Capítulo 13: Crymua 2

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Yeri y Cry compraron todo lo necesario y fueron a casa del ojiazul. Al llegar, Yeri se sorprendió por encontrar una casa impecable y bien ordenada. Por supuesto, le pareció tierno que había algunas cosas mal acomodadas, como las pegatinas de pared en forma de ladrillos, entre otras cosas, pero eso sólo le hizo recordarse a sí misma cuando recién había comenzado a "ser independiente" y al final, tuvo que conseguir la ayuda de Doña Lucy.

- Eh... Acomódense donde quieran, están en su casa. - Dijo Cry sin saber muy bien qué decir. La verdad era que, aunque ya había tomado valor, la vergüenza aún lo invadía por ratos.

- ¿Y tu gato? Yo quiero ver a tu gato.

- ¡Ah, Happy! Dame un segundo.

- Ah pero no lo despiertas cuando está dormido, ¿cierto?

- Pero ya debe estar despierto, voy a ver...

- ¡Ay, sí! ¡Yo voy a grabar eso! - Habló la mejor amiga de Yeri y Cry fue a buscar a Happy.

Su bello gato estaba perfectamente acomodado en su cama, compitiendo por la siesta más larga con la bella durmiente y blanca nieves. Cry se acerco y lo movió un poco.

- Ey, despierta... Por favor, Happy, sólo hoy. Te prometo que no vuelvo a despertarte pero hazme éste favor. Vamos, despierta pequeño. Eso es... Abre ojitos... QUE TE DESPIERTES QUE VINO YERI. Por favor.

Happy despertó después de algunos intentos de su dueño y Cry sonrió victorioso. Salió con Happy entre sus brazos y Yeri se alegró de inmediato. Definitivamente había valido la pena despertar a su pequeño gato.

Después de acariciar juntos al gato, Cry fue a su habitación para elegir los outfits restantes. Le hacía ilusión que su pelirroja favorita usara su ropa, así que no había comprado el último outfit para elegirlo de su propio armario. Pensar en ella con su ropa holgada puesta le daba tanta ternura, que no podía esperar más a verla.

Se apresuraron a preparar todo para iniciar el stream y pronto comenzó.

Ambos se sintieron mucho más a gusto y en confianza, la conversación fluía igual que la primera vez. Con ellos, siempre fluía todo bastante bien.

Cuando llegó la hora en que Yeri usó la ropa de Cry, el ojiazul se llevó una gran sorpresa, y es que la pelirroja decidió usar uno de sus boxers para no sentirse tan fuera de sí misma. En ese momento, cambió el panorama... La chica tierna que se imaginaba dejó de ser sólo tierna y la vio tan sexy, que no podía resistirse a mirarla.

Sentía el corazón a mil, tenía tantas ganas de tocarla, de abrazarla, de tenerla muy cerca y poder sentir su perfume muy de cerca. Pensó que, hacerla usar su ropa había sido un error, pues ahora difícilmente podría controlarse, sin embargo, con cada roce que Yeri no rechazaba, tomó más valor.

Sentir la tersa piel de Yeri en la punta de sus dedos era probablemente la mejor sensación que había podido sentir en la vida. Deseaba tanto poder sentir aún más, pero era casi como una dulce tortura el sólo poder rozar sus piernas, su espalda, sus manos.

Algunas veces, las caricias en raciones pequeñas son mucho más placenteras, y ese había sido el caso. Pero entre tantas caricias limitadas, Cry comenzó a necesitar más...

- Yo mi horario normal es de haberme dormido hace una hora. - Comentó Cry guiando a Yeri hacia donde él quería.

- ¿Ya tienes sueño?

- Sí. - Pronunció con seguridad.

- ¿En serio?

Asintió moviendo la cabeza mientras la veía deseoso de apagar la cámara.

CRYMUA | Tomatitos y otras formas de encontrar a tu destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora