Un montón de pequeñas piezas de plástico cubren casi por completo la mesita de la sala. Ayudada con pinzas, un pegamento especial y la precisión excelsa de sus manos, la doctora va uniendo poco a poco las partes de su modelo a escala de un buque naval. Está tan metida en dicha tarea que no se había dado cuenta que Jennie tenía una media hora sentada en la esquina opuesta del sofá mirándola con atención.
—¿No estás aburrida?—rompió el silencio la castaña—Llevas como medio día armando esa cosa—.
Algo sorprendida por haber sido sacada tan bruscamente de su concentración, la pelirubia se gira para ver a la jóven con cara de aburrimiento abrazando sus rodillas, esto le causa gracia.
—No... es relajante—sonríe volviendo trabajar en el modelo—¿Quieres intentarlo?—.
—Bleh...—resopla la menor—Es lo suficientemente aburrido verte a ti haciéndolo, creo que me divertiría más viendo como se seca la pintura—.
Rosé la mira con fingida indignación aguantando la risa, a lo que la castaña rueda los ojos y se deja caer de espalda sobre el mueble, apoyando su cabeza en las piernas de la cirujana.
—Quiero decir, son vacaciones de DOS días—alza los brazos para
exagerar—Podríamos salir a alguna parte... no sé, ir a la playa, ir a un lugar bonito al aire libre... ir a la playa...—.—Dijiste playa dos veces—levantó una ceja la cardióloga.
—¿Si?—se hizo la tonta.
—¿Playa hm? interesante
proposición—sonrió con picardía e inclinó su cuerpo aproximando peligrosamente su rostro al de la
menor—Que tal si te pones un lindo bikini y puede que sea lo suficientemente amable como para llevarte—rebotó las cejas.La repentina e insinuante proximidad tomó desprevenida a la chica, que se incorporó rápidamente tratando de ocultar su rubor.
—Jaja ¿es broma verdad?—rió
nerviosa—Dios, si que te gusta acercarte a mi cara para molestarme ¿no?—se quejó dándole un suave manotón en el hombro a la mayor.—Aunque pensándolo bien algo de ejercicio podría hacerte bien—see frotó el mentón la pelirubia—El sobre esfuerzo físico es peligroso para tu condición pero actividades ligeras definitivamente ayudarían a fortalecer tu corazón—.
*Brrr Brrr Brrr*
Sonó el teléfono de la galeno sobre la mesa.
—¿Hola?—contestó esta—¿Quién?... ¡ah! Yeri, hola.
Con sólo escuchar ese nombre la castaña cambió su alegre expresión por una menos amistosa y Rosé lo notó.
—Estoy en casa en este
momento—continuó con su conversación poniéndose de espalda y alejándose un poco—¿De qué hablas?... ah, esa noche... oh, no, no estaba enojada contigo ni nada, sólo estaba cansada, es todo... ¿qué?, ¿una cena?, ¿hoy?,
ehm...—.Cansada de escuchar Jennie se levantó para irse a su habitación.
—Gracias por la invitación pero no voy a poder ir, ya tengo una cita hoy...
Se detuvo en seco la jóven ante esas palabras, volviéndose a mirarla un tanto confundida.
—Tengo que llevar a pasear a cierta bajita—le guiñó el ojo—Nos vemos en otra ocasión, adiós—lanzó el teléfono al sofá—Bien, damita... ¿tenemos una
cita?—sonrió—Anda ve a cambiarte—.Con los ojos brillantes y una hermosa sonrisa Jennie fue corriendo a su cuarto para vestirse mientras la doctora hacia lo propio. En menos de treinta minutos ya estaban preparadas para salir. Subieron a la motocicleta de la cirujana, habiéndose colocado previamente los cascos.
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Pulse | Chaennie
FanfictionLa Dra. Roseanne Park es una renombrada cardióloga, aunque es joven se ha ganado la reputación de ser una de las mejores en su campo, sin embargo esa no es la única reputación que la precede, tiene la fama de ser fría y no atarse a ninguna relación...