Trampa

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Me llego una carta del hospital de Aslan, al parecer Yoah ya estaba casi recuperado, es una gran alegra saber que salve su vida, ahora puedo ayudarlo a comenzar de nuevo, los dos podemos tener una vida tranquila y feliz.

Las clases transcurrían con normalidad — A diferencia de ayer hoy luces bastante contenta.

— Estoy feliz Leyla, hable con Milos, ambos confesamos nuestros sentimientos y ahora estamos juntos.

Leyla abrió los ojos sorprendida — No estoy entiendo nada, creí que él Príncipe estaba interesado en Greta, aunque últimamente él se comporta bastante frío con ella.

— Es una historia larga pero Milos jamás estuvo interesado en Greta, él me quiere a mi.

— Yo no confiaría tanto en los hombres amiga, son mentirosos por naturaleza — Ambas nos vimos a los ojos y empezamos a reír.

— Yo confío en Milos.

— Entonces como debería llamarte ahora, futura Princesa de Aslan.

— Solo Astrid, somos amigas y por otra parte el chico de nombre Yoah al que ayude la otra vez en el pueblo ya esta casi recuperado, quiero ir a verlo ¿Me acompañas?

— Claro amiga, tengo curiosidad por ese chico, ¿Porqué decidiste ayudarlo?

— Lo vi en tan mal estado, que simplemente no podía abandonarlo, además es un Mago Dium como yo.

— Que interesante, mañana sábado podemos ir a verlo temprano.

— Gran idea.

Después de clases decidi escabullirme a la habitación de Greta, necesito evidencias de su traición, a esta hora ella todavía tiene clases, espero tener el tiempo suficiente para revisar a detalle su recamara.

En el segundo piso se encuentra su cuarto, es el penúltimo del pasillo, intente abrir la puerta pero esta parace bloqueda con algún tipo de magia.

Sabia que esto era una posibilidad por eso me prepare con un hechizo para abrir cerraduras — Si clausus manes a domino tuo, solve cautionem coram me — En ese instante escuche el seguro abrirse.

Ya dentro de la habitación prendí la luz, la recamara está perfectamente ordenada, nada parecía fuera de lugar, inspeccionando su escritorio solo había un par de libretas y plumas mágicas, nada fuera de lo común.

— Ella es inteligente — Decía estas palabras mientras me asomaba por debajo de su cama por si hubiera algo escondido.

— ¿Qué haces Astrid?

Maldición es la voz de Greta, ella me descubrió  — Hola — Me levantaba del suelo y sacudía mi falda.

— Pregunte ¿Qué haces en mi habitación?

— Pase a buscarte, el otro día no pudimos festejar que ambas sacamos buenas calificaciones.

Ella me miraba con suma desconfianza  — ¿Y que se supone que hacías mirando bajo mi cama?

— Se me cayo un pediente pero tranquila ya lo encontré, entonces que te parece si mañana vamos al pueblo, Leyla me va acompañar a visitar a un amigo y de ahí podemos ir a una cafetería a comer ricos postres.

— Tengo planes mañana, no puedo.

— Que mal, igual otro día podríamos ir, lo mejor será irme, descansa y luego te veo.

— Espera Astrid necesito un consejo, ¿puedes ayudarme?

Gire a ver a Greta —Claro ¿Qué sucede?

— Hoy el Príncipe me pido ser su novia, no esperaba tal confesión, pero no sé si sería prudente aceptar su propuesta, después de todo tu eres mi hermana y se lo mucho que te lastimaria esta decisión, por ello quería platicarlo primero contigo.

— Es imposible — En voz baja pronuncie estas palabras, Greta debe estar mintiendo.

— Dime Astrid ¿debería convertirme en la novia del Príncipe?

Respire profundamente y decidí ser directa con Greta, ya no tenía caso seguro fingiendo — Mientes, el Príncipe no está interesado en ti.

— Astrid entiendo que por el cariño que le tienes al Príncipe te rehusas a ver la realidad, pero entre él y yo hay amor verdadero.

— Basta de tus intrigas ¿Qué pretendes Greta?

Y ahí estaba ella mirándome con unos ojos de inocencia  — Solo estoy siendo sincera contigo hermanita.

— Eres buena actriz pero ya no necesitas fingir conmigo, ayer te seguí, sé de tus reuniones secretas.

— No sé de hablas, la traidora aquí eres tu Astrid, justo hoy le conté al Príncipe de mis sospechas.

— ¡Qué! Estás loca, él jamás te va a creer.

— Pues al menos confundido si está, imagínate que termines encarcelada por traidora.

— Yo no soy ninguna traidora, eres una mala persona.

Ella se empezó a reír — Pues él confía ciegamente en mi.

Enseguida Caleb apareció en la puerta de la habitación de Greta junto con dos guardias imperiales — Señorita Astrid Thynne debe acompañarnos ahora mismo a la dirección.

Una sonrisa se dibujo en el rostro de Greta pero esta enseguida desapareció y unas lágrimas empezaron a brotar de sus ojos — Caleb llegas a tiempo, Astrid parece fuera de sí, quería hacerme daño.

¡No puede ser! caí en su trampa, los guardias me obligaron a salir de los dormitorios femeninos y acompañarlos a la dirección escolar.

Cuando abrimos la puerta de la dirección la profesora Belma corrió a abrazarme — Mi pequeña sobrina, ¿Porqué no me contaste lo que estaba pasando? ¿Tenía mucho miedo que algo malo te hubiera pasado?.m

— Estoy confundida.

En eso apareció Milos — Tranquila todo está en orden, simplemente preferí sacarte de la habitación de esa mujer, tenía miendo que te fuera hacer daño, fuiste muy imprudente al ir sola a su habitación.

— ¿Cómo supiste que estaba ahí?

— Le di la orden a Caleb que vigilará a Greta y ahí se percató que estabas en su habitación, Astrid es muy peligros que te enfretes a ella sola, hoy hable con Greta y ella se dio cuenta que ya no estoy bajo sus órdenes.

— Eso significa que ya sabe que la estamos vigilando.

— Así es Astrid, le pedí ayuda a la profesora Belma para dar la orden de traerte a la dirección, después de todo ella esta a cargo de esta oficina mientras la directora Thea se encutra fuera de las instalaciones de la Academia.

— Al menos es un alivio que todo fue parte de tu plan, por un momento creí que Greta se había salido con la suya.

— Yo jamás le creería ni una sola palabra a esa mujer.

La profesora Belma intervino — Astrid te dije que no confiaras en Greta, yo sabía que algo oscuro había detrás de ella.

Enseguida Caleb llego corriendo
— Alteza malas noticias, Greta escapo de la Academia, utilizo una especie de encantamiento en donde toda su habitación se lleno de humo blanco, cuando se disperso esa espesa nube ella ya no estaba.

— ¡No! Avisa a todos los guardias de la Academia? debemos capturarla.

— Ya di la orden para que la busquen por todo el lugar Alteza.

Otra Oportunidad Para Ser Feliz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora