Mil vueltas en círculos dió la pelirubia antes de reunir la fuerza para entrar en esa habitación, caminó de un lado a otro tratando de serenarse para transmitirle seguridad a Jennie, necesitaba ser fuerte y escoger las palabras correctas para darle esa desalentadora noticia. Finalmente se atrevió a abrir la puerta tímidamente, la castaña se encontraba sentada junto a la ventana con la mirada perdida en el cristal. La doctora ingresó por completo y al verla reflejada en el vidrio, la jóven se giró para recibirla con una cálida sonrisa, pero la cirujana fue incapaz de devolvérsela.
—¿Qué sucede?—preguntó la chica notando el semblante de la mayor.
—Nini...—caminó hasta tomar asiento en la camilla frente a la menor y respiró profundo antes de continuar—H-hubo un inconveniente con el donante, encontraron un paciente con mayor compatibilidad y...—.
—Oh... entiendo—susurró con voz débil.
—Confía en mi, Jenn—agarró las manos de esta llevándolas a su frente—Te conseguiremos otro donante tan pronto como sea posible—.
—Tranquila Rosé—estiró su mano acariciando la mejilla de la doctora—Esa persona seguro lo necesitaba más que
yo—sonrió tenuemente—Yo aún estoy bien...—.Algo fuera de lo común alertó a la doctora, Jennie no se veía como de costumbre. La miró a detenimiento, se esforzaba por disimularlo pero su respiración se notaba irregular, casi dificultosa, la usual tez clara de su piel se notaba incluso más blanca, cosa que acentuaba el hecho de que pequeñas ojeras comenzaban a aparecer bajo sus ojos. Se acercó y acunó la cara de la castaña entre sus palmas.
—¿N-nini? ¿te sientes bien?—en el fondo la cirujana sabía que algo andaba
mal—Te ves muy pálida—.—Sólo... me siento un poco
cansada—mintió—Quiero dormir un poco—.Inmediatamente la pelirubia la ayudó a pararse para luego guiarla hasta la cama. Una vez acostada la castaña, Rosé insistió en hacerle un rápido chequeo, buscó su estetoscopio y procedió a a auscultar el pecho de la chica. No había duda, los latidos débiles con ritmo anómalo, era clara señal de que el estado de Jennie se deterioraba cada vez más.
"Maldita sea...".
Retiró el instrumento dando por finalizado el exámen y respiró profundo.
—Descansa Nini—se colocó a su lado acariciándole el cabello.
Cuando la menor se durmió, la cirujana fue a hablar con su colega. Por más optimista que quería ser, la situación se estaba volviendo insostenible. Encontró al rubio en su oficina, revisando casualmente la historia la castaña.
—Jimin, tenemos que hablar—dijo sin rodeos—El estado de Jennie es delicado... no sé cuanto tiempo más tendremos—.
—Lo sé—se frotó el cabello en señal de frustración—Creo que ya no podemos postergarlo más—.
—Sí, es nuestra única opción—.
—Tenemos que hablar con sus familiares y conseguir el
consentimiento—sentenció el doctor.—Yo me encargo de contactar a su hermano—.
Sólo una llamada bastó para que Taehyung llegara al hospital en menos de quince minutos. Una vez allí, ambos médicos encararon al chico, explicaron cuidadosamente la situación y lo que era necesario hacer. El jóven aunque incómodo, parecía entender.
—La Dra. Park y yo hemos estado monitoreando su evolución y estamos seguros que esta es la mejor oportunidad que tenemos—explicó Jimin—Tratamos de postergarlo ya que existe la posibilidad de que aparezca otro donante, pero creo que eso ya no es posible—.
ESTÁS LEYENDO
Pulse | Chaennie
FanfictionLa Dra. Roseanne Park es una renombrada cardióloga, aunque es joven se ha ganado la reputación de ser una de las mejores en su campo, sin embargo esa no es la única reputación que la precede, tiene la fama de ser fría y no atarse a ninguna relación...