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La charla a su alrededor era similar al parloteo de los loros. No tenía sentido alguno, hasta que una palabra de su agrado resonó y el sentido cobró vida. Volteó hacia sus compañeros con entusiasmo, prestando principal atención al tema.

—Últimamente andas interesado en el bicho raro de Han. ¿Qué te traes? —Preguntó uno de sus amigos mientras se cambiaba la camiseta.

—No lo sé, es divertido ver su expresión de nada. —Comentó con una sonrisa leve. 

—Ese bicho raro no sale con nadie, olvídate que vas a conseguir algo de él. Kim Jonghyun intentó besarlo en segundo año y Han lo golpeó justo en la nariz. —Contó otro entre risas. —Es imposible, el chico es una piedra. ¡Apuesto a que no lo consigues!

—¿Y qué ganaría si lo hago? —De repente, la idea sonaba muy bien.

—Pagaremos tu almuerzo por el resto del año, pero tienes que hacer que acepte salir contigo o que confiese sus sentimientos.

—Bien, acepto.

—En caso de que pierdas...—Siguió diciendo su amigo. —tendrás que ceder tu lugar de capitán en el equipo y harás nuestras tareas de química.

—Sí, no hay problema. No creo que vaya a perder.

El pelinegro que propuso la apuesta le dio un apretón de manos para cerrar el trato y se echó a reír junto con los demás.

—Una cosa más. —Advirtió, mirando a Minho con ojos profundos. —Tienes que darnos una prueba cuando lo consigas, un beso, una foto o algo.

—Ya sé, te dije que será fácil. —Respondió con seguridad, tomando su bolso en mano. —Me voy a casa, nos vemos después.

Y tal como planeaba, comenzó su estrategia de conquistar al chico ni bien salió de clases. Sabía de antemano que Jisung estaría en el patio del colegio, lo vio con su amigo esperando algo ahí, así que supuso que todavía estaría cerca.

Lo buscó bajo la sombra del manzano y allí lo encontró. Muy conveniente para su beneficio. Se acercó con una sonrisa y vio su rostro cambiar de color apenas cruzaron miradas. Sí, definitivamente sería fácil convencerlo.

—Hola...¿Qué haces? —Preguntó con fingida amabilidad, luciendo calmado y relajado.

—Hola, no hago nada. —Jisung le devolvió el saludo, pero inmediatamente se alejó unos centímetros en cuanto lo tuvo cerca.

Esto lo tomó por sorpresa. ¿A caso no quería que lo toque ni por accidente?. Es aún más divertido de lo que pensaba.

—Lamento lo del otro día, debí preguntarte antes de ir a tu casa.

—No...está bien.

Asintió distraído, buscando algo rápido que pueda usar para mantener una conversación más larga. Analizó al chico de pies a cabeza, notando que traía una remera de Pochita. Justo lo que esperaba.

》Típico de chicos así 《 pensó.

—Oh, veo que te gusta el anime. A mi también me gusta. ¿Cuál es tu serie preferida? —Dijo, tratando de recordar algún anime que haya visto de casualidad en la Tv.

—Mmh...no tengo preferidos. —Contestó Han, sintiéndose muy nervioso, pero con ganas de seguir hablando. —¿Y a ti te gusta? —Se atrevió a preguntar.

—Ah...sí, mi preferido es ese que...tiene los pelos de punta y todos corren para hacer algo que no se que es. Perdón, no soy muy bueno recordando.

Por supuesto que Jisung no le creyó, aunque tampoco iba a decirle algo que lo deje mal parado. Él solo sonrió y asintió, rezando que Felix regrese pronto del baño para poder irse.

—En fin, ¿quieres que vayamos juntos a casa? Digo, ya aue vamos para el mismo lado. —Ofreció el castaño, viendo de reojo que no le estaba prestando atención.

—No, gracias.

—¿Por qué no?

—Tengo que estudiar con Felix.

Antes de que Minho pueda seguir insistiendo, Felix salvó a Han de la desgracia. El de pecas lo saludó sin siquiera mirarlo y ambos chicos se fueron por su lado.

Genial, ahora tendría que preocuparse por hacer que el australiano se pierda, de otra forma, puede ser una molestia para su cometido.

Minsung || Un Chico ExtrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora