Cambios

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Mi mamá había venido y mi tío también, me sorprendió mucho que ambos estén aquí al mismo tiempo. Pero era lindo tener a la familia reunido.

Estábamos cenando todos juntos, luego de tomarme fotos con la abuela, no sabía que habían llegado, pero aquí está la familia completa. Sonreí.

Pero algo andaba mal, mamá tenía los ojos rojos, no entendía porque lloraba y mi tío estaba muy callado y el nunca se calla, el odia el silencio. Mi abuela tenía una sonrisa, entonces no entendía el ambiente tenso.

Terminó la cena y me fui a dormir, al día siguiente comencé mi rutina de siempre y me aliste. Era raro que el uniforme me apretara este año, aunque ya sería el último, parecía que aún estuviera en proceso de crecimiento. Me hice dos trenzas y las junté en la parte de atrás. Atándolas con un lazo rojo.

Nadie estaba despierto aún. Me fui a la escuela y el día pasó normal. Esta vez le llevaría dumplings. Lo compre y me llamo mi tío, conteste.

Me quede paralizada en la plaza de mercados. Mi mayores pesadillas se juntaron. Mercy estaba parado, a unos metros de mi, mi sonrisa se borro. Lucia tal y como la última vez. Mis manos estaban sudando, mi cuerpo picaba y mi cabeza zumbaba. El se acercó unos paso y no me moví.

—¿Que dijiste?

Los dumplings se resbalaron de mi mano y salí corriendo. Corrí con tantas fuerzas que comenzaron a arder mis piernas por forzarlas tanto, no me detuve ni un segundo hasta llegar a la puerta de la casa.

No podía ser cierto, me quede paralizada en la puerta, no quería entrar. Hasta que escuché un grito, desgarrador y de angustia.

Narradora

Zarha camino a paso lento, temiendo con que se podría encontrar, desde el día de hoy odiaría las sorpresas y las llamadas telefónicas. Su corazón se desgarró cuando visualizó el cuerpo de su abuelita tendido en el piso. Su madre estaba tendida a su lado, Zarha sintió como el mundo comenzó a desmoronarse a su alrededor, su corazón se sintió quebrado, su cuerpo se desplomo y su tío la recibio. Fueron solo minutos de llantos y gritos desgarradores para ellos, pero en realidad parecieron horas en ese estado de shock.

Comenzaron a prepararse para la ceremonia y luego despedirla, Zarha parecía estar en un estado de limbo, todos la consolaban y le daban palabras de ánimos, pero ella no era capaz de responder nada a cambio, se encerró en el cuarto de su abuela, acostada en su cama, su tío la levanto y la llevo al cementerio abrazada, para ella era una total mentira, esto esta tan falso, si ella estaba mejor, no lograba entenderlo, le enfurecía ver como las demás personas le daban aquella mirada de lastima, lo odiaba.

—Hoy estamos para despedir a nuestra hermana, hija, amiga y abuela como Dios lo requiere, una vez hace su llamado —,comenzó el padre, y Zarha no podía estar más en desacuerdo con aquellas palabras.

La voz del padre se escucho muy lejana, Zarha no dejaba de ver el ataúd sin expresión, su nana no podría estar allí, supo que debían acercarse una ultima vez para despedirla, pero le daba tanto miedo, su mamá le lloro al cajón y su tío la mantuvo a su lado llorando. La cara de espasmo de la niña era de horror, su abuelita esta tan pálida y triste. ¿Por que no se despidio de ella?, acaso no la amaba lo suficiente como había dicho alguna vez?. No podía verla así más, ayudo a que su mamá se separara con su tío y su madre se quedo abrazando a su hermano. Una vez asimilo que la estaban enterrando varios metros sobre tierra, salió disparada de ahí, podía sentir las miradas sobre ella, pero no le importaba, su corazón no podía ver como su abuela era ahogada por montones de tierra.

Hasta que salga el solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora