Sacando a flote sentimientos

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Mercy

—Tócame —divulgó —¿por favor?

Joder. Hizo un puchero y me preguntó ¿cómo podía ser tan amable en un momento tan caliente?. Mi mente se nublo por completo y reemplace mis dedos por los suyos, toma una bocanada de aire conteniendo el aliento y una vez comencé su respiración se agitó cada vez más. Sus manos se aferraron a mi, apretando, su pecho se agitaba con cada estocada y mordía su labio cada tanto con mucha fuerza. Me jalo y me beso, sus gemidos se perdían en mi boca, su pequeño cuerpo se movía cada vez más sobre mi mano.

Supe que estaba cerca, cuando dejó caer su cabeza hacia atrás, apretando sus ojos y soltando mucho aire por sus labios, bese su cuello y sentí el líquido caliente en mis dedos.

—Mercy...

—No te quitaré la virginidad en un club —abrí el cajón sacando palos húmedos.

—No es eso —se detuvo mirando encima de mi —la cámara —trago grueso y sonreí.

—¿Quieres saludar? —,miramos ambos, solo que yo sonreía y ella se escondió en mi pecho —tranquila, nadie la verá.

Un rato después salimos, mi oficina estaba poco iluminada, pero ahora, podía ver sus mejillas coloradas y sus pupilas dilatadas, era tan linda.

Nos sentamos con Jash quien no dejaba de hablarle a Zarha emocionado, ella le respondía con la misma intensidad. Pero luego de un rato vi que ya estaba agobiada de estar aquí.

—¿Quieres que nos vayamos? —acaricie su muslo llamando su atención.

—Si, por favor. Pero no le digas a Jash que yo dije eso —,con sus dos manos hizo una barrera para hablarme al oído.

Una vez Jash volvió sonriendo le dije:

—Zarha ya se quiere ir, esta aburrida —.su cara de escándalo me miro.

Amaba hacer eso.

—¡Eso no es cierto!, solo estoy cansada, no es que me aburra hablar contigo, Jash —comenzó a explicarle con cuidado.

Oh, por Dios. Era tan linda y muy amable.

Jash me miro como siempre, el sabía que yo mentía, solo estaba jodiendo.

—Está bien, te creo —sonrió hacia ella, podía deducir que si la hacía sentirse mal el también se sentiría mal.

Salimos del club. La llevaría a casa y tal vez volvería, debía terminar algunas cosas.

—No me gusta que tengas los vidrios así —llamo mi atención.

—¿Por que? —levantó una ceja, viéndola por el espejo.

—No puedo apreciar la vista —siguió viendo por la ventana.

Una pequeña sonrisa se me escapó. Me gustaba mucho ponerla nerviosa. Muchas de las cosas que le digo no son ciertas, solo quiero ver cómo reacciona.

—Yo prefiero apreciar otra vista —miro seductoramente —desde adentro, sin que los de afuera vean...

Se giró hacia mi, alarmada y algo perdida. Para luego darme la respuesta que más me gustaba.

—Que asco —,hizo una mueca.

Me preguntaba que tantas cosas podría entender de mis comentarios o sarcasmo. No creo que mucho.

—¿Sabes a que me refiero? —dije sorprendido.

—Nop. Absolutamente no —,evitó verme. Pero sabía que si sabía, lo sabía perfectamente y lleve mi mano a mi boca.

Hasta que salga el solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora