❄ Capítulo Cincuenta y uno️❄️

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Aquella comisión estaba encabezada por Suguru Geto, ese hombre no te daba nada de buena espina, pero ya nada importaba, estabas a punto de perder la poquita libertad que tenías, si es que podías llamar a tu soltería libertad, pronto dejarías de ser la simple plebeya para pasar a ser la Hermosa Emperatriz.

Durante todo el camino al templo donde se realizaría la boda los guardias no te quitarían los ojos de encima, jadeaste al sentir la mirada afilada de Geto sobre tu nuca.

— Tn... – chillaste y diste un brinco del susto al sentir como te llamaban, la boda te tenía tan nerviosa y susceptible, Geto aguanto una carcajada y Yuuji te miro preocupado ya que su intención no era asustarte – perdón, no quise asustarte – tu niegas con la cabeza para calmarlo.

— no es tu culpa, estaba distraída y no me di cuenta que me llamabas, así que no te disculpes – sonríes antes de hacer una reverencia y empezar a ser guiada al matadero.

— ¡Nos vemos en el templo! – te despidió Yuuji agitando su mano en el aire mientras tú seguías caminando rodeada de varios guardias para “cuidarte”. Pero la verdad era para evitar que escaparas.

«fuiste un gran amigo Yuuji»

Pensaste mentalmente mirándolo por última vez hasta perderte en el pasillo.

— Itadori Yuuji? Necesito tu ayuda – el pelirosa se giro a ver a la doncella de turbante y ojos marrones brillantes que lo miraba fijamente.

— quien eres?











— pareces nerviosa – susurro Geto caminando a tu par, apretaste los labios para no soltar otro gritito del susto.

— me voy a casar... Creo que cualquiera en mi lugar estaría nerviosa – por no decir asustada, pensaste regalando una forzada sonrisa al pelinegro quien nego sonriendo.

— eres una buena chica... Lastima que caiste en las manos equivocadas – se lamento dando unas palmaditas en tu espalda antes de seguir caminando.

Ese hombre lograba desconcertarte demasiado, ¿Parecía ser cruel y malvado pero luego mostraba una faceta amable y relajada? ¿Cuál deberías creer? Lo mejor era mantener la distancia, eso era lo mejor.

Llegaron al templo, no podías entrar, dentro se escuchaba muchas voces y ruidos, seguro eran los invitados de los cuales no conocías a ninguno. Tus nervios empezaron a crecer al ver a Shoko salir del templo y sonreír a tu dirección.

— están ultimando unos detalles que surgieron de último minuto, pero no te preocupes, solo será un momento y la boda podrá empezar ¿Cómo te sientes? – coloco su mano en tu hombro para transmitirte algo de comodidad y comprensión.

Miraste a los lados viendo a los guardias todos estaban con su vista fija en ti, por lo que te daba miedo hablar y que aquellos hombres te criticaran o mirarán de forma asesina.

Shoko entendió por lo que rápidamente los mando a todos a la verga, de una manera educada claro, te llevo a una de las bancas que se encontraban cerca y te sento con cuidado de no arruinar el vestido que tanto les había costado hacer a las costureras.

— ya podemos hablar, no tengas miedo, puedes decir lo que sea, te escucharé sin juzgarte – su sonrisa te aliviaba y te invitaba a abrir tu corazón hacia ella y contar todo lo que tú pecho ocultaba.

Tu boca se abrió, pero no salió palabra alguna de esta, había un gran nudo en tu garganta que no dejaba que ninguna palabra saliera de tus labios, tampoco querías forzarte a hablar, sabías que si lo hacías empezarlas a llorar y a pedir de manera desesperada que te sacará de allí y te ayudará a escapar de Satoru.

— Tn...

— b-bien.. e-estoy bien! – forzaste una sonrisa que solo hizo que tus labios temblaran, una sonrisa que a Shoko no le convenció pero no podía hacer nada, acaricio tu espalda y luego te ayudo a levantar en cuanto noto que Geto se acercaba.

— ya vamos a empezar, vamos adentro Shoko, Tn... Este guardia te indicara cuando puedes entrar – asientes sin muchos ánimos y decides mirar al guardia, este hombre mantenía su porte serio y te miro con desdén.

— se me olvidaba algo – dijo Shoko chasqueando sus dedos para luego salir corriendo bajo la mirada confundida de Geto y tu. Al poco raro regreso con un ramo de rosas blancas con detalles en rojo – está preciosura fue un regalo que alguien del pueblo nos dió, es hermoso y, después de varias pruebas para ver si no poseía alguna clase de peligro para tí, decidí que sería tu ramo de novia! ¡Te vez simplemente angelical! – canturrio y no pudo evitar darte un fuerte abrazo.

Se fuerte susurro en tu oído, pegaste el ramo a tu pecho y sentiste levemente sin saber que más decir o que comentar.

Tus nervios solo aumentaron cuando Suguru y Shoko se fueron dejándote sola, escuchaste desde fuera la voz del padre que oficiaria la misia, te removiste incómoda cerrando tus ojos con fuerza para pensar en cosas bonitas.

Quizás si logres hacer cambiar a Gojo y en el futuro no sea un celoso y posesivo que mate a diestra y siniestra.

Pero eso no pasaría, por más que quisieras, esa idea estaba muy lejos, por lo que decidiste pensar en cosas bonitas mientras estabas allí esperando a entrar a tu boda.

Pensaste como sería tu vida si jamás hubieras venido al palacio, quizás todavía estuvieras en el castillo del reino de la nieve, quizás hubieras conocido a alguien, quizás tu querida mamá Akiko jamás te hubiera dejado abandonada en aquel lugar, quizás podrías ser feliz y no ser prisionera del Loco Emperador Yandere.

— ya puedes entrar – susurro el guardia a tu lado.

Lo miras, el te mira, ambas miradas con sentimientos distintos, el parece tan alegre como si fuera un Fanboy viendo a su Idol de cerca, y tú, pues era muy claro que tenías miedo de entrar, No?

— señorita... – susurro el guardia algo preocupado ya que no quería que lo regañaran por el retraso que estaba teniendo la novia.

— eh? Si, si, disculpa – hiciste una reverencia y el guardia murmuró un que humilde. Caminaste a pasos lentos hacia la puerta que fue abierta lentamente.

Las luces de adentro te golpearon el rostro por lo que tuviste que cerrar los ojos y empezar a abrirlos con cuidado, parpadeando varias veces para acostumbrarte a la gran claridad que había en el lugar.

Todo era maravilloso el lugar estaba decorado de una manera perfecta y hermosa, se notaba el esfuerzo que habían puesto todos los sirvientes del palacio decorando las enormes lámparas de araña que colgaban del techo.

Tu vista viajo de la decoración hasta el altar. Dónde te esperaba tu futuro esposo con una sonrisa de oreja a oreja y un sonrojo en las mejillas al verte por fin vestida de novia.

Tu eras su sueño.

Y él era tu pesadilla.

Querías que un rayo te cayera en ese mismo momento. Tener la valentía de dar media vuelta y arrancar a correr lejos de la corte y de todos la nobleza japonesa que esperaban pacientemente el evento de la década.

Caminante a pasos temblorosos que no se notaban por el largo vestido, cuando llegaste Gojo te ayudo a subir tomando tu cálida mano con cuidado como si fueras la cosa más preciosa y débil de todo el mundo.

— te vez hermosa – susurro con voz melosa en tu oido.

Tragaste saliva al ver esa intensa mirada celeste perforarte hasta el alma.







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¡ULTIMOS CAPITULOS!

Ya estamos llegando al final de esta historia. ¿Que creen que pase?

Llegará alguien a salvar a la prota?

Sukuna por fin hará su aparición gloriosa?

Descúbrelo en el próximo capítulo!

Baybay!

࿈ℙℛᎾℙℐℰⅅᎯⅅ ⅅℰℒ ℰℳℙℰℛᎯⅅᎾℛ࿈ [Gojo Yandere x Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora