Hago girar la cuchara en mi taza de té a medida que escucho a Sabrina contar como su espíritu familiar apareció en su habitación anoche.
—no te entiendo sobrina, ¿Porqué un espíritu silvestre y no uno criado? —pregunta mamá mirando confundida a Sabrina mientras apunta al gato negro comiendo una lata de atún en el suelo.
—Salem no es silvestre tía Zee —responde Sabrina mientras niega levemente —trabajamos juntos, él me protege y yo lo protejo a él.
—bebe esto cariño —tia Hilda deja un vaso con un líquido extrañamente de color azul —esta vez le puse algo de canela.
—¿Y porque Salem? —pregunto por el nombre del gato.
—me dijo que se llama así —Sabrina se encoge de hombros
—al menos ahora tienes a tu espíritu —dice tía Hilda —y además purificas tu cuerpo, ya estás lista para tu bautismo.
—sobre eso... —murmura Sabrina haciendo que la mire seriamente al tiempo que niego levemente, sabía a la perfección al punto que quería llegar —estoy en medio de iniciar un club en la escuela.
—¿Un club? —pregunta mamá rápidamente —¿Que clase de club?
—mujeres protegiendo a mujeres —responde Sabrina con orgullo —casi como un aquelarre. Me preguntaba si podría posponer mi bautismo un poquito.
—¿Posponerlo? —pregunta mamá algo molesta —Sabrina no puedes posponer tu décimo sexto cumpleaños, y más aún cuando cae en un eclipse de luna de sangre que solo ocurre cada 76 años.
—creo que está conversación está llendo a un punto en el cual no quiero participar —digo levantándome de mi asiento —tengo tarea que hacer, nos vemos luego familia.
—te ayudo —dice Ambrose soltando un suspiro.
Camino hacia la puerta de entrada para salir al porche en donde me siento en una de las sillas con vista al pequeño cementerio en el patio. A los segundos Ambrose se sienta a mi lado mientras sujeta una taza de café entre sus manos.
—no me has contado cómo estuvo tu primera clase de conjuros —dice rompiendo el silencio.
—bueno... Se mantener un lápiz en el aire por un minuto.
—eso es bueno —me mira con una pequeña sonrisa —¿Quieres practicar necromancia?
—suena algo que mamá no me dejaría —digo mirándolo —nos vemos en la sala de embalsamado en diez minutos.
Sin más me levanto de la silla para dirigirme a mi habitación por mi libro de conjuros. Necesitaba practicar algunos hechizos antes de volver nuevamente a la academia.
[...]
Escribo en mi libreta a medida que escucho a Eve hablar a mi lado. Llevábamos casi toda la tarde en mi habitación estudiando herbologia y ya podía sentir mi cabeza a punto de explotar por tantos nombres de hierbas con fines mágicos.
—¿conoces a Nicholas Scratch? —pregunta Eve de la nada haciendo que la mire confundida —él parece conocerte bien, hoy pregunto por ti, quería saber porque habías faltado a clases.
—¿Pregunto por mi?
—ay no —niega rápidamente mientras me mira seriamente —conozco esa cara. Nicholas Scratch es el peor hechicero en el que te puedas fijar, prácticamente ha salido con media academia, incluyendo a las hermanas extrañas, las tres al mismo tiempo.
—lo dices como si quisiera salir con él —murmuro mirándola —solo lo encuentro guapo y ya.
—mantente lejos de él —me mira fijamente haciendo que ruede los ojos —hablo en serio Faye.