Rescatarlo

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No podía dejarlo ahí, debía ayudarlo, después de todo le guardo un gran cariño a Yoah, desde el primer día en que lo conocí congeneamos de maravilla y con el paso de los años formamos un gran equipo. A pesar que el odio nos unía en cierta parte, me di cuenta que Yoan era como yo, solo buscábamos un poco de cariño y aprobación de la gente que nos rodeaba.

— ¿Qué tanto piensas niña? Si no vas a hacer un trato conmigo lárgate, no estoy para juegos con una chiquilla.

— ¿Cuanto quiere por ese chico? — señale a Yoah.

— Ese muchacho inútil ya tiene un paso en la tumba, es un sirviente que gane en un juego de cartas. ¿Estas segura de quererlo comprar?

— Los pendientes serán suficientes como pago.

El viejo sonrió — Es todo tuyo, llevatelo.

El pobre Yoah se veía triste, se arrodillo ante mi — Estoy a sus ordenes señorita.

— Levántate y vamonos de aquí.

En ese instante Lexi apareció — Señor el gran Brujo lo busca.

— No puedo hacerlo esperar, niña que esperas vete de aquí — sacó un libro de los estantes y en automático se abrió otra puerta secreta.

— Pueden salir por aquí, no quiero que él gran Brujo los vea, este camino los llevará directo a la calle trasera de la tienda.

Tome del brazo a Yoah, él se veía desconcertado — Vamos, camina.

Intente salir lo más rápido de ese lugar, no podía permitir que alguien más me viera por ahí, quite el velo de mi rostro y mire fijamente a Yoah — Te ves muy mal, tenemos que ir con un médico.

Con mi mano toque su frente y me percate que estaba ardiendo en fiebre
— Rápido no hay tiempo que perder.

Mientras caminábamos rumbo al hospital más cercano pensaba si el gran Brujo del que hablaba Lexi era él maestro Said. Tengo sentimientos encotrados por una parte se que mi maestro es un Brujo dispuesto a matar con tal de conseguir sus objetos pero por otro lado él me brindo un cariño especial, me refiero a que logre verlo como a un padre, no es un secreto que Thomas Thynne nunca fue el mejor papá para mi, en ocasiones me preguntaba si realmente me quería.

Justo cuando estábamos por llegar al hospital tres figuras masculinas se atravesaron en nuestro camino  — ¿Qué hacen? Tenemos prisa, déjenos pasar.

— ¿Qué muñeca tan hermosa?, que haces a lado de un chico tan desagradable, mejor nosotros te hacemos compañía.

— No tengo tiempo que perder, háganse a un lado o saldrán lastimados.

Los tres hombres robustos y altos empezaron a reír — Dudo mucho que una muñeca como tu pueda hacernos daño.

— ¡A un lado, es una orden! — Les grite bastante enojada.

Uno de ellos comenzó a atacarme, entonces tuve que soltar a Yoah, él cayó al suelo de tan débil que se encontraba.

Con mi escudo protector de fuego logre detener el ataque, corrí hacia Yoah 
— ¿Estas bien?

El asintio con la cabeza — Espera aquí porfavor, me encargare de esos tipos.

                      ************

Es la primera vez que lanzó una linterna flotante al cielo, todo el tiempo pensé que pedir deseos es solo un juego de niños, pero por esta ocasión sentía la necesidad de pedir un deseo para mi, todo el tiempo mi padre me dijo que lo más importante es Aslan, no puedo pensar en otra cosa más que en el bienestar de nuestro Reino.

Pero ahora quiero ser egoísta y pensar en mi, en mis sentimientos, cerre los ojos y  les pedí a los dioses de cielo que me permitan estar a lado de Astrid por siempre, portegerla y amarla como ella lo merece, porque mi corazón anhela su cariño o más bien deseo su amor.

Cuando termine de lanzar mi linterna gire a ver a Astrid, quería ver su expresión de felicidad al contemplar todas la luces del cielo pero para mi sorpresa ella no estaba en el lugar donde la deje.

— Cody ¿Dónde está ella?

Cody me vio confundido — Desapareció.

— ¿Le pasaría algo malo?

— No sé Alteza pero debemos buscarla, tengo un mal presentimiento.

Ambos corrimos por todo el pueblo, sentía una desesperación por encontrarla, tenía mucho miendo que algo malo le pasara.

Justo cuando pase por una calle algo oscura note que había una chica con la misma complexión de Astrid peleando con tres hombres robustos.

Corrí hacia ella, uno de los hombres la tomó del brazo y la jalo hacia él, en ese instante enfureci, de una patada en el estómago lo derribe. Invoque una espada de hielo y ataque a los otros dos, cuando los hombres se dieron cuenta de mi poder huyeron despavoridos  — ¡Son Magos muy fuertes!, ¡vamonos de aquí!

— ¿Astrid estas bien?

— Si Alteza estoy perfecta gracias, pero ahora lo importante es ayudar a Yoah.

Vi a Astrid correr hacia un chico con un aspecto deplorable — ¿Quién es él?

— Luego le explico Alteza porfavor ayúdeme con él.

No tuve más opción, entre Astrid y yo levantamos al joven, esta bastante delgado, casi no pesa y con un mal olor corporal ¿De dónde saco Astrid a este chico?.

Llegamos al hospital y justo ahí estaba Cody, él nos vio llegar  — ¿Estas herida Astrid? Me siento tan culpable.

— Estoy bien Cody, es este joven que necesita ayuda médica.

Me acerque a Cody — ¿Qué haces aquí en el hospital?

— Me asuste y pensé que tal vez Astrid estaba herida, entonces creí que podía encontrarse en un hospital, justo iba a pregunta por ella cuando los vi entrar.

— ¿Sabes quien es él? — Señale con un movimiento en la cabeza.

— No Alteza, jamás lo había visto en mi vida.

— Ella parece muy preocupada por él.

— Es verdad.

Astrid se fue con él médico y aquel joven, después de una hora Astrid salió algo desanimada.

— ¿Qué ocurrió? — corrí hacia ella.

— Él necesita quedarse varios días en el hospital, el doctor me dijo que tiene una anemia severa además de una infección en la garganta la cual le provocó fiebre alta.

— Entonces lo mejor será seguir las indicaciones del médico, por ahora ya es tarde y no podremos entrar a la Academia, debemos buscar una posada donde pasar la noche.

— Ustedes vayan a descansar yo me quedaré a cuidar a Yoah.

— Las enfermeras cuidarán de él.

— No quiero dejarlo solo, se puede asustar.

— No es un niño, ya bastante hiciste con ayudarlo Astrid, vamonos.

— Quiero quedarme con él.

Me molesta la actitud de Astrid, tal parece que ese muchacho le importa mucho y eso me hace sentir enojado, no se porqué.

Él doctor intervino en nuestra conversación — No tiene caso que se quede señorita, él dormirá toda la noche por los medicamentos, vaya a descansar.

— Ya escuchaste al médico, vamonos y mañana te prometo que regresamos a ver al joven.

Astrid asintio y me siguio a la salida del hospital donde nos esperaba Cody  — Ya conseguí un par de habitaciones en la posada de la señora Darcy.

Cuando llegamos a la posada Astrid parecía distante — Luces cansada, mañana espero me digas de donde conoces a ese chico, entiendo que quieras ayudar a los menos afortunados, pero puede ser peligroso.

— Yoah es buena persona.

— Entonces dime ¿De dónde lo conoces para asegurar que no tiene malas intenciones?.

Otra Oportunidad Para Ser Feliz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora