Capítulo 11: Todo por ti

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- Entonces, quieres una canción que hable de tu ship.

- Sí. - Respondió firme la pelirroja.

- Que hable específicamente de Cry.

- Sí.

- ¿El que dijo que nuestras canciones estaban horribles?

- Sí, bueno...

- Ya te enculaste, ¿verdad?

- Sí. Digo... ¡No! ¡No me enculé de nadie!

- ¿Ah, no?

- Yaaaa. No me enculé, es que es... Por las fans, las tomatitas. Siento que se los debo, ¿entiendes?

- No.

- Bueno, tú sólo haz lo que te digo, pero no te pases de puerco con la letra, porque me va a dar pena.

- ¿YERI MUA LA QUE TRAE LOS CHAKALES POR DETRÁS CON PENA?

- ¡Ay, ya! Mira, cállate y haz lo que te digo. Corre, te conviene, todo mundo va a saber que la escribiste tú. - Yeri se sonrojó pero no iba a rendirse así de fácil.

- ¿Y crees que yo quiero que todo mundo sepa que le escribí una canción a ese hijo de la chingada?

- Te compro lo que quieras. - Su amigo guardó silencio, por fin lo había hecho dudar sobre hacer la canción. - Tú dime qué quieres que te compre y te lo compro.

- La canción.

- ¡Pobre perro!

- ¡Pues sí! Una transferencia o algo para el autor.

- Bueno, está bien... Mándame la cantidad por mensaje y te transfiero mañana.

- ¿SEGURA?

- Sí.

- No pues sí te trae muy mal el español.

- ¡Que no es por él, verga!

Su amigo comenzó a reír a carcajadas y ella huyó con el rostro sonrojado antes de que se expusiera aún más.

Yeri se veía cada vez más feliz y motivada, ni siquiera se quejaba por tener tanto trabajo, todo lo hacía con pasión y energía, claro que su amigo la ayudaría con la letra de esa canción, y lo haría por el cariño que le tenía.

Al día siguiente, Yeri revisó su agenda con su mánager, tenía un montón de cosas por hacer, pero debía dejar como mínimo un día libre para ver a Cry, así que se esforzó aún trabajando hasta tarde. Acordó con su mánager que si lograba cumplir con todo el trabajo que tenía antes de tiempo, la dejaría ir a Guadalajara pero, eso le quitó el tiempo suficiente para no cumplir con su promesa con Cry sobre no dejarlo abandonado de nuevo.

Edward ya tenía suficiente estrés y encima, los mensajes de su pelirroja cada vez eran más tardíos.

¿Se está aburriendo de mí? - No dejaba de pensarlo y darle vueltas al asunto.

Su madre llamó y él atendió la llamada.

- Hola, corazón. ¿Cómo estás?

- Hola, ma. Muy bien, ¿cómo están ustedes? - Cry caminó a su habitación y abrió el closet para buscar algo entre sus cosas.

- Bien, ya queremos verte y felicitarte por todo lo que estás logrando.

- No lo estoy logrando yo sólo...

- Lo sé... Esa señorita ha aportado bastante a tu éxito pero, sabemos que tú también te esforzaste mucho por conocerla.

- ¿Qué? - Dejó de buscar y se sintió nervioso.

CRYMUA | Tomatitos y otras formas de encontrar a tu destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora