Oh, Hannah || Lynn Loud.

18

Eran casi las cinco de la mañana, pero gracias al cielo, era viernes, así que los chicos no tenían que preocuparse por levantarse temprano.

Hannah se había acostado co Lynn, la mayor abrazándola, con cuidado de no lastimarse el pecho claramente.

Los demás hermanos estaban acostados en los sillones que estaban en la habitación 001, o sea la de su hermana.

Sra. Rita: Niños, levántense, ya es hora de irnos.—Las hermanas mayores escucharon y comenzaron a despertar.

Lori: ¿Ya dieron de alta a Lynn?—La madre negó.

Sr. Lynn: Hasta mañana a las 3 P.M.—La rubia asintió y comenzaron a levantar a las hermanas menores.

La Sra. Rita movió ligeramente a Hannah, quien estaba envuelta por los brazos de Lynn.

Luna: ¡Espera mamá!—Susurró la castaña y rápidamente se acercó a la camilla con su celular en las manos.

Le tomó una foto a las chicas que dormían ahí y todos los demás hermanos se acercaron.

Todos: Awwww.

Lincoln: Se vería mejor conmigo, las de pelo café ya pasaron de moda.—Luan le despeinó el cabello.

Rita continuó con lo suyo y despertó lentamente a Hannah.

Hannah: Ah- ¿Si? ¿Que pasó?

Sra. Rita: Cariño, ¿quieres que te dejemos en tu casa?

Hannah: Ay no señora, cómo cree, ahorita llamo a mi hermana y viene por mi.

Sra. Rita: No pasa nada cielo, tú hermana ya debe estar dormida, ven, nosotros te llevamos.

Lana y Lola: ¡Siii!

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Hannah había llegado a su casa, agradeció a el Sr. y Sra. Loud y se despidió.

Entonces bajó de Vanzilla y se dio cuenta de la hora que era, 5:22 A.M. Eso significaba que sus padres ya estaban en casa.

Mierda.

Pensó la chica.

Tenía que inventar una excusa rápidamente por si es que su madre la escuchaba.

Diré que estaba en casa de Eduardo... así seguramente no se va a molestar.

Abrió la puerta de su casa lentamente y se aseguró de que no hubiese nadie en la sala, al no ver a nadie, subió rápido a su cuarto, cerrando la puerta sin hacer mucho ruido.

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El siguiente día ya había comenzado, pero los hermanos en la casa Loud seguían completamente dormidos.

Ya eran las 2:32 P.M. y ninguno había despertado, solo el Sr. Lynn y la Sra. Rita, pues ellos tenían que recoger a su hija la cual estaba en el hospital.

Sr. Lynn: ¿No llevaremos a los demás, cielo?

Sra. Rita: No lo creo, déjalos descansar. Ya que vengamos de regreso llamamos a Lori para que despierte a sus hermanos y le den la bienvenida a Lynn.—El castaño asintió y ambos subieron a Vanzilla.