29.- Flores de papel

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Jessica

No sé en qué especie de sitcom de mala calidad se ha convertido mi vida.

Hace solo unos meses me quejaba de la monotonía en la que me había enfrascado, un bucle lleno de aburrimiento, pero después de todas las cosas que están pasando con mi vida, quisiera volver a ese punto en el que no sentía nada y nada interesante me sucedía.

Mi vida se ha convertido en un caos en un abrir y cerrar de ojos, y es demasiado para sobrellevar.

Acabo de salir del hospital, joder. Solo quiero descansar y no sentir nada, pero no puedo hacerlo cuando el tipo que me hace sentir todo está sentado frente a mí en la mesa del comedor, mirándome con cara de cachorrito, como si su simple puchero no me matara e hiciera que tenga una pelea interna conmigo misma por las ganas que tengo de abrazarlo y aceptar sus disculpas.

Lo odio muchísimo.

—Jessica, pásame el puré —dice la voz molesta de Logan a mi lado.

No le hago ni caso, estoy lo suficientemente ocupada mirando mi berenjena rellena de vegetales a medio comer como para mirarlo.

No quiero levantar la mirada, porque una vez lo haga, me toparé con los ojos de Gabriel por milésima vez.

—Jessica —mi hermano me sacude. Lo ignoro de nuevo.

Logan deja su tenedor sobre su plato antes de estirar el pie y darme una patada. Pego un grito de dolor y antes de que me lo piense mejor, ya tengo un mechón de su cabello en mi mano y él chilla de dolor.

Puede que seamos adultos ahora, pero siempre me sacará de quicio.

¿Todos los hermanos mayores son así de insoportables?

—¡Jessica, Logan! ¡Compórtense! —dice mamá y suelto el cabello de logan antes de que él me clave el tenedor en el abdomen como tenía planeado hacer—. Tenemos visitas, Jesús.

Me incorporo en la silla y ambos nos miramos con el ceño fruncido.

—Te dije que me pases el puré —me gruñe mi hermano.

—Búscalo tú, chertovski upryamyy idiot maldito imbécil testarudo, gruño en ruso y su rostro se vuelve rojo de la ira.

—¿Cómo me dijiste, hloupá holka? —gruñe esta vez en checo y mis mejillas se calientan, pero de la ira.

¿Niña tonta? ¡¿Cómo se atreve a decirme así?!

Chi ti credi di essere?

¿Quién te crees que eres?

Watashi wa anata no aninanode, watashi o sonchō shite masshupoteto o kudasai.

Soy tu hermano mayor, así que respétame y entrégame el puré de patatas.

—¿Qué están... haciendo? —pregunta Dove, confundida y cubriendo los oídos de Leah, quien también nos mira con confusión mientras come zanahorias bebés con su pequeño tenedor.

Mamá suspira antes de darle un largo trago a su copa de vino.

—Hacen eso desde que aprendieron más de tres idiomas. Se insultan en todos los idiomas que conocen.

Logan me empuja con su hombro y yo le pateo en la pantorrilla. Suelta el cubierto, haciendo una mueca de dolor.

—¿Cuántos idiomas hablan? —pregunta Gabriel, genuinamente interesado.

—¿Fluidamente o en general? —pregunta Logan, casi aplastándome al estirarse por la fuente del puré de papas al otro lado de la mesa.

Le doy un codazo y se queja. Coloca una mano en mi cabeza y sacude mi cabello, haciendo que gruña de frustración.

Mi Mejor Decisión (AD #4) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora