—¿Sabes que no quiero dejarte, cierto?
—Pero si iremos juntos —fruncí el ceño.
Las vacaciones estaban a días de terminar, Mercy debía regresar y yo debía verme con mi tío, mamá estuvo de acuerdo, ya que era mejor si lo veía yo misma, ella creía que no me iba a gustar y yo tenía tanto miedo por eso, tal vez ella tenía razón en algún modo.
El destino puso en mi camino a Mercy, compramos boletos para viajar juntos hacia Dallas en tren. Mi abuela estaba más emocionada que yo misma. Era la primera vez que viajaba a la ciudad sola y con mi primer novio.
—Estoy muy nerviosa —,confesé viendo por la ventana —¿y si no me gusta?, que tal mi mamá tenga razón. Aunque podremos estar cerca, claro si tú quieres, pensándolo bien, ¿por que no querrías?
Mercy tenía sonrisa. Viendo cómo hablaba sin parar.
—Está bien estar nerviosa —.agarro mi mano acariciando la —nadie ha dicho que no podríamos estar juntos o que yo no quiero.
—Lo se...
—Me muero de ganas, por tenerte en mi ciudad pronto —.entrelazo nuestras manos —,tranquila, yo estoy aquí.
Sentí un poco más de alivio con sus palabras de alientos. El sabía cómo calmarme desde que nos conocemos, era increíble como se adentró en mi mundo y ahora sabe mejorar mis cambios de humor o ayudarme a entender muchas cosas. Aunque solo era un año mayor que yo.
Me quede dormida y al despertarme, Mercy y yo descansábamos, el en mi hombro y yo en su cabeza. Una vez llegamos voces aparecieron en el tren, Mercy comenzó a bajar las maletas, habíamos llegado. Mi corazón latió muy rápido. Todos bajaron y mi tío llamo.
–Estoy en la salida cuatro, ya vi que llegaste, te espero –colgó y yo seguí caminando con Mercy para salir.
—Mi tío espera por mi, ¿como te irás tú? —nuestras manos estaban juntas y no quería dejarlo ir.
—Que bien, mi padre envío un auto —.llevaba mi maleta y la de el. Quise llorar.
Asentí y caminamos, vi a mi tío levantar la mano en forma de saludo y nos detuvimos.
—¡Pequeña! —jalo de mi y me abrazo.
Le devolví el abrazo, soltando la mano de Mercy.
—Ey, Paco —me reparo, con una sonrisa.
—¿Lista para irnos a rumbear sin que tú mamá se entere? —,levantó las cejas y me reí de su sarcasmo —ah, traes compañía, mejor.
Me aleje y llegue donde Mercy. Dios esto sería rarísimo.
—Paco, este es mi... —mire a Mercy que arqueó una ceja —novio —.señale al susodicho y luego señale a mi tío—.Mercy, mi tío Nerfario.
Se dieron la mano, de un fuerte apretón.
—Vaya, vaya. Jamás pensé que me presentarías a un novio, sobrina —.sonríe bastante emocionado —es un placer, Mercy.
—Igualmente.
Comenzamos a caminar hacia la salida. Mercy se acercó y le susurro.
—¿Ese es tu tío? —asentí —No parece... no puedo creer que desconfíe de tu tío, jamás me había pasado tal bobada.
Sonreí. Pero está desaparecido cuando vi un cartel que decía su nombre, un hombre lo esperaba. Nos detuvimos y nos quedamos viendo, sin saber que decir.
—Cuando termines de instalarte, me avisas y te enseño la ciudad —me paso el bolso —¿está bien?, la vamos a pasar bien, descansa por ahora. Aunque aquellos ronquidos dieron mucho que pensar.
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Hasta que salga el sol
Romantik¿Si la vida te da limones qué haces? Probablemente muchos pensaran automáticamente "una limonada" o en el mismo dicho de los abuelo, pero en realidad la respuesta es "Nada", la vida no te da limones porque si. Debes ir a sembrarlos y recogerlos tú...