❄️ Capitulo Cuarenta y Cuatro❄️

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Despertaste entre aquellas sábanas revueltas, te sentaste soltando un quejido por el incómodo dolor de caderas que tenías.

Miraste a tu lado en la cama, no había nadie, no estaba Gojo, una parte de ti agradecía que no estuviera, otra parte, la que no querías aceptar, se sentía mal por no despertar con Gojo.

Te abrazas te a ti misma, cubriendo tu desnudes con la sábana mientras apretabas los puños y mordias tu mejilla.

Ese sentimiento volviendo a embargar tu ser, ese sentimiento que estaba surgiendo en ti más más seguido.

Odio

Odiabas todo, odiabas a Gojo, a los guardias que te impedían salir de aquella habitación, que más que eso, parecía una celda.

Una jodida celda de dónde no podías salir.

Odiabas no saber donde estaba Atsushi, pero por más que Gojo te dijera que estaba muerto, algo de tí te decía que estaba vivo.

O eso querías creer

Odiabas no tener la fuerza y la valentía suficiente para revelarte contra Gojo, odiabas tanto ser débil y tan débil como para acobardarte solo al sentir la mirada azulada de Gojo en tí.

Querías ser fuerte, física y mentalmente para poder revelarte sin tener miedo a las consecuencias, pero eso era solar demasiado.

Eras temerosa y muy débil a comparación del Hombre más Fuerte de Japón.

Te odiabas a ti misma.

Odiabas lo que te había hecho Gojo, pero lo que más odiabas era que te había gustado.

Cuántas horas llevabas en aquella habitación, sentada sobre la suave colcha de la cama esperando a que las puertas se habrán y puedas salir?

Oh ya habías perdido la cuenta, solo estabas allí, sumergida en tus pensamientos, mientras el tiempo pasaba y no te importaba.

Tu mente se sumergía en la locura, Akiko, Maki, Atsushi, ¿Ahora quien más? A quien más van a matar? ¿A quien más te van a quitar?

Si de algo estabas segura, era que esas pesadilla por la cual te despertaste se volvería a repetir.

Cuya pesadilla iba en estar rodeada de los cadáveres de tus seres queridos mientras tú estabas sola sin nadie cerca de ti a Miles de kilómetros de distancia. Encerrada en una Jaula.

Tu estabilidad mental se estaba rompiendo con cada día que pasabas en ese palacio.

Tu inocente alegría también se iba marchitando cada vez más.

Esa mirada rubí que destellaba ternura también había desaparecido dejando espacio a unas pequeñas ojeras casi diminutas, pero allí estaban.

¿Cuánto más aguantarían asi?

Tenías que salir ya de allí, si o si, sino sería muy tarde para la antigua Tn... Es más, quizás ya sea muy tarde para devolver ese antiguo brillo a tu mirada.

Te levantas a paso doloroso soltando uno que otro quejido por el dolor de caderas y el entumecimiento en tus piernas que estaban como spaghetti es más...

Parecias a Bambi recién nacido.

Entraste al baño, abriendo el grifo para que el agua caliente cayera en la gran tina de marmol blanco que había en el baño.

Cuando estuvo llena hasta el tope, decidiste meterte con cuidado, chillaste al sentir el agua caliente sobre tu piel, era algo relajante para los músculos tensos.

Era perfecto para evitar que pensarás demás tu actual situación.

Suspiraste hundiendo te hasta la naríz, luego de unos segundos sacaste la cabeza del agua y tomaste aire, aprovechando para mirar a reojo todo el cuarto de baño.

Todo era lujoso, demasiado lujoso, si fueras otra chica, quizás le hubieras hecho caso a Gojo, ignorado su lado posesivo obsesivo y te hubieras convertido en emperatriz por gusto.

Con todos los lujos que tendrías quien podría negarse? Exacto nadie ambicioso.

Pero tú eres un alma inocente que no necesitaba dinero, ni joyas ni otro tipo de lujos, solo necesitabas a las personas que querías contigo.

Volviste a suspirar cansada.

Al rato escuchaste pasos acercarse al baño, imaginaste que eran las doncellas, así que seguiste tomando tu baño de manera tranquila.

En ese momento tocaron la puerta y luego está se abrió te quedaste perpleja al no ver a las doncellas, en su lugar estaba Geto Suguru, quien te miro alzando una ceja.

- Su Exelencia... - sus ojos mostraban algo de sorpresa, la cual con los segundos desapareció - porque no están sus doncellas? - pregunto el pelinegro con esa hermosa voz suave y aterciopelada.

Hay como me encanta <3

- .... - no respondiste, solo hundiste más tu cuerpo en el agua con un ligero sonrojo en las mejillas al verlo en la habitación de baño frente a ti.

Con esa hermosa cara, con esos ojos que era tan atrayentes, tan malditamente atrayentes como peligrosos, esa altura imponente que te hacía temblar de nervios.

Y si tú fueras otro tipo de chica, como yo, si fueras otro tipo de chica te hubieras dejado seducir por esa mirada y caer en pecado, pero no, porque tú eres un alma Inocente, que no haría eso, porque tú cuerpo y mente no pensaban esas marraneses.

En cambio yo si 7v7 yo si le doy y no consejos

- ¿Me podría responder por favor? - volvió a hablar con voz suave, la ligera sonrisa no había desaparecido de sus labios.

- mmm.... - haces un sonido con la boca - no lo sé... - respondes mirando el borde de la tina.

El soltó un suspiro. - iré a llamarlas para que la preparen, Dentro de unas horas habrá una importante reunión.

Sonrió para darse media vuelta y salir del cuarto de baño, dejándote sola.

¿Que pasará en esa reunión?








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࿈ℙℛᎾℙℐℰⅅᎯⅅ ⅅℰℒ ℰℳℙℰℛᎯⅅᎾℛ࿈ [Gojo Yandere x Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora