Ahora si estoy pintada

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Paco se fue al día siguiente en la tarde, es así como me la pase sin querer hacer nada, debía ir a trabajar en la mañana un rato por última vez a la ferretería, y en la noche iría a trabajar al lugar de comidas. Pensé mucho en la conversación que tuve con mi tío, prometí estar más con mi abuela, obviamente no se lo diría, porque se enojaría con ambos.

Así que pase en unas cuantas horas trabajando con Martín. Llame para decirle a Juliana que llegaría un poco tarde y que si me podría cubrir, iría a acompañar a mi abuela a reunirse con algunos de sus amigos. Llegue media hora después al lugar. Las risas se escuchaban fuertes aún siendo señores un poco débiles para emitir semejantes carcajadas.

La bienvenida fue acogedora. Ayude a repartir comida y me dedicaba a continuar sus preguntas.

—Cariño. ¿Ya sabes con quien iras al baile del cisne negro? —Dorothea toma mi mano buscando mi mirada.

Cierto, el baile del cisne negro. Aquel ritual de jóvenes que se hacía una vez al año, donde todos iban en cubiertos con una máscara en su rostro y vestidos de negro. El significado detrás de este era absurdo, pero muchos se emocionaban, muchas parejas se formaban luego de esa noche. Jamás había ido y mi abuela me presionaría para que fuera finalmente.

—No, en realidad —trate de buscar a mi abuela, pidiendo ayuda, no funcionó.

—Veras, Louis está muy interesado en ti desde hace tiempo y estábamos discutiendo sobre cómo podría pedirte ir al baile —su voz baja y aterciopelada me hacía sentir mal.

Sabía que se vendría un momento incómodo, aunque muchos dicen que debería estar halagada no me siento así. Por otro lado no recuerdo a su sobrino, ¡maldición!, ¿tan mala soy?.

—¿En serio? —rasque mi cuello sonriendo —no sabría que decirle...

Literalmente, si me lo pide, no sabría que decirle. Si, yo sabía que varios estaban interesados en hablarme, pero siempre encontraba la forma, por así decirlo "correr" antes de su llegada. El único que se ha acercado a comunicar su interés es Michael.

—Solo es cuestión de que se conozcan, se llevaran muy bien, ya verás —sus ojitos se arrugaron al sonreír.

—No le creas a esta vieja mentirosa —se acercó la señora Caro —mi Rafael es mejor para ti, me habías prometido aceptarle una salida —me señaló con su dedo.

Ahora si estoy pintada yo. Dios mío debí ir a trabajar, ver cómo tratan de cortejar a Mercy es mejor que ver cómo tratan de buscarme pareja a mi. Yo, la persona más asocial que existe en este pueblo.

—Sus hijos serían todos rubios con ojos azules, unos perfectos sobrinos —Dorothea se cruzó de brazos —Louis será el afortunado, Rafael no es el tipo de nuestra Zarhita.

¡¿Hijos?!, no gracias.

—¡Ja! Cómo su Louis fuera su tipo, ella prefiere a los chicos decentes que llegan a tiempo a la casa y no traten problemas. Rafael además es muy inteligente —remato Caro.

Ahora se había convertido en una discusión de cuál de sus sobrinos era mejor para mi, genial. Hace tiempo que no sucedía, por eso había dejado de acompañar a mi abuela también. A ella no le importaba, solo se reía, mi abuela les daba más leña al fuego.

—¿No están viejas para estas discusiones? —se metió el hermano de Juliana, quien era el único joven además de mi.

Mi rostro ardió, que vergüenza ser el centro de atención en algo tan banal.

—En fin, eso lo decidirá nuestra muchacha, no es así?

Asentí sin decir nada más, agradecí que cambiaran el tema por otro chisme, así aproveche para salir de ahí.

Hasta que salga el solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora