Mercy
Me di una ducha y me aliste. Luego de todo el desastre que se había presentado, la mayoría de las cosas parecían volver a estar en su sitio.
—¿Vas saliendo? —mi mamá estaba en la sala leyendo el periódico. Asentí y tome las llaves de mi auto.
—¿Está aquí o...? —,mire alrededor. Negó y esa era mi señal.
Entre menos espacio comparta con ese hombre, era mejor.
—Me voy, no te quedes sola, llama a tus amigas y sal —,llegue donde ella y le di el regalo que mi abuelo le envío —del abuelo.
Ella lo recibió y sonó mi teléfono. Sonreí.
—No se que ponerme —su vocecita desesperada sonó.
—Ponte lo que sea. Te ves bien con cualquier cosa, Zarha —bebí agua y noté la mirada de mi mamá —no te demores, ya voy por ti.
—Bien... nos vemos.
Y colgó. Mamá se aclaró de la garganta y negué.
—No seas así, siéntate y cuéntale a tu madre quien es esa chica llamada Zarha —.palmeo el sofá y hice cara de aburrido.
Pero con mamá no podía ser tan pesado, me recordaba a Zarha. Le conté resumido lo que pasó en el pueblo y ella no dejaba de reírse, no era chistoso, no para mi.
—Bien, solo espero que la traigas a la casa, debería conocer a esa chica —.limpio sus lágrimas —,no te preocupes por tu padre.
—Si, bueno... me voy mamá, nos vemos después.
Llegue donde Zarha y toque. La puerta se abrió casi de inmediato, la vi doblar por el pasillo, agitando su mano. Cuando me pregunto cómo se veía. Casi me muero. Esa mujer es demasiado guapa, jamás había visto a una rubia tan bella como ella, me podía volver loco si se lo propone.
—Es aterrador —.Zarha me jalo una vez Dylan se fue. Mire su rostro preocupado, mientras mordía su labio viendo a Dylan.
Sonreí. No quería presionarla o se asustaría enserio y aún no ha visto nada.
—¿Te gusta mi club? —la abrazo por la cintura caminando a la barra.
—Si, has hecho un buen trabajo —,sonrió dulcemente para mi —.estoy orgullosa de ti.
Me quede pasmado. Sonreí ampliamente, y la necesidad de besarla apareció. Ella parecía más centrada en su alrededor para ver mi reacción. No entendía como Zarha podía causarme tanto haciendo tan poco. Me inclinó y tomó su rostro, besándola por sorpresa, abrió los ojos de par en par y parecía un ciervo asustado me reí.
—Dios, como me fascinas —.confesé en su rostro —,ven te enseñaré algunos tragos.
Noté como su rostro se ruborizaba ante mis palabras, pero no dije nada o se pondría más roja.
Le pedí al barman un trago de cada licor. Esto sería muy divertido. Realmente no pensaba en llevar esta relación tan larga, al inicio, solo buscaba divertirme y ella parecía muy susceptible a dejarse llevar. Pero una vez ella me dejó entrar, yo no quise salir, no podía, me encontraba pensando en ella cada día que era tan molesto no tenerla cerca.
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Hasta que salga el sol
Romantizm¿Si la vida te da limones qué haces? Probablemente muchos pensaran automáticamente "una limonada" o en el mismo dicho de los abuelo, pero en realidad la respuesta es "Nada", la vida no te da limones porque si. Debes ir a sembrarlos y recogerlos tú...