestre como hago eso? — La chica golpeó el hombro de Valerio, mirando a Guzmán, quien caminaba detrás de ellos, ambos subiendo la cuesta de la enorme casa de Cayetana, sí, ese era el nombre la rubia rara qué había conocido hace unas horas atrás.

Cuando la puerta se abrió y la rubia se presento ante ellos, estos se adentraron al lugar. — ¡Hola, hola! ¿Qué tal?

— ¡Miss Mexico! Qué coincidencia. Creo que estamos destinadas.

— ¿Qué hacen ustedes dos aquí? — Lucrecia pregunto, mirando como ambos chicos dejaban sus regalos en la mesa.

— Oye, no puedes dejar fuera de una fiesta a la duquesa de España, sería, una perdida total. — La chica dijo, levantando su botella de licor. — ¿Donde dejo esto?

Esta paso al lado de Lucrecia, esta la analizó, notando como se veían sus ojos de perdidos, maldiciendo al rizado, esta lo miro. — ¿Qué le diste?

— Tú y ese infeliz tienen que dejarla vivir ¿sabes? Hay muchas cosas que se está perdiendo, dejala ser, no la voy a matar. — Este se quejo antes de sacar los pequeños sobrecitos del arreglo qué llevaba de señuelo. — Bueno, la fiesta, esta aqui dentro.

...

El grito de Valentina cuando vio como Guzmán abría la botella, hizo a Lucrecia cerrar sus ojos, cansada de la actitud tan infantil de ambos.

— Oye, perdoname, enserio, mira como te dejaron la casa ya, me los voy a llevar.

Valentina se levantó al ver a guzmán tomarse el champán el solo, abriendo la boca, la chica sonrió cuando sintió el liquido frio entrar en esta tragando con algo de dificultad esta volteo cuando escucho la voz de Valerio, viendo a sus espadas, esta sonrió al verlo salir de una habitación solo con una bata.

— Cien euros a quien adivine qué tengo bajo esta bata. — Este dijo, Valentina se sentó al lado de Cayetana, viendo al rizado modelarles. — Qué por cierto, me queda... ¿Como me queda lindura?

— Divino. — Esta sonrió, sintiendo la caricia en su rostro, cuando este sacudió el billete en su rostro, la chica escucho a Cayetana decir que no llevaba nada debajo, a lo que falló. Levantando la mano, la castaña, se inclino sobre la mesa. — Yo.

— Sí lindura.

— Un calcetín. — Esta sonrió, estirando su mano, el rizado sonrió, entregándole el billete.

— Chica lista y bella. — Valerio dijo, levantando a la castaña, abrazandola por detrás. — Me gusta esta chica ¿eh? ¡Me gusta esta chica!

— ¡A mi también!

— Yo se, le gusto a todos. — Esta sonrió guardando el billete en su pantalón. — Pero yo... Yo no quiero los billetes ¿para qué? Tengo suficientes.

Valerio sonrió con malicia al verla darse la vuelta, tocando su abdomen, más bien, la cinta de la bata. — Entonces duquesa, tome su premio.

La chica, lentamente, quito el nudo de la bata antes de destaparlo por completo, riendo al ver el miembro del chico con solo un calcetín cubriendolo, el grito de Guzmán se sumo al de Cayetana y a los quejidos de Lucrecia.

Cuando Valentina fue levantada en el aire por Valerio, esta grito de emoción, viéndolo correr a la piscina, cuando la lanzó al agua, pido escuchar los gritos distorsionados de Lucrecia, nadando para subir a la superficie, este enrollo los brazos en el cuello del rizado, quien fue lanzado por guzmán, el que se lanzó segundos después.

𝐋𝐈𝐄 𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora