Capítulo 15: Mmmuah

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La bella pelirroja y el apuesto chico de ojos azules se fueron a dormir con una sonrisa en sus rostros. Ahora sabían que había algo más que una amistad, aunque por su lado, Yeri aún no terminaba de esclarecer sus dudas. ¿Edward iba en serio con ella? Tal vez sólo quería ir lento, ¿cierto? Desafortunadamente Yeri no estaba acostumbrada a ir lento.

Ir lento significaba reprimir sus sentimientos, tener límites en sus muestras de afecto y mantener las apariencias. No tenía buenas experiencias haciendo eso, pues prefería amar intensa y profundamente todo lo que pudiera aunque fuera por poco tiempo. No podía racionar el amor hacia la persona que le gustaba y al final, terminaba sobrepensando, desesperándose y sintiéndose incapaz de esperar. ¿Por qué esperar? ¿Quién había puesto esas reglas tan absurdas? Si el corazón no podía controlarse, ¿qué más daba seguirlo?

"Sobre lo que pasó... Me disculpo, no debió pasar. ¿Podemos olvidarlo?" - No podía dejar de pensar en la actitud vacilante de Cry, esa mirada seria y eso tono de molestia.

¿Y si él era de los que dudaba todo el tiempo? Eso haría aún peor la espera, pues no podría con la incertidumbre... ¿Y si al final se daba cuenta de que no quería nada con ella? ¿Y si después de una larga espera decía que confundió sus sentimientos? Odiaba cuando eso pasaba, pero nada le aseguraba que Cry no fuera de esos.

Para su propia paz, decidió pensar que Cry sólo estaba celoso. Ese era un pensamiento mucho más satisfactorio para ella, pues pensar que Edward (de mujer) se había puesto celoso, le parecía realmente tierno y atractivo.

Aunque había una vocecita en su cabeza que le recordaba las palabras de su psicóloga, decidió ignorarla.

Tal vez todo sea una ilusión, pero eso no cambiaba la forma en la que se sentía, pues sus sentimientos sí eran reales... Edward estaba llenando su corazón de a poco, con cada mirada, con cada risa, con cada palabra y gesto gentil.

Yeri realizó su segundo viaje a España y mientras viajaba, se mantuvo en contacto con Cry, informándole sobre cada momento de su viaje y su estadía en España. Estaba feliz de poder compartirle su día a día.

Tuvo varios eventos en los que conoció a muchas personas famosas, incluso personas a las que ella admiraba bastante. Se sintió plena al darse cuenta de que, estaba cumpliendo el sueño que muchos no podrían cumplir jamás, estaba feliz, con salud, con amigos leales (por fin) y una familia que la apoyaba en cada paso que daba.

En uno de los eventos, Yeri caminó hacia los elegantes pasillos para ir al tocador. Necesitaba retocar su maquillaje para continuar interactuando, y cuando llegó al tocador, se encontró con una chica hermosísima.

Alta, morena, cabello rizado y un cuerpo envidiable. Ni hablar de su vestido... Era un vestido rojo, elegante pero muy sexy. Yeri sonrió al verla de pies a cabeza y deseó poder verse como ella.

Se posicionó a su lado para verse al espejo y se aplicó labial.

- ¿Eres Yeri? ¿Yeri Mua?

- Sí... ¿Me conoces?

- ¡Por supuesto! ¡Me encantan tus vídeos! ¿Puedo tomarme una foto contigo?

- Ay, claro, de mujer.

La chica sacó su celular y tomó una foto rápidamente.

- Gracias, guapa. De verdad amo tu contenido, es súper entretenido.

- Muchas gracias, me da gusto que lo veas. Por cierto, me encanta tu vestido, te ves guapísima.

- ¡A mí me gusta el tuyo! ¿Sabes? Me encanta tu estilo, es muy atrevido, único. Pero bueno, te dejo, nena. Un gusto conocerte en persona, nos estamos viendo.

CRYMUA | Tomatitos y otras formas de encontrar a tu destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora