Un te amo con olor a lavanda.

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Katara 🪻

El mensaje de texto que recibo me hace dejar de cocinar, dejo el cucharón y tomo mi teléfono. Leo la pantalla y me quedo quieta al ver de quién es el mensaje.

Jefe

No es necesario que apliques tú renuncia. Tendrás tu trabajo y olvidaremos el matrimonio.

✅✅

Lo pensé unos segundos pero esto estaba ¿Bien?. No importa, necesito el dinero y el trabajo. Si pude fingir que no lo conocía de hace años podré fingir que nunca firmamos un acta de matrimonio.

Está bien, me presentaré mañana.
Gracias por entender.

✅✅

Escribiendo..

Suspire aliviada, pero no tardó en volver a contestar.

Por ahora.

Muy bien, la espero mañana. Con su nuevo horario. A las ocho de la mañana.

✅✅

¿Por ahora? ¿Nuevo horario?. Harry y su necesidad de confundirme.

No contesto nada, simplemente sigo con mí desayuno, huevos con tocino y panqueques. Ojeo la sala y veo las flores, mi pecho se comprime y los recuerdos vuelan en mi mente como cada ves que pequeños detalles se hacen significantes para mí memoria.

｡｡｡

— A las chicas les gustan las flores — le comentaba a Harry mientras cruzamos el camino a casa, él estaba enamorado de alguien y me pedía consejos para conquistarla.

— ¿Estás segura? — no parecía convencido

— Si

— ¿A ti te gustan las flores? — pregunto de pronto deteniéndose frente a mi.

— Eh, ¿Si?

Lo ví sonreír, se cruzó una cerca blanca que quedaba al costado del camino, en la cuál había  un rancho y muy cerca Flores, no sabía que haría pero cuando lo ví agacharse y tomar varias de distintas me quedé quieta.

¿Qué planeas Harry?

Cruzó de nuevo la cerca pero ahora con un ramo de distintas flores en la mano.

—  Para tí — dijo extendiendo el ramo hacia mi. Me quedé quieta mirándolo de pies a cabeza, se avía ensuciado las rodillas y las manos, su cabello estaba alborotado.

— Gracias — sonreír tras el ramo, nerviosa.

— No son las más lindas, pero — volvió a mirarme a los ojos, y sentí mi cuerpo temblar — cuando tenga la empresa prometo llenarte de flores.

— Nadie nunca me había regalado flores — dije y una punzada me hizo doler el pecho.

— Entonces me alegra ser el primero — dijo y no ví venir cuando sus brazos se envolvieron al rededor de mi cuerpo.