Hasta que salga el sol

Todos quieren coger contigo

Hoy era el día de limpieza, así que me aliste temprano, me ate una coleta, me puse un jean con rotos y una blusa ancha, con mis tenis. Estaba ayudando cómo si nada y recordé que Mercy también venía en este día. Carajo.

Ahora me había puesto a pensar que yo si puedo pensar las malas palabras, solo que no las puedo decir. Es muy gracioso que las diga únicamente enfrente de Mercy, era muy extraño.

Evite hablar con el, cuando lo vi llegar, me mantuve al margen, yo sabía que si estaba con algún chico el no se acercaría. Los detestaba, yo también, pero ajá.

Rafael no dejaba de hablar de algo que había perdido el hilo, me desvíe al ver a Mercy, ¿como es que sus venas se marquen así?, es muy adictivo.

¡Maldita sea! Estoy siento muy hormonal. Meneo la cabeza y me concentro en mi tarea.

—¿Nos vemos allá cierto? —,dejó de hablar tanto por fin y me alivie.

—Aja, si —amarre mi bolsa y se la pase —espera, ¿donde? —lo mire aterrada.

—En la isla —se alejó —a las cuatro, nos vemos.

Se despidió y quede pasmada. Miércoles. Y no precisamente el día de la semana.

No se que hacia aquí, debí quedarme en mi casita. Otra vez. Esto sería aburridor estaba esperando el momento perfecto para irme, pero al parecer no iba a suceder. Desde que llegue Michael, Louis y Rafael me tenían de aquí para allá.

Y aunque era muy obvio que buscaban coquetearme, no me interesaba. Justo ahora solo me interesaba saber que le decía aquella chica crespa con buenos sentimientos por delante a Mercy.

Era el cumpleaños de Michael y estábamos en su finca, le llamaban la isla. No entiendo cómo es que Mercy está aquí. Si no se llevan bien, pero en realidad todos estaban aquí, todos los jóvenes.

—¡El alma de las fiestas! —el cumpleañero se me acercó y le sonreí.

—Tan chistoso —,lo abrace y lo felicite —que lindo quedo todo —,miramos el lugar y el asintió.

—Espero que te diviertas —me paso una botella commode jugo, sin abrir —,mejor no bebas si estás lejos de casa, bueno? —asentí y el se despidió.

Loren, la única que podría decir que es más cercana a ser mi amiga había llegado y yo estaba más tranquila, no necesitaba a nadie, ni problemas ni enredos. Nos pusimos al día y le conté algo de lo que me pasaba con Mercy, ella siempre ha sabido más que yo en estos temas.

—Si en realidad te gusta, no te lo dejes quitar —,dijo ella finalmente —,sabes cómo son y no es porque sean de pueblo, pero ellas tomarán cualquier cosa nueva que les llame la atención —concluyó, señalando a Mari quien estaba con Mercy.

—Tienes razón —,aún así evite beber licor, algo me decía que tendría que irme sola a mi casa —.¿o tal vez, crees que debería dejarlo ir?

Ella me miro curiosa.

—¿Quieres dejarlo ir?, ¿es eso? —alce mis hombros y ella pensó —.si no sabes que quieres te diría que te divirtieras con el, pero se que es muy difícil para ti hacer eso sin meter sentimientos.

Ella me conocía. Yo no sabría cómo hacer eso, por otro lado, estaba segura que Mercy lo haría sin ningún tipo de problema, a él no se le da bien el compromiso, el me lo dijo desde un inicio, nada de compromiso ni etiquetas y yo respeto eso. Pero yo ya no puedo estar con este sentimiento de incertidumbre.

—O saca un clavo con otro —,fruncí el ceño, no entendía —.vamos, coquetea con otros chicos, es decir... eres ¡Zarha Davis!, eres lo más cercano a una jodida diosa en este pueblito —acomodó mi cabello, soltándolo de la cola de caballo —todos quieren coger contigo o por lo menos un saludo de tu parte.