Convencer

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Con tanto revuelo con los últimos acontecimientos en la Academia no había pasado a visitar a Yoah, pero gracias a mi tía Belma la directora nos dio permiso a Leyla y a mi para ir al pueblo a verlo.

Llegamos al hospital donde Yoah se había estado recuperando favorablemente, una enfermera nos recibió amablemente  — La habitación del joven Yoah Daft es la número 25.

— Gracias señorita — Yo me encontraba muy nerviosa por verlo nuevamente, le compre unos ricos pasteles de chocolate, son sus favoritos.

Tocamos a la puerta, Leyla se veía sumamente emocionada, escuchamos su voz tranquila — Adelante.

— Hola — Lo salude y él estaba sentado en una silla a lado de una ventana, ya se notaba más recuperado, había ganado peso, lucia más sano.

El giro a verme y agacho la mirada
  — Señorita buenos días.

Se veía distinto yo pensaba que iba a encontrar al Yoah de mi pasado, al chico alegre y lleno de vida, pero en este momento él es un adolescente que aún tiene varios problemas de seguridad.

Me presente formalmente con él  — Soy Astrid Thynne y ella es mi amiga Leyla Abney.

— Mucho gusto señoritas mi nombre es Yoah Daft.

— No te levantes puedes permanecer sentado, te traje unos pastelillos de chocolate, espero te gusten.

El no sabía cómo reaccionar — Gracias señorita, nunca los he probado.

Leyla lo miro con ternura — Estoy segura que te encantarán, se ve que eres una buena persona, ahora entiendo porque Astrid decidió ayudarte.
— Ahora soy propiedad de la señorita, supongo que viene para llevarme a donde será mi nuevo hogar.

Me sorprendieron sus palabras — Tu no eres de mi propiedad Yoah, eres libre.

El alzó la mirada y el miendo se reflejo en sus ojos — ¿Cómo? Pero no tengo a donde ir, ni tampoco tengo dinero.

Tranquilo ya tengo esa parte resuelta, convenci a mi tía Belma para que ella sea tu tutora en la Academia de magia, ahí tendrás un hogar y comida, además de contar con todo lo necesario para que inicies con tus estudios de magia.

— ¿Estudios?

El parecía aún más confundido — Eres un mago Dium y como tal debes aprender a manejar tus poderes.

— Yo no soy mago — Su voz temblaba de miedo.

Intente acercarme pero enseguida se levantó de su silla y retrocedió
— Señorita seré su fiel sirviente y le pagare con trabajo todo lo que ha hecho por mi, pero no soy mago.

— Yoah yo sé perfectamente que eres un mago, pero no quiero presionarte, confía en mí, te juro que no deseo hacerte daño.

Leyla se volvió a acercar a él — Yoah te prometo que si entras a la Academia yo estaré siempre a tu lado para ayudarte, además tendrás una vida mejor y al graduarnos tenemos la oportunidad de trabajar en el Palacio.

Él parecía confiar en Leyla, me alegra que ambos se lleven bien — Iré con ustedes pero antes necesito saber ¿Cómo se dio cuenta que soy un ser mágico? He tratado de ocultar muy bien mis poderes.

— Tal vez no lo recuerdes porque estabas muy débil la noche que te encuentre, pero de tu mano derecha un par de chispas brotaron de ella, supongo que tienes magia de luz al igual que yo  verdad — No me quedo más remedio que mentir, sé que esta mal, pero no hay otra forma de justificar el porqué conozco esa clase de información.

— Me promete que estaré bien en ese lugar.

— Te lo juro Yoah, solo deseo ayudarte, de ahora en adelante quiero que seamos buenos amigos, confía en mí.

— Claro que confío en usted, después de todo salvo mi vida, muchas gracias.

— Me alegra escuchar esas palabras y no tienes que agradecer, los amigos estamos para ayudarnos.

Lo vi sonreír un poco y eso alegró mi alma, Yoah volverá hacer aquel chico despreocupado y feliz que yo recuerdo.

— Volveré por ti en dos días más, él doctor te hará unos últimos estudios solo para verificar que ya te encuentras estable de salud. Te traje un poco de ropa, ponte esto al salir del hospital.

— Gracias señorita, algún día le pagare por todas sus amabilidades.

— Ya te dijo que somos amigo y no me debes nada, nos retiramos pero regresare por ti en dos días.

Al salir del hospital Leyla permanecía callada — ¿Ocurre algo? Te has quedado muda, tanto te impresionó Yoah, se podría decir que ya se ve mucho mejor en comparación al día en que lo ayude, aún está algo delgado pero se recuperará.

— Es guapo — Fueron las únicas palabras que pronunció Leyla.

— ¿Disculpa?.

— Me refiero a que tiene hermosas facciones, piel tostada, lindos ojos cafés, nariz afilada, labios carnosos y un bello cabello castaño rizado. Pero apesar de su belleza luce triste y solo.

— Es normal, después de todo creció en las calles, tratando de sobrevivir día con día.

— Me duele el corazón con solo pensar en su sufrimiento, te prometo ayudarlo en todo lo que pueda Astrid.

— Gracias Leyla.

— Por otro lado ¿Cómo convenciste a la profesora Belma para ser la tutora de Yoah?.

Mi risa nerviosa me delató — De hecho ella uno no lo sabe.

— ¡Qué! Entonces porque le prometiste a Yoah llevarlo a la Academia.

— Tranquila Leyla, simplemente se me ocurrió en el momento, pero hablaré con mi tía, ella jamás me niega nada y voy aprovechar la oportunidad.

— Si algo sale mal, puedo pedirle ayuda a papá.

— Te lo agradezco, en cuanto lleguemos a la escuela iré a hablar con ella.

Después recorrer gran parte de las tiendas del pueblo en donde Leyla aprovecho para comprarle todo el material escolar a Yoah para sus clases, regresamos al instituto.

— Estoy muy cansada, caminamos mucho.

— Es tu culpa Leyla, querías detenerte en cada tienda.

— Tenia que aprovechar para hacer unas pequeñas compras.

— ¡Pequeñas! El carruaje va lleno de tus cosas y los útiles de Yoah.

— Eran cosas necesarias — ella empezó a reír — Además mi padre es muy complaciente conmigo, después de todo soy su única hija.

— Al menos a ti te consienten.

— Tu padre el Señora Thynne siempre ha sido más estricto, pero no te culpes, es su personalidad.

— Supongo que tienes razón, en verdad me esfuerzo por ser una buena hija.

Al bajar del carruaje una voz conocida nos llamó — ¡Hola! ¿Necesitan ayuda con sus compras?

— ¡Cody volviste a la Academia! — Corrímos hacia él emocionadas.

— Me extrañaron verdad.

— Claro amigo, pero estoy enojada contigo ¿Porqué te fuiste así como si nada? Leyla y yo estábamos preocupadas.

— Es verdad Cody, mínimo debiste despedirte de nosotras.

— No había necesidad de despedidas, yo iba a volver, lamento haberlas preocupado, solo fueron unos pequeños problemas de salud, pero ya estoy bien.

Leyla puso algunas bolsas en las manos de Cody — Ya que estas recuperando puedes empezar por ayudarme con mis compras.

— Justo eso iba a hacer, por cierto Astrid tu padre el señor Thynne esta en la dirección escolar esperándote.

— ¿Mi padre? Que raro, me pregunto ¿Qué necesita?

Otra Oportunidad Para Ser Feliz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora