ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴅɪᴇᴄɪᴏᴄʜᴏ

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Camino por el bosque hacia mi casa a medida que intento respirar todo el aire puro posible. Aún me siento demasiada enfadada con Nick, y tengo la horrible costumbre de que cuando algo me molesta todo lo demás también lo hace, así que llegar enojada a casa es una pésima opción.

De la nada escucho un ruido detrás de mi, me giro esperando ver algún animal del bosque, pero en cambio veo a un demonio caminando entre los árboles directamente hacia mi.

—¿Es enserio? —pregunto para mi misma.

En segundos abre su abrigo haciendo que cientos de murciélagos vuelen directamente hacia mi. Rápidamente comienzo a correr lo más rápido que puedo, intento esconderme detrás de unos árboles pero rápidamente soy encontrada por los murciélagos que comienzan a golpearme con sus cuerpos haciendo que caiga al suelo al tiempo que intento cubrirme con mis brazos hasta que recuerdo el silbato de protección de mamá. Sin pensarlo lo saco de mi bolso para después comenzarlo a tocar lo más fuerte que puedo hasta lograr que los murciélagos y el demonio desaparezcan por completo.

Lentamente me levanto del suelo esperando ser atacada nuevamente pero parecía estar sola en medio del bosque. Sin pensarlo apresuro mis pasos hasta llegar a casa, rápidamente ingreso cerrando la puerta detrás de mi al tiempo que apoyo mi espalda en ella intentando recuperar el aire perdido de mis pulmones.

—¿Qué paso? —pregunta tía Hilda apareciendo frente a mi al tiempo que saca una pequeña rama de mi cabello.

—alguien mandó otro demonio a atacarme —respondo —quizás sea el padre Blackwood, no quiere que sea líder y piensa que hice trampa, y peor aún, no tengo ni la menor idea de que es el desafío de hervor y borboteo.

—por suerte para ti, soy la actual campeona invicta de borboteo de la academia, ve a darte una ducha y prepararé algo de comer para darte un curso básico.

—gracias —le regalo una pequeña sonrisa.

Sigo sus indicaciones y subo a mi habitación para darme una ducha rápida, pero apenas abro la puerta me encuentro a Nick parado en medio de mi habitación. Intento ignorarlo mientras lanzo mi bolso a mi cama y me quito la chaqueta.

—Faye, ¿Podemos hablar? —pregunta siguiéndome por la habitación al tiempo que aparece un psicopompo en la ventana.

—de acuerdo —me giro a mirarlo —pero antes puedo hacer un resumen de lo que ocurrirá... Me dirás que lo sientes, que no era tu intención hacerme sentir así, yo te diré que está bien y luego te pediré que te vayas para que pueda estudiar para mañana y ganarte nuevamente antes de que mi ventana se replete de psicopompos.

—ese es un gran resumen —dice caminando hacia mi hasta detenerse a solo un metro de distancia —¿Porque tienes una hoja en el cabello?

Antes de que pueda responder otro psicopompo aparece en la ventana.

—ya es momento de que te vayas, Nick —murmuro mirándolo seriamente.

—al menos podrías decirme que estamos bien, porque lo estamos, ¿No?

—si, lo estamos —asiento levemente.

Nick me mira en silencio unos segundos para luego simplemente desaparecer. Sin más sigo mi camino al baño, me doy una ducha y me pongo algo cómodo para luego bajar a la cocina en donde tía Hilda ya tenía preparado todo. El enfado hacia Nick habia desaparecido completamente, como si jamás hubiera estado ahí, pero aún así no quería darle el poder de subestimarme, se que hice trampa, que “gané injustamente”, y solo me siento mal al haberlo hecho contra Nick, pero así son las reglas en el mundo oscuro, no corre la justicia, si no la ley del más rápido e ingenioso, está vez yo lo fuí.

𝐅𝐀𝐘𝐄 →ɴɪᴄʜᴏʟᴀs sᴄʀᴀᴛᴄʜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora