2. La gran noticia

45 2 0
                                    

Jungkook

Alguien toca la puerta de mi cuarto.
-Anda Jeon, que vamos tarde para el juego.
La voz de Taehyung me saca de mis sueños.

Me recuesto boca arriba y cierro mis ojos y la primera imagen que aparece en mi cabeza es Min-ah. Miro mi celular, 7 a.m. En California son las 15:00, seguro ya hizo su examen. "Suerte princesa" pienso.

Me siento en la cama y miro a mi alrededor, hoy es un partido importante, estamos por llegar al final del torneo y tenemos una gran oportunidad de quedar campeones.

Tomo la foto que adorna mi mesa de noche. "Como me haces falta nena". Los dos estamos dormidos, ella se esconde en mi cuello con una sonrisa y yo tengo mi boca en su frente, cuando la veo, es como si pudiera transportarme a ese lugar, dónde sólo éramos nosotros.

-Jungkook, vamos a llegar tarde.
-¡Ya voy!.

Dejo nuevamente la foto y tomo con fuerza el brazalete que nos une "¿todavía lo tendrás?", apuesto que no.

Salgo y me encuentro a Tae sentado desayunando. Me acerco a la cocina para agarrar un plato de cereal.
-Es hoy Tae.
El sigue comiendo y sin levantar la vista dice.
-Lo sé, ¿ya lo habrá terminado?
-Seguro que sí.
-¿Cuándo dan los resultados?
-La página de Stanford dice que tardan dos semanas, habrá que esperar. ¿Sigue sin comunicarse?
-Nada, lo único que sé, es lo que mi madre me cuenta o las fotos que me envía de Min jugando con Moonbin.
-Ánimo hermano, vas a ver que pronto va a regresar a ti.
-A nosotros...

Me quedo un momento pensando. Sé que eso no es cierto, lo dice para darme ánimos, pero estoy seguro que ella jamás podrá perdonar lo que le hice. La he perdido para siempre.

-Seguro, vamos Tae. Es un partido importante.

Llegamos al club, nuestro departamento está muy cerca. Cuando entramos el ayudante del entrenador me dice
-Jeon, el coach quiere verte en su oficina.
-¿Ahorita?
-Sí, ve antes de que se haga más tarde.
-Adelántate Tae, te veo en los vestidores.

Camino hacia las oficinas. Llego ante la puerta del coach Jones y toco 3 veces.
-Coach, ¿me buscaba? Soy Jeon.
Abro la puerta y en cuanto entro unos brazos me rodean por el cuello.

-Hola mi sexy hombre.
-Leah, ¿Qué haces aquí?
-Nada, sólo quería desearte suerte antes de tu partido.
-Ya te he dicho que no hagas eso, me vas a meter en problemas con el equipo.
-¿Problemas de qué?, mi padre es el entrenador y sabe que estas aquí conmigo.

Rodeo los ojos. "En que momento me vine a meter contigo"

Se acerca de manera seductora y comienza a besar mi cuello.
-Leah, por favor tengo un juego importante, ahora no.
-¡Jeon, estoy empezando a cansarme de que nunca quieres! Que no se te olvide que es gracias a mí que tu y tu amiguito subió de categoría en sólo 2 años. ¿O quieres que le diga a mi papi lo mal que me tratas?

Me quedo callado y la miro.
-Eso pensé, ahora por que no hacemos el pre-calentamiento. Se acerca a la puerta y pone el seguro.

Se pone detrás de mí y comienza a quitarme la chamarra y la maleta de mis manos, la avienta, después levanta mi playera y me da un beso en el abdomen.

Soy hombre, y Leah es una mujer espectacular, pero realmente no produce ninguna sensación en mí. Lo único que puedo hacer es traer a Min-ah a mi mente, la veo perfectamente en la playa, luciendo ese vestido. Imagino que son sus manos las que me acarician y su boca la que me besa. Cierro los ojos porque no quiero que la imagen se vaya.

Imagino el sonido de sus gemidos en mi oído, su piel suave y esos labios que podía besarlos a mi antojo. Esto empieza a funcionar ya que siento como empiezo a excitarme.

De pronto la tomo y la siento en la mesa, le abro las piernas y me deshago de todo lo que me bloquea el paso. Mi mente sigue fija en el recuerdo de Min-ah, su cuerpo desnudo, sus pechos perfectos, la forma en que sus mejillas se sonrojaban cuando la tocaba, cuando ella era mía.

La penetro con fuerza y comienzo a moverme bruscamente.

