Música estruendosa y sugestiva inundaba el ambiente de aquel bar, de esa que mezclada junto con el alcohol te incita a caer presa de tus más bajos instintos. La pista de baile rebosaba de personas que disfrutaban desinhibidas al ritmo del DJ, una noche como cualquier otra en el "Kick it". Apartadas de la multitud en una mesa del rincón, cobijadas por la poca iluminación de esa zona en particular, se encontraban Rosé y su acompañante.
Compartían besos cada vez más intensos, la castaña sentada en las piernas de la doctora abrazaba su cuello y la devoraba sin pudor alguno. Por su puesto la cirujana no se hacía de rogar y correspondía gustosa a esos labios. A mitad de la lucha de lenguas que mantenían ambas, la pelirubia se separó y atacó el cuello de su contraria.
—Mhm...—jadeó la chica—Despacio Doctora... esperemos hasta llegar a mi casa—.
Yeri le sonrió de manera pícara mordiendo su labio inferior, mientras bajaba su mano por el cuello de la cardióloga acariciándolo, pasó junto a su característico lunar encaminándose por debajo del cuello de la camisa de esta, pero algo le estaba estorbando.
—¿Y esto?—miró extrañada el peculiar collar que tenía la galeno—Es... ¿una de esas alarmas médicas de
emergencia?—alzó las cejas—No me digas que estás tan preocupada por un paciente que tienes que llevar esto puesto todo el dí-—No es asunto tuyo—interrumpió la pelirubia arrebatando el objeto de la mano de la chica y volviendo a meterlo bajo su ropa—Sólo es una medida de prevención, es todo—.
—Wow, ese paciente tuyo debe estar en estado crítico, en coma o algo
así...—bromeó Yeri tomando de su cerveza—Bueno, tienes razón, las cosas médicas no son asunto mío... pero deberías olvidarte de eso en tú tiempo libre, el trabajo y la diversión no deberían mezclarse—.Rosé desvió la mirada empinando su bebida hasta terminarla.
—Ya se está haciendo tarde—se acercó la castaña de forma provocadora—¿Vamos a mi casa?, seguro encontramos algo divertido que hacer...—guiñó el ojo.
—No esta noche, Yeri—se puso de pie la doctora—Estoy cansada, creo que simplemente iré a casa a dormir... te llamo otro día, adiós—.
—¡¿Huh?!—la castaña quedó desconcertada—P-pero... ¿te vas? ¿por qué?... ¿Rosé? ¡¿Rosé?!—.
Gracias a la fuerte música la cirujana pudo fingir sin problemas que no escuchaba para no tener que lidiar más con esa chica.
—¡¿Pero que demonios?!—gruñó Yeri para sí misma—¿Qué coño le pasa? primero me está comiendo viva y ahora ¡¿simplemente se va?!—siguió refunfuñando cosas inentendibles.
Escabulléndose por la pista de baile, Rosé se abrió paso hacia la salida con la mirada perdida. Ni ella misma entendía lo que había sucedido, de un momento a otro todo en ella se apagó sin más. Se recostó de su moto estacionada en el aparcamiento del local mientras pensaba que hacer.
—Son las dos de la mañana—miró su reloj—Ya debe estar más que dormida... sólo perturbaría su sueño si regresara en este momento—se cruzó de
brazos—¿A dónde voy ahora?—.Después de valorar sus opciones, se decantó por una en particular. Sólo esperaba que no le fueran a patear el trasero. Se colocó el casco, subió al vehículo y arrancó. En poco tiempo ya se encontraba en su destino, parada frente a la puerta.
*Ding Dong*
Tocó al timbre sin respuesta.
*Ding Dong* *Ding Dong* *Ding Dong*
—¡Ya voooooy!—se escuchó gritar desde el interior—¿En serio? ¿esto no puede esperar hasta mañana?—.
La puerta se entreabrió.
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Pulse | Chaennie
FanfictionLa Dra. Roseanne Park es una renombrada cardióloga, aunque es joven se ha ganado la reputación de ser una de las mejores en su campo, sin embargo esa no es la única reputación que la precede, tiene la fama de ser fría y no atarse a ninguna relación...