Gabriel
Hace casi una semana, regresamos de Kansas y no había cumplido ningún otro punto en la lista, gracias a que el trabajo sigue siendo un puto desastre. El escándalo de Jason sigue siendo material de qué hablar entre la prensa amarillista y estamos haciendo todo lo posible para aplacar a los medios, pero es demasiado difícil. Ellos ya han tomado una postura al respecto, lo están destruyendo... a la banda, al equipo... todo ha sido afectado y embarrado.
La banda lanzó un comunicado diciendo que, para preservar la salud mental de todos, pausarán sus actividades como grupo. Sé que no quieren hacerlo, incluso Scott insinuó reemplazar a Jason en el bajo y Ben estuvo de acuerdo por primera vez con lo que dijo, pero Cam amenazó con salirse de la banda si hacen eso, y ahora solo les toca esperar a que Jason salga de rehabilitación si no quieren que la banda se disuelva.
Todo es un puto desastre.
La única artista a mi cargo que no me da dolor de cabeza, es Dove, y eso que está pasando por un bloqueo creativo otra vez.
Genial.
Acaricio mis sienes una vez más, sintiendo la migraña envolverme. Jessica aparta la mirada de la carretera y me observa de reojo.
—¿Estás bien? —pregunta, cambiando la marcha de su Lambo y poniendo su atención al camino.
—Sí —suspiro—. Solo con un pequeño dolor de cabeza.
Jess me observa otra vez, con la preocupación grabada en sus ojos.
—Cariño... te dije que descansaras.
Cierro los ojos y apoyo mi cabeza contra el asiento de cuero de su coche.
—No te he visto mucho esta semana, princesa, y por primera vez tuve algo de tiempo libre.
—¿Qué no me has visto? Si básicamente vivimos juntos.
Me hundo más en el asiento
—Deberíamos cambiar eso y... mudarnos juntos.
Abro los ojos cuando me he dado cuenta de lo que he dicho. Jessica no responde, la miro y está pálida, con los ojos muy abiertos. Rio con nerviosismo, sintiendo vergüenza por mis palabras.
—Yo... solo era una... eh... broma —miento y ella se aclara la garganta, pisando el freno cuando una luz roja aparece.
La veo pensar, es como si pueda escuchar a su cerebro trabajar, como si estuviera librando una batalla contra ella misma.
Me gustaría saber qué es lo que piensa. Siempre he querido saberlo desde quela conocí. Jessica es tan diferente al resto de nosotros, su mente trabaja de una manera distinta, pero fascinante.
—Cumpliré veinticinco en una semana —dice, en lugar de continuar con la extraña conversación.
Me aclaro la garganta y me siento erguido en el asiento.
—Sí, justo estaremos en Florencia por la boda de Dove y Logan —sonrío, sintiéndome más relajado—. ¿Quieres hacer algo ese día?
Ella me mira y hay algo en sus ojos que me confunden... como si guardara algún secreto. Sin embargo, ese brillo confuso solo dura un segundo, antes de sonreír con cariño y asentir lentamente.
—Bueno, deberíamos hablar sobre... ya sabes... vivir juntos después de la boda —dice y mi corazón da un vuelco en mi pecho.
Me incorporo en el asiento, mirándola con sorpresa,
—¿Qué...? —pregunto con la voz ronca.
Ella sonríe, luciendo decidida, pero sin mirarme.
—Duerme un rato, aún falta mucho para que lleguemos.
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Mi Mejor Decisión (AD #4)
Romance(Serie Amores Destinados, libro #4) Gabriel era la luz, Jessica era la oscuridad. Gabriel representaba el cielo, Jessica el infierno. Gabriel era el bien, Jessica era el mal. Eran tan diferentes, pero a la vez tan iguales... y eso no les impidió to...