ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴠᴇɪɴᴛɪsᴇɪs

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Miro el cuerpo inerte frente a mi al tiempo que tomo uno de los cuchillos a mi lado. Desde que Ambrose fue aprisionado en las celdas de las brujas y yo fuí expulsada de la academia, el trabajo sucio de abrir cuerpos en la morgue de nuestro sótano se volvió mi trabajo, pase de estudiar hechizos a estudiar el cuerpo humano y lo horrible que quedan luego de la muerte.

Con cuidado tomo el corazón del hombre sobre la mesa para sacarlo de su pecho e inspeccionarlo unos segundos para luego meterlo dentro de una bolsa.

—aquí estás —aparece Sabrina por las escaleras.

—donde más estaría... —murmuro con sarcasmo.

—necesito tu ayuda.

—y yo necesito que mi novio vuelva hablarme —la miro unos segundos con una sonrisa falsa mientras tomo los intestinos del muerto y los meto en la bolsa —no todos podemos tener lo que queremos... Estoy demasiado ocupada encargandome de los muertos que tía Hilda no para de recibir.

—las hermanas extrañas están torturando a Ambrose —dice Sabrina haciendo que me detenga.

Vuelvo mi mirada al hombre sobre la mesa para después quitarme los guantes y lanzarlos a la basura.

—tenemos que detenerlas —dice mirándome seriamente.

—es obvio que la detendremos, pero no puedo entrar a la academia.

—quizás podemos invocar al Trivium profano, ellos podrían perdonar a Ambrose.

—no creo que ellos...

—al menos hay que intentarlo, ¿No?

Miro a Sabrina poco convencida para después simplemente asentir mientras que quito los implementos de la morgue.

—¿Y tía Hilda? —pregunto subiendo las escaleras detrás de ella.

—con el doctor Cerberus.

Cuando llegamos a la sala rápidamente comenzando a mover algunos muebles para después poner velas por todo el suelo. Todo esto de invocar al Trivium es una locura, comenzando por que es algo prohibido, pero también porque las posibilidades de que perdonen la muerte del antipapa es realmente inexistente.

elevamos nuestras plegarias a Lucifer —decimos al unísono al tiempo que nos tomamos las manos —las ruedas de la justicia giran muy lento. Nuestro juez, jurado y verdugo, convoca al Trivium profano.

En segundos las velas se apagan por un momento para luego volver a encenderse mostrando al Trivium en sus tronos justo en frente de nosotras.

—¡Se atreven a invocarnos! —alzan la voz al unísono.

—nos disculpamos su señoría —dice Sabrina a mi lado —no teníamos opción. Nuestro primo fue encarcelado en la academia sin un juicio, y queremos recurrir al consejo en su nombre.

—después de consultarlo con el justo reverendo Blackwood, hemos decidido que no habrá un juicio.

—el padre Blackwood no puede decretar esas cosas —digo rápidamente.

—Ambrose Spellman será ejecutado como el canalla que es el día que el padre Blackwood regrese a casa de la Necrópolis.

—¡Ambrose es inocente! —Sabrina alza la voz.

—¡Falso! Sus actos fueron presenciados por todo el aquelarre, no nos invoquen de nuevo o serán acusadas de desacato.

Sin más las velas se apagan al tiempo que el Trivium desaparece. Tal y como pensé, esto no sirvió de nada más que saber el día de muerte de Ambrose. Sin saber que más hacer vuelvo al sótano para seguir mi trabajo con los cuerpos, corto y guardo órganos en bolsas por horas antes de percatarme que es la hora de comer. Sin más subo a la cocina en donde encuentro a tía Hilda preparando un delicioso pollo asado.

𝐅𝐀𝐘𝐄 →ɴɪᴄʜᴏʟᴀs sᴄʀᴀᴛᴄʜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora