Tres meses después...
Gabriel
—¿Dónde carajos está Jason? —gruño a todo el personal del estudio, mientras sus tres compañeros de grupo están desparramados en el sofá con una resaca que prefiero no pensar ahora porque no quiero asesinar a nadie.
—¿Tienes que ser tan ruidoso? —gruñe Ben, pasándose las manos por los ojos y después por el cabello sucio.
—¡Y qué demonios contigo, Benjamin! —grito—. Pareces un jodido vagabundo.
—No dormí bien anoche —dice con una sonrisa petulante y perezosa.
—Porque estuviste de fiesta —gruño y su sonrisa se ensancha.
Rujo cuando Cam se apoya en un aburrido Scott y empieza a roncar.
—Porque estaba investigando —corrige Ben y se descubre los ojos rojos, pero brillantes con diversión—. Sabía que nos echarías la bronca, y ya que no estoy de humor para aguantarte, tenía que encontrar algo.
—Si buscas chantajearme, creo que saldrías decepcionado.
Ben me mira, con esos ojos rojos e hinchados y una sonrisa en sus labios pálidos. Joder, ¿cómo es que le gusta a tantas chicas? Parece un puto zombi.
—Tienes razón —murmura, incorporándose en el sofá antes de pararse—. He tenido una idea sobre una canción para el álbum que sacaremos después de la gira.
Parpadeo después de marearme gracias a su cambio de tema.
—¿Qué idea? —pregunto, con cautela.
—Sabes que las canciones con nombres de personas normales se han hecho virales y pensaba ponerle un nombre a nuestra canción.
—¿Qué nombre...?
Sonríe perversamente, antes de mirarme.
—Jessica Saoirse Margaret Jones... —canturrea, alargando cada sílaba con su voz.
El aire en mis pulmones escapa como si me hubieran dado un puñetazo en el estómago, mi corazón se ralentiza, mis manos empiezan a sudar. El dolor en mi cuerpo se hace presente, o simplemente el dolor en mi corazón se extiende al escuchar su nombre, al igual que el odio a mí mismo por haberla cagado cuando ambos al fin estuvimos en la misma página.
La sonrisa de ben se ensancha al ver que ha dado en el clavo.
—Sé tu sucio secreto, Graham —dice antes de sacar un porro del bolsillo de su pantalón.
—Si algo le haces a ella... —gruño cuando enciende el porro y da una calada.
—Ella no me interesa —murmura—. Sé que si me meto con ella terminaría perdiendo. No quiero desenterrar los sucios secretos del Grupo Jones, pero... ¿qué pensará la magnate Josephine Jones sobre que su hija esté follándose a un new money con un patrimonio de solo quince millones, sabiendo que Jessica vale tres mil millones de dólares? Eres un cazafortunas —se burla.
Doy un paso a él, dispuesto a volarle los dientes, pero Scott se mueve rápido y se coloca en medio de ambos, evitando que le rompa la puta cara a Ben.
—Creo que la conversación se está saliendo de las manos —sonríe ligeramente, comprobándome que es el único sobrio, como siempre—. Jason está en su auto, dormido en el aparcamiento. Ya sabes que recayó...
—Dime algo que no sepa —gruño, antes de empujarlos y salir del estudio. Cierro la puerta, acomodo el saco de mi traje antes de pasarme una mano por el pelo, sintiendo frustración—. Puta madre —gruño mientras me acerco al ascensor.
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Mi Mejor Decisión (AD #4)
Romansa(Serie Amores Destinados, libro #4) Gabriel era la luz, Jessica era la oscuridad. Gabriel representaba el cielo, Jessica el infierno. Gabriel era el bien, Jessica era el mal. Eran tan diferentes, pero a la vez tan iguales... y eso no les impidió to...