Capítulo 4

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"Kim Jennie".

Dice el letrero en la puerta del último cuarto en el pasillo de hospitalización. 

"Uhm... ¿qué estoy haciendo?... ella solo es una chica rara, ¿cierto?".

Se pregunta Rosé al verse de pie frente a la habitación de una desconocida que no es su paciente. La intriga era demasiado grande, luego de leer la historia clínica de la joven y de que su colega el Dr. Jimin le contara que esta se negaba rotundamente a firmar la autorización para la operación de trasplante de corazón que podía salvarle la vida. No pudo evitar querer examinarla personalmente, a lo que su compañero no se negó.

"Sólo tengo curiosidad, eso es todo. Además, parece que tenía algo que preguntarme esta mañana". 

—¡NO!, ¡NO LO HARÉ!—se escuchó una voz gritar—¡TE DIJE QUE NO QUIERO ESTO!—.

Sobresaltada por el escandalo la cardióloga vacila un poco hasta que se decide a abrir la puerta. Pero cuando está por hacerlo, la manilla gira por si sola.

—¿Hm?—la puerta se abre de par en par.

—¡¿PODRÍAS DEJAR DE SER TAN EGOÍSTA POR UNA VEZ EN TU
VIDA?!—exclama un joven castaño.

—¡NO!—gruñe la castaña—¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA, SI NO VA A HACER LO QUE TE DIGO NO VUELVAS A MOSTRAR TU CARA POR AQUÍ, ESTÚPIDO
IDIOTA!—.

En un arrebato de furia la muchacha lanza una almohada a su acompañante con todas sus fuerzas, pero este la esquiva dando como resultado que el proyectil impacta en la cara de la cirujana.

—U-uups...—la paciente se tapa la boca avergonzada.

—Oh, oh... ahora si metiste la
pata—murmura el chico.

—Estoy muerta...—.

—Bueeno Doctora, ya que está aquí la paciente es toda suya—el muchacho se escurrió por el costado de Rosé para escapar—Vendré más tarde, ¡adios—.

—Ah, ¿ahora me vas a abandonar?—se cruzó de brazos Jennie—¡Regresa aquí Taehyung!, ¡eres el peor hermano del mundo!—.

—Lo siento hermanita la Doctora tiene que revisarte—dijo mientras se
alejaba—Iré a echarle un vistazo a las enfermeras—se rió.

—Ajem...—un carraspeo llamó la atención de la paciente.

_Uuhh...—giró su cara hacia Rosé completamente roja mientras esta le devolvía la mirada con la ceja arqueada.

—Señorita Kim, por favor tenga en cuenta que los hospitales son lugares tranquilos—le extendió la mano con la almohada.

Jennie la tomó y la abrazo queriendo hundir su cara en ella para mitigar la vergüenza. 

—Lo siento muchísimo doctora...—se atrevió a levantar la vista—Oye espera, eres la doctora de esta mañana. ¡Te fuiste antes de responder mi
pregunta!—colocó los brazos en su cintura.

—Ah... si, bueno...—ahora era la galeno la que estaba un poco apenada.

_Pero primero, ¿qué pasó con el Dr. Jimin?, el que me revisó antes—.

_Uhm, verás—aclaró su garganta la pelirubia—el Dr. Jimin está ocupado en este momento, así que me pidió que te evaluara—mintió.

—No me digas, ¿estás aquí para más pruebas?—abrazó la almohada nuevamente frunciendo el ceño—Ya estoy cansada, desde que llegue me han pinchado, clavado, perforado, estoy toda llena de moretones—resopló—Siempre es lo mismo, otro doctor otra serie de análisis, ya me estoy hartando de
esto...—.

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