-Así Kookie.
Todo se va al carajo en un abrir y cerrar de ojos. Simplemente escuchar su voz chillona, hace que regrese a la realidad y que sea consciente de que quien está enfrente de mí no es Min-ah, por suerte ella se corre rápido, porque todas mis ganas desaparecieron de la nada.

Salgo de ella y me vuelvo a colocar el pants, ella se baja la falda y se acomoda la blusa.
-Bien Kookie, hablaré con mi padre para que empieces el partido, ya vas más que listo. Nos vemos al rato sexy, pasa a mi lado y sale de la oficina.

No puedo evitar sentirme asqueado con esta situación, me odio a mí mismo por permitir que esto sucediera y ahora no puedo salir de aquí.

Llego a los vestidores y me recibe un Taehyung preocupado.
-¿Está todo bien?
-Leah
-Jungkook, ya te dije que termines eso de una vez, no puedes seguir así. No hay problema, ya veremos la manera de...
-No Tae, esto es más grande que sólo follar con ella, su padre nos podría hacer pedazos fácilmente.
-Pero bajo que costo Jungkook.
-Tae, ya perdí a tu hermana para siempre, no me queda otra cosa más que esto. Y no pienso perderlo también.
-Como digas Jungkook.

Rápidamente comienzo a prepararme para el partido, me pongo todo el equipo y mi playera con el 10. Me quito con mucho cuidado mi brazalete y lo coloco en una caja que tengo escondida entre mis cosas. Mi única conexión con ella.

El entrenador Jones entra a la sala, es un hombre de mucha experiencia, pero como todo en este mundo, va bajo un precio.
-Bien señores, este partido lo tenemos que ganar, estamos sólo a 3 puntos del líder y no podemos separarnos de él, así que, hoy sin excusas. Jeon, te quiero concertado, vas de centro delantero; Taehyung, quiero verte hacer magia, hoy todo depende de ustedes chicos. Vamos a ganar.

Tae y yo nos miramos y me da la mano.
-Por ella. Dice Tae.
-Por ella. Le contesto.

Termina el partido, ganamos 3-1 y pude meter gol, gracias a una asistencia perfecta de Taehyung. Los chicos me felicitan y se acerca.
-¡Qué partido Jeon!.
-Gracias, todos lo hicimos bien.
-¿Oye, por qué siempre besas tu muñeca cuando metes gol?
Yo sólo sonrió y digo.
-No lo sé, una costumbre.
Tae me mira y sonríe.
-¿Seguro que no sabes? Me pregunta Tae.
-Cállate idiota.

Nos bañamos y salimos de los vestidores, estamos listos para ir a casa. No veo la hora de ir a dormir. De pronto suena el teléfono de Tae. Yo solo escucho lo que dice.

Hola mamá

Bien ma, ganamos 2-1

Sí, una asistencia.

Lo recordé esta mañana.

Lo sé, ella es brillante.

Si puedes, dile que estoy orgulloso de ella.

Bien, adiós mamá.

- ¿Qué paso? Le pregunto.
-Dice mi mamá que Min-ah está por llegar a su casa para cenar, que van a festejar que por fin hizo su examen.
-Tae, deberías intentar hablarle, tienes que arreglar esto.
-Crees que no lo he intentado, cambio el teléfono, me tiene bloqueado, no sé si pueda perdonarme.
-Tae, quiero enseñarte esto.

Saco el teléfono y busco la publicación de Stanford y se la muestro.
-Aquí dice que el ganador del premio va a ser conmemorado en una reunión especial que se va a dar en Corea.
-¿Y eso que tiene que ver con nosotros?
-Ve a verla. Le suelto.
-¿Estás loco? ¿Y el entrenamiento?
-Las fechas coinciden, es una semana antes de la concentración de un mes y sabes que nos dan libre una semana antes.
-¿Y si no gana?
-¡Por Dios Taehyung!, ¿no conoces a Min-ah?

Él se queda callado.
-Jungkook, ven conmigo.
-No Tae, no creo que sea buena idea, ella no quiere verme.
-A mí tampoco, pero... ¿Qué no quieres verla? Jungkook tiene casi dos años que no la ves.
-Eres imbécil ¿o qué?, claro que muero por verla pero...
-¡Anda! Te necesito a mi lado, ¿vamos?

No sé si sea buena idea, pero el simplemente hecho de saber que podría verla una vez más me emociona.

-Está bien Tae, hagámoslo. 

Sólo tú. [Segunda Temporada: Mía, sólo Mía]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora