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Lynn y Hannah salían de el departamento.

Hannah: ¿Quieres que pida un Uber?

Lynn: No será necesario.

Hannah: ¿Hm?

Lynn: Ama dijo que podía prestarme su auto para llevarte.

Hannah: Wow, ¿de verdad?—La mayor asintió.—Oh, genial, entonces vámonos ya.

Lynn abrió la puerta del copiloto para su novia y esta subió, después fue al otro lado y subió a su lugar.

Hannah: Espera, ¿sabes manejar?

Lynn: Obviamente se manejar.

Hannah: ¿Desde cuando?

Lynn: Desde los once. Verás, al ser una de las pocas hermanas que se interesan en cosas cómo estás, papá me enseño a manejar desde pequeña.

Hannah: Ohhhh, ya veo, que genial.—La rubia sonrió y su novia le devolvió la sonrisa.

Lynn: Cinturón.—Hannah entendió y se abrochó el cinturón de seguridad, Lynn hizo lo mismo.—Muy bien, nos vamos.

Ella arrancó y comenzaron a platicar sobre anécdotas raras de cumpleaños anteriores.

Algo que ambas amaban de esta relación, es que además de ser novias, las chicas eran amigas y confiaban entre sí. Esa es la base de una relación bonita.

Loud tenía su mano izquierda descansando en su propia pierna mientras que con la otra sostenía el volante y sus piernas estaban separadas.

Lynn: ¿No quieres poner música?

Hannah: Claro, pero sabes que no voy a-.

Lynn: Ya se que no vas a poner Kanye West Hannita, pon lo que tú quieras.—Volteó a ver a Sanders por unos segundos con una sonrisa y luego continuó con su vista en la carretera.

Hannah sonrío y conectó su celular al auto.

Hannah: Hmmm...—Buscaba en sus playlist, escogiendo algunas canciones, la rubia sonrió y finalmente escogió una.

En las bocinas del auto comenzó a reproducirse una conocida intro.

Se trataba de "Streets" de Doja Cat.

La mayor levantó una de sus cejas y volteó a ver a la más baja.

Lynn: No sabía que te gustaba ese tipo de música.

Hannah: Mi cielo, tengo una playlist de 7 horas de pura música hormonal.—La mayor sonrió y volvió a mirar hacia la carretera.

Lynn: Genial, nos servirá para más tarde.—Las mejillas de Sanders se tornaron rosadas y solo entrecerró los ojos, mirando a la castaña.

Lynn rió.

Unos minutos después, mientras Hannah miraba por la ventana, interrumpió el silencio.

Hannah: Nunca había estado por este lado de la ciudad.

Lynn: ¿De verdad?

Hannah: Al parecer Los Ángeles es más grande de lo que imaginaba.

Lynn: Supongo que si.

Sanders miró a Loud.

Hannah: Sabes, creo que si conozco esta parte, de hecho una vez vine con Ama a un restaurante cerca de aquí, ¿no será ese al restaurante que vamos?—La rubia sonrió y los nervios de la castaña aparecieron.

Lynn: No lo sé, pero ya casi llegamos.—La ojiazul asintió y se acomodó en su asiento.

15 minutos de canciones hormonales después, Loud finalmente se estacionó y Hannah estaba a punto de bajarse, pero la castaña tomó su mano.

Oh, Hannah || Lynn Loud.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora