47.- Diferentes

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Jessica

La fiesta empezó hace cuatro horas en el salón del castillo, Dove y Logan dieron unas palabras, el padre de Dove amenazó con descuartizar a Logan si volvía a romperle el corazón a su hija, la madre de Dove dijo que era un chiste (no lo era), mamá se disculpó con Dove por milésima vez y dijo que está feliz de que ahora sea un miembro oficial de la familia, yo dije que estaba feliz por ambos y que, si antes ya consideraba a Dove mi hermana, ahora lo puedo decir con orgullo. Lloré, reí y abracé a mi mejor amiga y a mi hermano.

Dieron su primer baile como marido y mujer, antes de que las damas de honor hagamos lo mismo con los padrinos.

Tuve que bailar con Gabriel y fue una tortura todo el tiempo. No pude controlar las lágrimas que salieron de mis ojos, pero pude disimularlas muy bien... o al menos lo hice hasta que se terminó el baile y Gabriel salió corriendo a la barra justo después de terminar.

Ahora está borracho, y la única vez que se movió de la barra fue para acercarse a su mesa y comer parte de la cena, pero justo después de que acabó el banquete, se fue de nuevo a la barra y no se ha movido de ahí en dos horas.

Lo miro desde mi asiento en la mesa. No tengo ganas de bailar, así que me encuentro con Jane y Travis mientras vemos a todos bailar.

Jane tampoco anda con un ambiente muy festivo. Su gato Mariano falleció hace tres semanas y no ha sido demasiado fácil para ella y, por ende, no es fácil para Travis.

—¿Cómo crees que Jacinta lo esté pasando? —le pregunta Jane a su esposo—. Al fin y al cabo, Mariano era su abuelo.

—Creo que ha llevado su duelo muy bien, Gafitas —le dice Travis, casi tan triste como ella.

Sus ojos se llenan de lágrimas y apoya la cabeza en el hombro de Travis.

—Lo extraño —lloriquea—. Era el mejor gato del mundo. Yo debí... haberlo protegido.

—Vale, iré a bailar —digo, poniéndome de pie y sin soportar seguir escuchando la conversación más deprimente del mundo.

Ya estoy lo suficientemente deprimida como para seguir hundiéndome en la miseria de los demás.

—Vale —Jane limpia sus lágrimas—. A Mariano le encantaba bailar.

—Gafitas... —murmura Travis, acariciando su espalda.

Me alejo de ellos y veo a Jake y Kylie en un rincón. Me acerco a ellos antes de darme la vuelta y salir corriendo al ver que su hijo está molesto y teniendo un berrinche, y ellos tratan de calmarlo como pueden.

Veo a Logan y Dove conversando con el primer ministro de Inglaterra, y mamá está bailando con Peter. Generalmente me importaría un carajo que ellos bailen, pero se ve tan íntimo, que me da pena interrumpirlos.

Hope está chismeando con Jorge mientras ríen y miran a las personas, probablemente criticando los vestidos de los demás. Me uniría a ellos, pero por primera vez en mi vida no quiero criticar ni reírme de los demás.

Miro a la barra y Gabriel sigue ahí, pero se ve tan desolado y cansado que no puedo evitar acercarme a él.

Tiene la cabeza oculta en su brazo y está básicamente acostado sobre la barra. Me siento en la silla más alejada que puedo, pero aún así lo veo.

Pido un Martini doble y bebo mientras espero a que él despierte para llevarlo a nuestra... su habitación.

—Sé que estás ahí —murmura, arrastrando las palabras—. No sé cómo, pero de alguna forma siempre puedo sentirte. Debería considerarse un super poder.

Mi Mejor Decisión (AD #4) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora