ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴠᴇɪɴᴛᴇ

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Respiro hondo mientras miro a Nick y Dorcas practicando para la obra de la academia sobre el escenario. Todos los años se organiza una obra en representación de la llegada de Lucifer a la tierra, y como era de esperarse, el sumo eligió a los protagonistas dejándome en la banca.

Mamá camina alrededor del escenario en un intento de corregir la horrible actuación de la pelirroja, una real tortura para todos los presentes.

Una vez más ruedo los ojos intentando contenerme de no arrancarmelos mientras veo a Dorcas intentando acercarse a Nick más de la cuenta a medida que él se mueve por el escenario incómodo.

—ese papel debería ser tuyo —escucho una voz ronca cerca de mi oído. Miro mi alrededor hasta encontrar al señor oscuro en una de las equinas de la iglesia mirándome fijamente —mira a tu izquierda, hay una barra, quítala y el papel será tuyo.

Confundida me giro hacia donde dice encontrando la barra a pocos centímetros de mi. Sigo la cuerda hasta el techo para ver cómo está sostiene un saco justo sobre la cabeza de Dorcas. Antes de darme cuenta mi mano está sobre la barra, rápidamente la quitó escuchando en segundos el grito de Dorcas. Mi mirada se dirige hacia ella encontrándola en el suelo con un charco de sangre creciendo bajo su cabeza.

Rápidamente me levanto de mi asiento haciendo que todos me miren confundidos, entre ellos Dorcas que parecía estar en perfecto estado junto a Nick.

—¿Faye? —mamá me mira confundida.

—lo lamento —murmuro.

—bien, todos almorzar.

En segundos todos se dirigen al exterior de la iglesia al tiempo que Eve llega a mi lado.

—¿Que fue eso? —pregunta la rubia mirándome confundida.

—¿Me creerías si te digo que vi al señor oscuro?

Eve ríe levemente pero al ver que permanezco en silencio deja de reír para mirarme seriamente.

—¿Hablas enserio? —me mira confundida.

—quizás solo lo imaginé —murmuro sentándome nuevamente en la banca.

—¿Precisamente que imaginaste?

—me decía que le hiciera daño a Dorcas para quedarme con el papel protagónico.

—si realmente lo viste... —murmura Eve luego de unos segundos en silencio —tendrás que hacerlo.

Miro un momento el saco colgando sobre el escenario, ¿Realmente podría hacerle daño solo porque el señor oscuro me lo pidió?. Dorcas es una horrible persona, pero no podría herirla solo para beneficio mío, no creo tener ese derecho.

Al cabo de unos minutos todos regresan a la iglesia para seguir con el ensayo mientras que yo me acomodo en la banca mientras muerdo una manzana. Desearía poder salir de aquí, pero prácticamente me veo obligada a quedarme ya que mi madre es la encargada de todo esto.

—¿Practicamos? —Nick aparece apoyándose en la banca frente a la mía.

—¿No deberías hacerlo con dorcas? —pregunto mirando detrás de él a la pelirroja ensayando sus líneas en el escenario.

—la verdad es que no tenemos química, realmente esperaba que tú fueras Lilith.

—la verdad es que es un personaje bastante sumiso, no es mi estilo.

—no, no lo es —dice acercándose un poco más —te gusta estar al mando.

—¿Que escena quieres practicar? —pregunto antes de que la conversación tome otra dirección.

—¿Que te parece la primera noche de Lilith y Lucifer? —pregunta sentándose en la banca quedando frente a mi —¿Lilith porque yaces tan lejos de mi? Acércate.

—no yaceré bajo de ti —sigo el libreto —solo a tu lado.

—¿Eso fue lo que le dijiste a tu esposo Adán? ¿No tienes frío?

—si, tengo frío desde el jardín.

—acércate, te daré mi calor —se acerca un poco más quedando a pocos centímetros —estas temblando, ¿A qué le tienes miedo?

Miro el libreto un segundo para luego subir la mirada a Nick, pero antes de poder decir la siguiente linea veo la silueta del señor oscuro aparecer detrás de Nick haciendo que rápidamente me levante de golpe al tiempo que un trozo de manzana se atora en mi garganta.

El señor oscuro levanta una de sus manos en mi dirección haciendo el gesto de querer ahorcarme al tiempo que el aire comienza a escapar de mis pulmones. Caigo al suelo de golpe mientras llevo mis manos a mi cuello intentando respirar.

La mirada preocupada de Nick aparece sobre mi al igual que las hermanas extrañas que intentaba ayudarme a respirar pero nada parecía ayudar. Mi desesperación comienza a aumentar en el momento que veo nuevamente al señor oscuro aparecer detrás de Nick mirándome fijamente. Poco a poco siento mi cuerpo desvanecerse hasta que todo se vuelve completamente.

Abro mis ojos de golpe al tiempo que llevo mis manos a mi cuello. Miro detenidamente mi alrededor llevándome la sorpresa de que me encuentro en mi habitación. Eve y mamá están paradas a los pies de la cama mirándome en completo silencio al tiempo que comienzo a recordar lo que sucedió en la iglesia.

—querida al fin despiertas —mamá se acerca a mi para tomar la taza en mi mesita de noche para luego ofrecermela —tu tía Hilda te hizo un té para aliviar tu garganta.

—no recuerdo como llegué aquí —murmuro tomando la taza entre mis manos.

—Nicholas te llevó conmigo y con algo de ayuda pude hacer que vuelvas a respirar.

—fue el señor oscuro —digo haciendo que me mire asombrada —lo vi hoy, dos veces... Me pidió hacer algo.

—y no lo has hecho, ¿No es así? —pregunta haciendo que niegue levemente —cualquier cosa que te haya pedido es un pacto secreto, debes cumplir con tu devoción oscura. Ahora descansa.

Mamá sale de mi habitación dejándome a solas con Eve que rápidamente se sienta a mi lado en mi cama.

—debes hacerle daño a Dorcas —murmura la rubia mirándome fijamente —esto fue un aviso de lo que pasará si no cumples lo que dice.

—pensaré en algo.

Sin más me tomo la taza de té de tía Hilda para luego recostarme en mi cama. Luego de todo lo sucedido necesito un descanso, y dormir por al menos veinte horas suena una maravilla.

Al día siguiente las cosas parecían ir igual, yo sentada en la banca mientras que veo a Nick y Dorcas ensayando en el escenario mientras mamá los dirige. Cómo es de esperarse la presencia del señor oscuro aparece justo a mi lado mirándome fijamente. Las palabras de mamá aparecen en mi cabeza, “debes cumplir con tu devoción oscura”.

—no le haré daño a Dorcas —murmuro.

Siento su mirada sobre mi para luego ver de reojo como desaparece haciendo que respire algo tranquila, quizás esas palabras era todo lo que tenía que decir para hacer que me deje en paz.

De la nada lo veo aparecer junto a mi mamá, una sonrisa algo diabólica aparece en su rostro desmontrandome que haría lo que fuera para que cumpliera sus palabras. Sin más me doy por vencida y cierro mis ojos al tiempo que murmuro un hechizo. En cosa de segundos escucho un golpe seco. Abro mis ojos al tiempo que me levanto de la banca viendo a Dorcas en el suelo con una herida abierta en la cabeza mientras que es rodeada por todos.

Rápidamente me acerco a ella para comprobar que esta bien, y una vez más el señor oscuro aparece mirándome fijamente, pero está vez una pequeña sonrisa decoraba su rostro mientras que caminaba hacia la salida de la iglesia.

Había logrado conseguir lo que quería.

𝐅𝐀𝐘𝐄 →ɴɪᴄʜᴏʟᴀs sᴄʀᴀᴛᴄʜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora