❄️ Capitulo Cuarenta y Nueve❄️

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La sombra estaba acostada tranquilamente sobre la enorme cama matrimonial de tu habitación, lo miraste sorprendida, como era que aquel ser podía entrar al terriblemente vigilado Palacio Imperial? Quizás ni querías averiguar lo.

- sombra... Viniste... ¡¿Como está Atsushi?! - corriste hacia el arrodillandote frente a la cama.

- bien bien, no llores, el niño está bien cuidado - sonrió mientras se sentaba en la cama, le dedicaste una mirada más afondo viendo sus rasgos.

Sus ojos cerrados, su sonrisa tranquila y confiada, su ¿Nuevo corte de cabello? Ladeaste la cabeza al notar que estaba mirándote fijamente aún sin tener los ojos abiertos.

- ¿T-te...cortaste el cabello? - hablaste ya, aún estando arrodillada frente a la sombra, quien sonrió alegremente.

- ¡Te diste cuenta, querida! ¡Que adorable~! - sonrió juguetonamente mientras ladeaba la cabeza - me contaron las malas lenguas que el Emperador masacró a todas sus concubinas, que terrible

- si...y-yo...m-mate a una de esas concubina - cubriste tu rostro con ambas manos mientras las lágrimas volvían a formarse en tu rostro al recordar esa escena sangrienta.

- mierda...- la sombra tapó su boca con una mano, estando algo sorprendida - tengo que sacarte de aquí...y rápido - se levanto limpiando su kimono.

La chica peliblanca miro a la sombra sin saber cuál sería su siguiente movimiento, con su vista fija a cada movimiento de quién, rogaba ella, sería su salvación.

- ¡Tengo un plan! - grito rápidamente con una sonrisa socarrona en el rostro.

- u-un plan?

- si! ¡Un excelente plan! Morirá uno que otro... ¡Pero saldrás de aquí, que es lo importante! - resto importancia moviendo su mano.

Estabas a punto de hablar, al escuchar eso de que podría morir alguien, pero la sombra nuevamente te interrumpió.

- saldrás de aquí, y Gojo Satoru no te volverá a hacer daño - aquellas palabras fueron dichas de una manera que lograron tranquilizarte.

- gracias.

-no te preocupes y tampoco me agradezcas, recuerda lo que siempre digo: Gojo Satoru perderá, La dinastía Gojo caerá y el pequeño canario volando saldrá~

Volvió a canturriar, eso te ponía de los nervios, no terminabas de entender, ¿Saldrías volando? ¿Que perdería Gojo? Y la dinastía Gojo? ¿Que pasará con ellos?

- q-que quieres decir con eso? Nunca te eh entendido.

- lo que trato decir es que...

La puerta empezó a sonar interrumpiendo a las palabras de la sombra, quien pegó un brinco por el rempetino golpeteo en la puerta.

- princesa, soy yo, podrías abrir? Tenemos que hablar sobre mañana - Sombrita-chan y tu se miraron y tensaron su cuerpo al escuchar la voz de Gojo del otro lado de la puerta.

- t-tienes que salir de aquí! - susurras tomando al intruso por los hombros y sacudiendo la suavemente.

- pero no grites! - se quejo el contrario empezando a zarandearte a ti.

- ¿Tn? - la voz de Satoru salió algo impaciente.

- Y-ya abro! - te apresuraste a decir en voz alta, para que Gojo escuchara - vete, si te descubre...también te matará a ti - tus ojos solo profesaban la preocupación y el miedo.

- tks...y justamente que te iba a sacar de aquí... Vendré por ti, solo espera un poco - dicho esto se colocó al borde de la ventana y se lanzo.

Corres rápidamente hacia el gran ventanal para ver si la sombra estaba bien, pero no viste a nadie en el suelo, ¿Había desaparecido?

- ¿Acaso piensas tirarte del ventanal? - la voz de Gojo te hizo dar un brinco regresando a la realidad.

Tu mente solo pensó inmediatamente un "cualquier cosa es mejor que estar contigo"

- c-claro que no - te apresuraste a responder, separando te del ventanal, tratando de disimular tu preocupación por la sombra.

- porqué tardaste tanto en abrir? ¿Pensabas escapar? - sus pasos se fueron acercando poco a poco, busca del acorralar te, objetivo que consiguió haciéndote tropezar y caer acostada en la enorme cama.

- n-no...Y-ya me quedó claro que no podría escapar de usted... - tragaste saliva al verlo colocarse frente a ti, con su imponente figura tragándose tu pequeño ser.

- no sabes cuánto me alegra el escuchar eso - acarició tus mejillas con una sonrisa alegre al saber que tal parecía, habías aprendido tu lugar.

Unió sus labios con los tuyos probando tu dulce néctar, Gojo jamás perdería la oportunidad de probarlos y sentir tu aliento tan cálido y suave golpear sus labios. Era una sensación simplemente adictiva para el albino.

- mejor me detengo antes de que esto pase a mayores - susurro separándose de tus lindos labios - se supone que tengo que hablar contigo sobre la boda, no lanzarme a devorar te - río como si fuera el mejor chiste del mundo mientras se sentaba en la cama acariciando tus cabellos.

Te incorporaste en la cama, algo nerviosa por su mano traviesa que apretaba juguetonamente tu muslo.

- q-que quería decirme? - preguntaste para desviar su atención de tus muslos a tu rostro, dándote una dulce sonrisa que encantaría a cualquier mujer, menos a ti, que solo te causaba pánico y terror además de un toque de asco.

- mmm cierto, cierto, cuando te veo se me olvida todo y solo quiero besarte jeje - soltó tu muslo para recostarse en la cama como si fuera suya - en cuanto nos casemos nos iremos de luna de miel, eso es más que obvio, pero ¿A donde quieres ir? Tengo muchas propuestas, lugares magníficos que parecen sacados de libros de fantasía, ¿Que te parecería ir a China? ¿O a Francia? ¡Viajaríamos por todo el país! - sus ojos destelleantes de emoción de tener su luna de miel contigo.

- p-podemos ir a las tierras del norte? Al territorio de la nieve - tus ojos brillaron con la súplica escrita en ellos, Gojo no pudo negarse al ver esa linda carita que tenías y esos ojitos de perrito triste que le dabas.

Eras su debilidad

Moriría por ti

Mataría por ti

Eras su Todo, sin ti, su vida no tendría sentido.

Pero no tiene porqué preocuparse por eso, tu ya habías aceptado tu lugar como su futura esposa y parecías deseosa de llegar a la luna de miel solo para visitar tu tierra natal...

Satoru solo asintió besando tu frente y llendose de la habitación, no sin antes pedirte de una manera, tan dulce que empalagaba, que te fueras a dormir ya que el día de mañana sería muy agitado.

En cuanto se fue soltarse un largo y agotador suspiro, tu cuerpo cedía ante la calentita sábanas de la cama, y tus brazos buscaron la suave almohada para abrazarla cerrando los ojos y rogando que todo esté bien, que nadie más muera porque tus hombros ya pesaban con tanta muerte encima...






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࿈ℙℛᎾℙℐℰⅅᎯⅅ ⅅℰℒ ℰℳℙℰℛᎯⅅᎾℛ࿈ [Gojo Yandere x Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora