Astrid se quedó callada — Por lo visto no deseas responder a mis preguntas, te dejare ir a descansar, pero mañana espero una explicación.
— Gracias Alteza — Astrid me hizo una reverencia y se fue.
Cody me entrego una llave — Vamos a compartir habitación Alteza, tuvimos suerte al encontrar lugar, todas la demás posadas están a su limite en ocupación debido a la noche de los deseos.
— Supongo que no me queda otra opción.
Luego Cody y yo subimos a la habitación por suerte había dos camas sino Cody hubiera tenido que dormir en suelo, tenía muchas dudas sobre Astrid pero ahora debía esperar a que ella me tuviera la confianza suficiente para contarme que le sucede.
A la mañana siguiente fuimos a ver al chico de nombre Yoah, aún seguía durmiendo, él doctor dijo que era normal, su estado es algo crítico, pero poco a poco se va ir recuperando y con ello su energía y fuerzas regresarán.
Los tres regresamos a la Academia le prometí a Astrid que yo mandaría a uno de mis guardias a ir a cuidarlo y por los gastos hospitalarios me haré responsable.
Ella parecía más tranquila, me agradeció por haber ayudado a su amigo — Alteza muchas gracias, le prometo que Yoah es una buena persona y en cuanto pueda le pagare la deuda del hospital.
— No necesitas pagarme nada, lo hago por ti.
— Regresare a mi habitación, me siento algo cansada y por la tarde tenemos clases.
— Yo igual, nos vemos más tarde.
*************
Anoche no pude dormir, los recuerdos de mi primera vida me perseguían en cada sueño, ver a Yoah en tal estado me dejó desconcertada, él me contó que cuando el maestro Said lo encontró su estado de salud era malo pero nunca imagine que estuviera tan deteriorado su cuerpo debido a las malas condiciones de vida.
Cuando yo conocí a Yoah era otra persona, un Brujo lleno de vida con algunas cicatrices en sus manos por la práctica de magia prohibida, su mirada irradiaba sensualidad y alegría, muchas veces me contó que él maestro era como él padre que nunca tuvo y que le sería fiel hasta sus últimos días, gracias al maestro su vida dio un giro de ciento ochenta grados.
Ahora es mi deber devolverle la alegría a Yoah y convertirlo en una persona de bien, después de todo Yoah pierde la vida al intentar salvarmen de los guardias del palacio, ahora no puedo permitir que eso ocurra de nuevo, él merece ser feliz.
Pasaron los días, todo parecía normal en la Academia, Yoah se estaba recuperando favorablemente incluso ya habia subido de peso, por otra parte yo vigilaba a Greta de cerca pero no habia nada sospechoso en ella, Leyla es muy inteligente y notó que algo andaba raro en mí.
— ¿Ocurre algo con Greta?
— Nada.
— Llevas varios días muy cerca de ella. Solo te separas de ella cuando estamos aquí en clase.
— Me preocupa que algo malo le pase, es mi hermana.
— Hermanastra, no es tu familia de sangre, en lo personal creo que Greta escode algo, las personas más angelicales son las más sospechosas, cuentame que ocurre igual puedo ayudar.
Suspire profundo y decidí confiar en Leyla — Tengo la sospecha que Greta esta contacto con un Brujo.
— ¡Qué! — Leyla subió la voz tan alto que todo el salón giro a vernos.
— Shhh guarda silencio.
— ¿Cómo es posible? Tienes pruebas.
— En realidad no, por eso la vigilaba de cerca pero puede también que sean figuraciones mías y Greta sea inocente.
— Entonces debemos desenmascararla.
— Hasta ahora ella lleva una vida normal, casi no tiene amigos y no sale para nada de la Academia, no existen pruebas de nada.
— ¿Segura que no sale de la Academia?
— Todo el día la veo en la escuela, nunca sale.
— ¿Y en las noches?
— No creo que salga por las noches, seria muy peligroso de su parte.
— Piensa con la cabeza fría Astrid, la noche es una excelente oportunidad para escabullirse.
— Es imposible, después de las ocho de la noche hay una barrera que prohíbe la entrada a la Academia.
— Tu misma lo acabas de decir Astrid, prohíbe la entrada más no la salida.
— No lo había pensado así.
— En este Instituto somos alumnos más no presos, mientras no hagamos nada malo podemos salir de este lugar a cualquier hora.
— Te debo una Leyla, vigilare sus movimientos por la noche.
— Si necesitas mi ayuda no dudes en pedírmela.
— Gracias Leyla.
Después de clases regrese a mi dormitorio y cuando entré Greta me esperaba con una bandeja de galletas de chocolate y un aromático té de limón el cual es mi favorito.
— Astrid te estaba esperando, te tengo grandes noticias.
— ¿Cuáles?
— Hoy anunciaron los resultados de los exámenes del primer parcial y fui la número uno de mi clase.
— Felicidades Greta, nuestro padre estará muy orgullo de ti.
— No puede evitar ir a tu salón de clases y ahí me percate que también fuiste la mejor de tu generación, por ello estoy aquí para celebrar juntas.
Me senté a su lado y Greta sirvió un poco de té en una linda taza de porcelana fina en color azul cielo, la vi sacar un frasco de miel y endulzar mi bebida.
— Prueba las galletas, fui a la cocina de la Academia y me hice gran amiga de las cocineras, me dejaron utilizar su honor para preparalas.
— Se ven muy ricas.
Tome una de las galletas y di un mordisco, eran crujientes por fuera pero suaves por dentro, con chispas de chocolate en su interior, reconozco que son muy ricas.
— Excelente trabajo Greta, son deliciosas.
— Ahora prueba el té.
Antes de tomar el primer sorbo, acerque la taza a mi nariz y disfrute del delicioso aroma a limón que desprendía el té, la miel le deba un toque dulce y las pequeñas notas de azar negro.....
En cuanto me percate que el té contenía azar negro mi mente se quedó en blanco, es un aroma casi imperceptible, dicha planta se utiliza para anestesiar a un enfermo y en pocas dosis provoca sueño.
— ¿Qué pasa? ¿Porqué no pruebas el té?
— Esta algo caliente — Fue lo único que le puede contestar, pero sabía que algo andaba mal, estaba tan segura que Greta es una buena persona que simplemente decidí confiar en ella. ¿Será que ya me ha drogado antes? Es su costumbre traerme comida a mi habitación y en mi vida pasada era igual por eso nunca me extraño.
Debía evitar a toda costa beber este té así que decidí fingir que la taza se me resbala de mis manos, el contenido cayó en mis piernas — ¡Oh por dios! Que tonta soy.
— ¿Estas bien Astrid? Dime por favor que no te quemaste con el té.
Me puse de pie enseguida y tomé una servilleta para limpiar el liquido que estaba sobre mis piernas — Todo bien Greta no te preocupes.
— ¿Segura?
— Si estoy perfecta, es solo que ya estoy muy agotada, muero de sueño, tal vez por eso tontamente deje caer el té, lo mejor será dejar nuestra celebración para otro día — Comencé a bostezar y estirar mis brazos en señal de cansancio.
— Entiendo Astrid, me retiro para que puedas descansar, dejaré el resto del té en la mesita por si te da sed más tarde.
— Gracias prometo tomarlo más tarde, mientras iré a cambiarme de ropa para descansar un poco — Seguí fingiendo tener mucho sueño.
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Otra Oportunidad Para Ser Feliz
FantasyAstrid Thynne le entrego todo su amor a Milos Devereux Hyde Rey de Aslan, soñaba con ser su Reina y gobernar a su lado, por desgracia él no correspondió nunca a sus sentimientos y se casó con su hermanastra Greta. En su desesperación se unió a la ma...