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Llegue a mi habitación, me quite el hermoso vestido que Leyla me presto, estaba todo arruinado y lleno de tierra.
Con un pequeño hechizo lo regrese a la normalidad y yo decidí tomar una ducha.Al salir del baño me puse mi bata de dormir, agarre una pomada a base sábila y hierbas moradas, especialmente hecha para curar heridas, mi cuello estaba muy rojo, no puedo presentarme a clases en estas condiciones se darán cuenta que algo malo paso.
Tengo que ser discreta con mis movimientos, ahora se que hay un enemigo conspirando contra Milos, necesito averiguar si realmente Greta esta detrás de esta brujería o alguien la está utilizando.
Al día siguiente me reporte enferma de resfriado, Leyla intento entrar a mi habitación pero le prohibi la entrada a todas la personas, con el pretexto de no contagiarlos, también me enteré por Caleb que él Príncipe ya se encontraba mucho mejor de salud, pero él se tomaría toda la semana de incapacidad.
Caleb se encargo de hacerme llegar la arcilla mágica, la cual utilice para hacer una copia exacta a la pulsera hechizada, a pesar de que en mi vida pasada fui una gran Bruja, él maestro Said jamás me enseño como destruir esta clase de objetos, no le tome tanta importancia en ese entonces, lo único que recuerdo es que solo el Brujo que realizó el hechizo puede disolver la magia del objetivo encantado.
Pero debe haber otras formas de desarse de él, eso debo investigarlo, lo malo es que en la Academia no se pueden encontrar libros con esta clase de información, debía ir al mercado negro del pueblo y sé perfectamente donde encontrar lo que necesito.
En las orillas del pueblo existe una tienda dedicada a vender objetos viejos, pero esa una simple fachada, él señor Gus es uno de los principales comerciantes del mercado negro, un señor robusto de baja estatura, cabello oscuro y piel morena, con varias cicatrices en el rostro por haber invocado magia oscura, los rumores dicen que es simple mago Dium que jamás fue a la Academia, todo lo que sabe lo aprendió en las calles. Por desgracia hay algunos magos Diums que crecen y viven en la pobreza, son el resultado de Magos que tuvieron aventuras de una noche con simples humanas, como es el caso de la mamá de Greta.
El problema es que debo encontrar una manera de poder negociar que ese viejo mañoso, solo me dará la información que necesito a cambio de algo muy valioso. No tengo el suficiente dinero y no quiero pedirle monedas de oro al Príncipe sino empezará a sospechar de mi, tal vez algunas de mis joyas pudieran servirme.
Pasaron tres días desde mi supuesto resfriado, antes de salir de mi habitación escondí la pulsera hechizada en el piso, hay una loseta floja a un lado de mi cama, decidí aprovecharla para esconder el objetivo ahí, volví a colocar la pequeña loseta y todo parecía normal.
Con la pulsera falsa en mano me dirigí a la cafetería para encontrarme con Caleb — Señorita Astrid por aquí.
Caleb estaba sentado en la mesa más alejada de la cafetería bebiendo un vaso de juego de naranja — Hola Caleb ¿Cómo estás?
— Bien gracias, ¿Y usted?
— Me encuentro mucho mejor, estos días de reposo me ayudaron a curar mis heridas, gracias a las medicinas que aplique las marcas rojas de mi cuello desaparecieron, por ello me atreví a salir de mi habitación.
— Me alegra escuchar que ya se encuentra recuperada.
Le entregué un sobre blanco a Caleb
— Ahi adentro está pulsera falsa, debes entregársela al Príncipe.— Podría entregársela usted misma.
— Las mujeres no podemos entrar a los dormitorios masculinos, además sería sospechoso.
— ¿Y se disfraza de hombre? Así pudiera entrar.
— Me van a descubrir, soy muy delgada, para nada me asemejo al cuerpo de un chico.
— Voy a usar un simple hechizo con él señor Osma, usted se vestirá con el uniforme masculino, esconderá su cabello con este gorro, lanzaré un hechizo de visión borrosa, el señor Osma ni cuenta se dará que eres una chica.
— No creo que sea buena idea.
— Pues el Príncipe desea verla señorita Astrid, no me queda más opción que cumplir sus ordenes.
Tenía que enfrentar al Príncipe tarde o temprano, de seguro tiene muchas dudas sobre lo que paso la noche del Aniversario de la escuela, Cody y Leyla de seguro están igual de confundidos. Tengo que pensar en una buena excusa para mis acciones.
Accedí a vestirme de chico y con la ayuda de Caleb logre infilatarme en los dormitorios masculinos, toque a su puerta y él propio Príncipe abrió dejándome pasar a su habitación.
Con una reverencia lo salude — Alteza espero ya se encontré mejor de salud.
— Ya estoy bien gracias Astrid ¿y tu?
En ese instante el Príncipe se acercó a mi, con las llemas de sus dedos rozó mi cuello — Perdoname por haberte lastimado.
Inconscientemente retrocedí un par de pasos — Ya le dije que no hay nada que perdonar, usted estaba bajo la influencia de la magia oscura, sé que no fue su intención lastimarme, pero como puede observar ya estoy recuperada.
— Gracias por no guardarme rencor, le pedí a Caleb que vigilará a Greta, desconfío de ella.
— Aún no sabemos si ella está involucrada con los Brujos, considero que ella es joven e ingenua, quizás Greta fue utilizada como carnada y ella ni si quiera se ha dando cuenta.
— ¿Astrid en verdad crees que Greta es buena persona?
— Si.
— ¿Porqué?
— Greta creció con muchas carencias y apesar de todas las dificultades por las que ha tenido que pasar siempre tiene una sonrisa y esta dispuesta a ayudar a los demás, siempre se preocupa por mi, no puede ser tan mala.
— Astrid no deberías confiar tanto en ella, al menos espera a que confirmemos que ella no tiene nada que ver con los Brujos.
— Esta bien, tomaré mis precauciones.
— También quiero preguntarte ¿Porqué conoces tan bien los hechizos de magia prohibida? No es algo que nos enseñan a los alumnos de Ars Mysticum.
— Cuando era niña mi madre siempre procuraba brindarme la mejor educación, ella me enseñó mucho sobre magia, ella me contó que cuando se graduó de Ars Mysticum empezó un duro entrenamiento en el Palacio para formar parte de los guardias reales del Rey Jacob Devereux, como parte de su entrenamiento debían ser capaces de detectar si un mago estaba utilizando magia oscura o si alguien se encontraba bajo los efectos de dicha magia. Ella me compartio parte de sus conocimientos.
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Otra Oportunidad Para Ser Feliz
FantasyAstrid Thynne le entrego todo su amor a Milos Devereux Hyde Rey de Aslan, soñaba con ser su Reina y gobernar a su lado, por desgracia él no correspondió nunca a sus sentimientos y se casó con su hermanastra Greta. En su desesperación se unió a la ma...