Al día siguiente mi abuela me trató como enferma, no quería comer ni salir ni ver televisión, me sentía mal, sentía que era mi culpa. Yo se que muchos dirán que no es así, pero yo inicie esto cuando no le dejaba en claro a ninguno que no le interesaban, aunque también se que fue culpa de ellos el ser tan insistentes y lanzados.
—¿No vas a pintar? —la mire aburrida y negué —Zarha, deja de actuar como una niña, mi sobrina no se achantaría por algo tan irrelevante.
¿Eso era cierto?, porque la Zarha que yo conozco, se toma todo muy personal, le duele cuando la lastiman, es sensible y vulnerable a muchas cosas. Y ella lo sabía, pero yo entendí que solo quería subirme el animo. Entre al estudio y me senté en la mitad del cuarto viendo a la nada. Durante mucho tiempo, me dolía el trasero y tenía entumecidas las rodillas de estar tanto tiempo dobladas, pero no me acomode.
—Ey —.saludo desde mi espalda, pero no me gire.
Estaba disociando más fuerte de lo normal, cuando sentí un toque en el hombro me desperté y me gire.
—Mierda —,maldijo mirando mi rostro y me gire, evitando verlo —.¿cómo te sientes?
Dos días. Pase dos días sola, lamentándome y ¿por qué?. Se tardo dos días en venir a verme.
No dije nada y se sentó a mi lado, en el suelo. Si lo evitaba tal vez se iba, aunque esperaba verlo, ahora que estaba aquí, no quería que se quedara.
—Me siento fatal, pero eso no importa —.trate de levantarme y el me detuvo.
Evite verlo, pero podía sentir su cálida mano tomando mi mano.
—Ey, lo lamento mucho —apretó mi mano, ya que yo jalaba de esta para separarlo —,no debí dejarte ir, lamento no haber llegado antes.
Quise llorar, los recuerdos se pasearon por mi cabeza. Las manos de Rafael sobre mi me daba asco. Me sentía sucia.
—Zarha, mírame —,susurró y sentí lágrimas en mi ojos, pero no me permití dejarlas caer —. por favor.
Mi corazón sintió una punzada, lo hice. Sus ojos color miel examinaron mi rostro con dolor, quise apartar mi rostro de nuevo, porque me sentía tan mal. Tomó mi mentón con delicadeza, dando caricias con su pulgar en este.
—Te juro que la próxima vez que lo vea, lo mato —.gruño y me quise reír.
—No mataras a nadie —,fruncí el ceño —en todo caso sería mi culpa de nuevo.
Su semblante se endureció.
—Ni se te ocurra decir eso, no es tu culpa. Es de ellos, por ser tan niñatos —me regaño —, no soportan ser rechazados por alguien.
No dije nada, no quería discutir y el tenía razón.
—¿Por que estás aquí?
—Porque me importas —.confeso y parte de mi le creyó y otra no —no pude venir antes, porque se me presentó algo...
No pregunte qué era, por más que quisiera saber. Ni siquiera sabía si era cierto, no se por que me estaba explicando, pero sentí alivio.
—Olvida toda la mierda que te he dicho —,soltó así nomas.
—¿De que hablas?, has dicho tantas cosas —,murmuré.
—Sobre que no podemos estar juntos —lo mire en silencio —.Tienes razón, pero no me importa, iré contra mis creencias, quieres que le pongamos título, le ponemos uno y ya, pero tú no te vas de mi lado.
Abrí mis labios, parecía que había dejado de respirar, era un completo sueño hecho realidad. No me lo podía creer. La conversación de ayer, cuando le dije que me molestaba nuestras diferencias respecto a las relaciones.
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Hasta que salga el sol
Romance¿Si la vida te da limones qué haces? Probablemente muchos pensaran automáticamente "una limonada" o en el mismo dicho de los abuelo, pero en realidad la respuesta es "Nada", la vida no te da limones porque si. Debes ir a sembrarlos y recogerlos tú...