Ceremona de coronación

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En el balcón de mi habitación se podía observar perfectamente la luna, el día de hoy luce más hermosa que nunca, mañana es el gran día de mi coronación, planeaba ir a buscar a Astrid cuando Ahmet inrrupio en mi habitación.

— Alteza le ofrezco una disculpa por aparecer a estar horas en sus aposentos pero es importante que este preparado para el gran día.

— Me siento algo nervioso, pero todo saldrá bien.

— Mañana tendré el honor de coronarlo Rey de Aslan pero antes usted debe aceptar el gran anillo real, recuerde que es una pieza de magia ancestral.

— Creí que mañana me ibas a entregar el anillo.

— No sería correcto Majestad, este anillo contiene una gran cantidad de magia antigua, al instante en que usted lo coloque en su dedo anular su cuerpo podrá debilitarse.

— Explícate Ahmet, perderé parte de mi magia.

— Para nada Alteza, solo que va necesitar de esta noche para que su cuerpo mágico acepte la magia ancestral del anillo, tranquilo solo será por hoy, mañana que despierte estará recuperando.

— ¿Estas seguro?

— Si Majestad, por unas horas se sentirá muy casado, pero por la mañana recuperar su fuerza, a diferencia de usted su hermano tardo dos días en estabilizar su cuerpo, él siempre fue más débil.

Al recordar a mi querido hermano un sentimiento de tristeza me invadió
—Lo extraño.

— Yo igual Majestad, pero debemos continuar con nuestras vidas, ahora usted es él nuevo regente de este Reino, su obligación es ver por el bienestar de nuestra gente.

— Prometo ser un buen Rey.

— Llego el momento Majestad, le hago entrega del anillo ancestral, una reliquia sumamente poderosa, usted es digno de portarla y ejercer su poder.

— Yo Milos Devereux Hyde acepto la reliquia ancestral de la familia Devereux que ha pasado de generación en generación.

— Ahora Alteza abra la caja de cristal y tome el anillo.

Hice caso a cada una de las indicaciones de Ahmet, antes de poner el anillo pronuncie las siguientes palabras
Rex me esse spondeo qui iuste imperabit Dignus regni baiulus.

Coloque el anillo en mi dedo anular de mi mano izquierda y este enseguida se iluminó, pude sentir toda la magia acumulada en él, incluso tuve algunas visiones de mi padre y Zaki portando el anillo.

— Sería todo por mi parte Majestad, ahora debe descansar, se sentirá algo débil pero todo es normal, no hay nada de que preocuparse.

— Por ahora me siento bien, puedes retirarte.

Ahmet salió de mi habitación y todo parecía normal, no sentía ninguna clase de debilidad, supongo que Ahmet estaba exagerado con respecto al ritual del anillo, me disponía ir a buscar a Astrid cuando un terrible dolor de pecho me atacó, caí de rodillas, un montón de imágenes pasaron por mi mente.

Caí desmayado, todo se volvió oscuridad, me encontraba caminando por el pueblo de Aslan, mucha gente corría en dirección a la gran plaza, todos parecían desenfrenados, solo escuchaba gritos y abucheos de todos los presentes.

— ¡Maten a la traidora! ¡Maten a la traidora!

Seguía muy confundido, seguí caminando cuando a lo lejos vi a Astrid siendo enjuicida delante de todo Aslan, corrí lo más que pude hacia su dirección, debo salvarla, ella no es una traidora.

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