ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴄᴜᴀᴛʀᴏ

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Tomo un puñado de palomitas y lo llevo a mi boca mirando fijamente la pantalla de la televisión. Eve y yo soltamos nuevamente una pequeña risa mientras vemos al payaso de la película correr detrás de los niños, sin duda las películas de terror cada vez causaban menos miedo.

De la nada el sonido del teléfono llama la atención de ambas. Me levanto del sofá al tiempo que Eve pausa la película.

funeraria Spellman, habla Faye —digo al contestar la llamada pero solo se escucha un silencio del otro lado —¿Hola?

Eve me mira confundida al tiempo que pregunta que ocurre en un pequeño susurro. Niego levemente a medida que espero que alguien hable del otro lado de la línea pero luego de unos segundos me aburro y corto la llamada.

Un golpe en la puerta de entrada llama mi atención haciendo que rápidamente mire a Eve.

—quizás sea el payaso asesino —se burla.

Camino hacia la entrada viendo a Sabrina subir las escaleras molesta mientras que mamá le entrega su bolso a tía Hilda y se dirige a la cocina en total silencio.

—supongo que no les fue muy bien en la corte infernal —digo acercándome a tía Hilda.

—dictaminaron que Sabrina si rompió una promesa —me explica —Edward y tu madre pusieron su nombre en el libro de la bestia a días de haber nacido —respira hondo como si intentará tranquilizarse para luego mirar a Eve con una pequeña sonrisa —hola cariño, ¿Te quedarás a dormir? Puedo preparar muffins.

—gracias tía —le sonrío en agradecimiento.

Tía Hilda nos mira una última vez con una pequeña sonrisa para después caminar hacia la cocina.

—ah, linda... —tía Hilda se gira hacia mi —el padre Blackwood quiere que vayas a retirar tus cosas de la academia mañana a primera hora.

Asiento levemente para luego girarme hacia Eve que solo mantenía una mueca en su rostro. Estira su brazo hacia mi por lo que me acerco a ella.

—veremos toda la saga del payaso asesino... —murmura pasando su brazo por mi espalda mientras me guía al sofá de la sala donde estábamos minutos atrás —nos reiremos un rato, después comeremos esos fantásticos muffins de tu tía y mañana te acompañaré a buscar tus cosas a la academia, y si es posible maldecir a Blackwood.

Le sonrió en agradecimiento y sin más me acomodo junto a ella para seguir viendo la televisión mientras nos llenamos de palomita la boca. No me extrañaba en absoluto la desición de Blackwood, incluso me impresionaba que no lo hubiera pedido desde antes.

La noche paso entre risas, conversaciones triviales de magia, y comida en grandes cantidades gracias a tía Hilda que al parecer parecía demasiado nerviosa por algo que terminó llenando la cocina de deliciosa comida. Me sentía algo molesta con Sabrina, no podía dejar de pensar en la academia y en como fui expulsada sin justificación, desde pequeña mamá y tía Hilda me criaron y enseñaron de la magia en casa, no fue hasta mi bautismo oscuro hace un mes atrás que tuve la oportunidad de poder asistir a ella. Mamá siempre me contaba historias sobre sus años en la academia y no paraba de hablar de como le gustaría que yo viviera esa experiencia de la misma forma que ella lo hizo, y aunque no es precisamente mi culpa, me siento culpable por haber perdido mi lugar en ella. Se suponía que viviría grandes experiencias y que me especializaría en conjuros, pero todo termino antes de siquiera poder comenzar.

Dejo mi bolso sobre mi cama para luego dirigirme al pequeño baúl a los pies de ella. Lo abro y comienzo a sacar mis pertenencias para ir dejándolas a un lado. Todos en la academia se encuentran en clases a esta hora, así que sería fácil ordenar mi bolso e irme sin ser vista por nadie.

𝐅𝐀𝐘𝐄 →ɴɪᴄʜᴏʟᴀs sᴄʀᴀᴛᴄʜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora