Cody parecía molesto — Alteza que lo trae por aquí ¿Acaso decidió venir a las festividades acompañado de la señorita Greta? Son una pareja perfecta déjeme aclararle.
— Decidi venir solo Cody, en cuanto Greta ella no es mi novia, solo es una conocida.
— Yo más bien dirá Alteza que son más que conocidos, se la pasan todo el tiempo juntos.
Ya no quería seguir escuchándolos discutir, mis planes se estaban viendo arruinados por la presencia de Milos, ahora ¿Cómo se supone que voy a buscar al señor Gus?
Le pague a la señora y a cada uno les ofrecí una linterna — Es hora de que ustedes pidan sus deseos, deberían acercarse al balcón principal del pueblo, de ahí se lanzan las linternas al cielo.
— ¿Astrid no vas a pedir un deseo?
— No lo necesito Cody, yo solo quería observar todas esas hermosas luces en el cielo.
— Entonces pediré un deseo para los dos.
Milos se acercó a mi — Puedes utilizar mi linterna.
— No es necesario Alteza, como dije yo solo quiero apreciar de este bello paisaje, no debería desaprovechar esa linterna, pida un deseo.
— Esta bien, pero debes esperar por nosotros aquí, no te muevas.
— Vayan aquí los espero — Les brinde una sonrisa para que ellos se fueran confiados al balcón.
La suerte estaba a mi favor, logre que Cody y Milos me dejaran sola, tengo que aprovechar esta oportunidad, cuando ellos se dieron la media vuelta y se fueron a lanzar sus linternas al cielo yo corrí hacia la parte más orillada de Aslan, justo a la tienda de antigüedades Enigma.
Corrí lo más rápido que puede, recuerdo el camino a la perfección, en el primer callejon giro a la derecha, existen unas escaleras escondidas que te llevan a un túnel por debajo del pueblo, al salir del oscuro túnel, ahí enfrente está la tienda Enigma, con una fachada bastante antigua en color azul marino y un letrero de madera bastante grande.
Me coloque un pequeño velo el cual cubria mi nariz y boca dejando al descubierto solo mis ojos. Sin más tiempo de que perder entre a la tienda, las campanas sonaron avisando de mi presencia, una chica alta y bastante delgada con cabello plateado y ojos grises me recibió.
— Bienvenida a la tienda Enigma señorita, llegó al lugar correcto si está en busca de joyería antigua, permitame mostrarle la nueva mercancía.
Recuerdo a la chica en cuestión se llama Lexi y es la empleada de confianza del señor Gus, le digo la frase secreta
— Quiero aclarar el Enigma de mi vida.Sigame por aquí señorita, una pequeña palanca escondida en el escritorio activa el mecanismo que abre una puerta secreta, ella me hace la seña de entrar.
Sigo las indicaciones, me adentro en la pequeña puerta y bajo un par de escalones, de ahí giro a mi derecha y una pequeña biblioteca iluminada con velas alrededor me recibe. Todo es exactamente a como lo recuerdo, el aroma a humedad, un par de sillones viejos en color café, un montón de libros empolvados alrededor mío y una mesa al centro del lugar.
— ¿Quién eres y porque sabes nuestra frase secreta?
La voz rasposa del señor Gus resonó atrás de mi, gire y ahí estaba ese hombre moreno de baja estatura, mirándome con curiosidad, camino un par de pasos más hasta llegar a la mesa del centro.
— No hablas, ¿Quién eres?
— Mi identidad no importa, señor Gus, me dijeron que usted puede ayudarme a conseguir lo que necesito.
— Vaya que estas bien informada, incluso sabes mi nombre, solo un pequeño circulo de Brujos saben dicha información, pero te vez como una simple estudiante, no pareces prácticar con magia prohibida, me generas mucha curiosidad niña.
— Seré directa, necesito saber ¿Cómo puedo romper un hechizo de amo y esclavo?, sé que solo el Brujo creador de dicho conjuro puede eliminarlo por completo, pero ¿Qué otra alternativa hay para desaserse de un objeto hechizado?
El señor Gus se empezó a reír — ¿Qué ofreces a cambio niña?
Cuando mi madre falleció yo personalmente revisé sus pertenecias y guarde cada una de ella en el ático de la casa Thynne a excepción de sus joyas, esas las conservo conmigo, saque de mi pequeño bolso unos hermosos aretes de diamantes, son muy valiosos y sin duda ese viejo avaricioso los querrá para su colección.
— Son unos pendientes muy costosos, creo que es un intercambio justo.
— Es verdad son unos artes muy fijos y caros, pero esta información confidencial solo se comparte con algo más valioso, me causas mucha desconfianza niña, eres una espía de la realeza.
— No soy una espía — Permanecí serena ante la mirada desconfianda del viejo mañoso.
— ¿Cuál es el precio a pagar? — dije viéndolo a los ojos.
— Tu juventud — Su expresión cambio, ahora me veía con malicia.
Sabia a que ser refería ese viejo, el hechizo de juventud eterna, el cual consta en conseguir humanos jóvenes para robarles su vitalidad, ya había escuchado rumores que el señor Gus es un hombre muy viejo con más de cien años de vida, en apariencia se ve como un hombre de cuarenta años aproximadamente, todo el tiempo creí que dichos rumores eran falsos, tal parece que es verdad.
— No puedo entregarle mi juventud.
— Entonces no hay trato.
Enseguida apareció un joven alto y sumamente delgado, su aspecto descuidado y sucio me hicieron prestarle atención, su cabello castaño rizado le llegaba a la altura de los hombros, llevaba una bandeja con una copa de licor.
— Aquí esta su Wisky señor.
Él se giro a verme y su rostro me resultaba familiar, no lograba recordar ¿Quién era este joven? Su ojos cafés se toparon con los míos, una mirada llena de dolor y sufrimiento conmovio mi corazón. Su aspecto está tan demacrado y sucio que por poco no lo reconozco.
Casi me caigo de impresión al darme cuenta que aquel joven es Yoan, el joven Brujo él cual conocí cuando me uní al Clan Tinieblas, dirigido por el maestro Said.
En mi primera vida, Yoah era uno de los discípulos más queridos del maestro Said, una vez él me contó como él maestro lo salvo de la muerte, era una noche de celebración en Aslan, él tenía tan solo dieciséis años, presentaba un terrible problema de desnutrición ya que en esas épocas él vivía en la miseria, me contó de su terrible infancia, se entero que era mitad Mago cuando a sus trece años presentó signos de magia, pero al no saber como usarlos, ocultaba sus poderes a todo mundo.
Al parecer su madre era una Maga que tuvo una aventura con un simple humano, al darse cuenta de su embarazo lo oculto por nueve meses y dio a luz en secreto. Recuerdo que ambos intentamos averiguar quién era su madre biológica pero nunca dimos con ella.
Su madre lo regalo a una anciana del pueblo, ella lo crío hasta la edad de siete años. La anciana murió y él se quedó sin un hogar, vago por la calles y dormía en los callejones solitarios de Aslan. Por muchos años trabajo como sirviente, pero sus condiciones de vida eran muy precarias, hasta que el maestro Said lo rescato.
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Otra Oportunidad Para Ser Feliz
FantasiAstrid Thynne le entrego todo su amor a Milos Devereux Hyde Rey de Aslan, soñaba con ser su Reina y gobernar a su lado, por desgracia él no correspondió nunca a sus sentimientos y se casó con su hermanastra Greta. En su desesperación se unió a la ma...